El partido del gobierno y los de la oposición han comenzado a debatir si es necesario introducir cambios en las leyes del país

Crisis en la familia imperial japonesa: leyes estrictas de sucesión, costumbres retrógradas y una falta de hijos varones que dificulta la supervivencia de la dinastía

Dinastía japonesa
23 de mayo, 2024 - 10:50 am
Agencias

La legislación japonesa también establece que únicamente un hijo varón descendiente de un emperador varón puede ascender al trono. Pero en los últimos 50 años, la realeza japonesa ha dejado de producir hijos varones. De hecho, apenas hay cuatro varones en la familia del emperador Naruhito, compuesta por 17 personas

 

La familia imperial de Japón se enfrenta a una crisis, ya que las restrictivas leyes de sucesión, costumbres retrógradas y la falta de varones que puedan ascender al trono imperial amenazan con extinguir su dinastía.

Y ahora, el partido del gobierno y los de la oposición han comenzado a debatir si es necesario introducir cambios en las leyes del país para garantizar que las futuras princesas permanezcan dentro de la familia imperial.

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La que fuera la princesa Mako, hija mayor del príncipe Fumihito y la princesa Kiko, se vio obligada a renunciar a su puesto en la Casa Imperial de Japón para poder casarse con Kei Komuro, su novio de la universidad, en una decisión que saltó a todos los titulares del mundo.

Esto se debe a que, según la ley de sucesión del trono en Japón, las mujeres de la familia imperial no pueden casarse con plebeyos y conservar su posición dentro de la familia. Hubo quienes declararon que su caso era un «cuento de hadas al revés», mientras que otros se ofendieron por los lazos familiares y la posición social de Kei.

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Esta polémica es uno de los factores que están contribuyendo a lo que The Times califica como una «desastrosa reducción en las filas de la familia imperial japonesa que amenaza la supervivencia de la institución». De hecho, en los últimos años el tema ha suscitado un profundo y amplio debate en Japón.

Según lo dictado por la legislación vigente desde 1947, las princesas de la casa imperial japonesa han de abandonar la familia real en caso de contraer matrimonio con un plebeyo y, dado que no hay príncipes japoneses que puedan casarse, la situación les deja prácticamente sin opciones.

Aquel cambio de la ley supuso que, de la noche a la mañana,11 ramas de la familia imperial japonesa pasaran a ser plebeyas (un total de 51 miembros) y ya han sido ocho los integrantes de la línea de sucesión actual que han tenido que renunciar a su estatus debido a su matrimonio.

Entre ellos se encuentra la tía de Mako, la princesa Sayako, que en 2005 renunció a formar parte de la familia imperial para casarse con Kuroda Yoshiki, y en un primer momento tuvo que ejercer de ama de casa. No obstante, desde 2012 ocupa el puesto de suma sacerdotisa del santuario de Ise, dedicado a la diosa del Sol Amaterasu.

La legislación japonesa también establece que únicamente un hijo varón descendiente de un emperador varón puede ascender al trono. Pero en los últimos 50 años, la realeza japonesa ha dejado de producir hijos varones. De hecho, apenas hay cuatro varones en la familia del emperador Naruhito, compuesta por 17 personas.

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En 2006, la princesa Kiko, esposa del hijo menor del actual emperador, dio a luz a un hijo, el príncipe Hisahito, segundo en la línea de sucesión al trono tras su padre, el príncipe heredero Akishino. Es el primer heredero varón de la familia en 40 años. Pero incluso a tan corta edad, la dinastía descansa sobre los hombros de este joven de 17 años: únicamente tiene un sucesor, su tío abuelo, el príncipe Hitachi.

La princesa Aiko, única hija del emperador Naruhito y la emperatriz Masako, es uno de los pocos integrantes en activo de la familia imperial. Esta joven de 22 años hasta ahora ha llevado una vida relativamente protegida y alejada de los focos.

En su octavo cumpleaños, se reveló que entre sus aficiones se encontraban la caligrafía, saltar a la comba y escribir poesía, además de ser una consumada pianista y violinista. En 2010 saltó a los titulares tras conocerse la noticia que había estado un tiempo sin asistir a la escuela por sus problemas de ansiedad. De hecho, no asistió a la ceremonia de graduación de fin de curso ni a la ceremonia de bienvenida a sus compañeros de tercero.

Parece que se ha recuperado estupendamente mientras sigue en el escalafón imperial, pero en caso de que se produzca cambio en la ley que permita a una mujer acceder al trono, este podría tener un enorme impacto de cara al futuro de la princesa Aiko.

Al parecer, la opinión pública está abrumadoramente a favor del cambio, y según las últimas encuestas, el 90% apoyaría a una futura emperatriz Aiko.

Sin embargo, según The Times, «algunos miembros conservadores influyentes del Partido Liberal Democrático (PLD), actual partido en el poder, se oponen vehementemente al cambio e insisten en que la descendencia imperial únicamente ha de seguir la línea masculina».

Pero ello no obsta para que pueda haber cambios a la hora de permitir que las princesas permanezcan en el seno de la familia tras contraer matrimonio. Eso sí: aún está por ver si el cambio llegará a producirse.

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