Aquellos tiempos del picao y la patineta

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5 de noviembre, 2013 - 7:41 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Con la bajada de la Chinita y la coronación de la Reina de la Feria de la Chinita comienza, por tradición, la Navidad en el Zulia primero que en otros estados y regiones del país. Es bueno recordar, muchas cosas buenas e importantes que fueron iconos de la Maracaibo de ayer, acá habían muchos sitios donde divertirse y relajarse con buenas gaitas y con los mejores grupos musicales del Zulia y Venezuela.

Los amaneceres de feria o gaiteros en el recordado Lago Country Club, el cual estaba por los lados de Jardines la Chinita, dividen como se disfruta el 17 de noviembre en víspera de la procesión donde se daban cita la feligresía o la Grey Zuliana frente a la Basílica o templo de San Juan de Dios, allí en la plazoleta se juntaban todos los grupos gaiteros a dar serenata a la Virgen de Chiquinquira.

A esa plazoleta llegaban los jóvenes de esa época, años 60, 70, 80 y 90, en patines, patinetas, caminando o simplemente en carrito, pero todos estábamos allí bailando, cantando y tocando gaita zuliana de la buena, la familia se estrenaba la pinta para acudir a la procesión de la reina morena.

Además de las oraciones y cánticos, la gente bailaba sus gaitas y los chimbangle, todo era color y algarabía, en las tiendas o abastos que se conseguían cerca de la Basílica, se daban cita para beber su cervezas y aguardientes los gaiteros vecinos y también las damas se concentraban el rededor para comprar a sus hijos y disgustar los dulces más variados y sabrosos del Zulia, desde un huevo chimbo hasta conservitas de maduro eran de chuparse los dedos, ah, y quién no se tomo una foto en un caballito al que le ponían un sobrero y detrás una cortina con un paisaje pintado, eso era una tradición.

Muchas etapas se han vivido según la generación, yo soy de la generación de las ferias del Banco de Fomento donde nos dábamos en lujo de ver y escuchar a Guaco, Estrellas del Zulia, los Maracuchos, entre otros conjuntos gaiteros; desde la 5 de la tarde nos reuníamos para la parranda más sana y divertida que he gozado, las noviecitas y sus chaperonas que enviaban las suegras no faltaban, todo era normal y la parranda era hasta las 3 de la mañana.

Habían muchos sitios donde divertirse en la Feria y en la Navidad, uno caminaba o en cola llegábamos y regresábamos y no pasaba nada más que un regaño de nuestros padres que nos dieron permiso hasta las 12 y al ver que eran las 4 de la madrugada, venían con el sermón.

Mas rumba

Otros sitios emblemáticos para salir de rumba, casi todos relativamente en un circuito, eran La Greco al lado de la panadería Ciudad de Milán y La Golden Point Club, frente a la Plaza Reina Guillermina; en la Plaza de las Madres estaban Recordar es Vivir, The Garden y la Chantú Chantel, ésta ultima era muy oscura y no la gozaba full.

En la Plaza Indio Mara se encontraban Palermo, Palermito y La Nuez, donde presentaban los mejores conjuntos gaiteros, detrás de La Nuez estaba el Rincón Boricua que después fue la Cabaña del Café; en 5 de julio estaba El Palacio de la Gaita donde Jesús Medina administraba y no dejaba ir a nadie sin que pagaran todo. En el Centro Comercial Internacional, en el piso de abajo se encontraba Nelly Marcano con su piano blanco y La Taberna, en la otra esquina arriba donde está hoy Dorsay, estaba Terraza Pampero. Bajando 5 de julio estaba el Stud Ricardo y en El Milagro en la cervecería Zulia se ubicaba la Cava Zulia.

Los mejores bailes de Feria y de Navidad eran en el Hotel del Lago, el Alianza, el Catirito o en el Canagua es la cosa. En Bella Vista hubo excelentes sitios como El Caserón, Sonata, Casa Paco, que aún está. El Pañuelo era un sitio para deleitarse con Guaco.

En el C.C Costa Verde, que era el centro comercial de moda de finales de los 70 y de los 80 era donde estaba Calle Vieja, el Jet Set, Lenvil, el restaurant El Jardín y la Tratoría del César, allí se la pasaba uno disfrutando  con los panas y la jevitas para ir al cine.

Mas sitios fueron íconos de las tendencias de moda de la época como el Pub Club en el Centro Comercial La Paragua, este club era exclusivo y se presentaban las mejores orquestas y grupos de Venezuela como Daiquirí, Guaco y cantantes como Montaner entre otros; en la Calle 72 existió una discoteca de vanguardia llamada Splash y más abajo había una para los que vivían al estilo “Narnia” que se llamaba Oatis, hubo muchos sitios más pero me quedaría corto como Bole Mara.

La pinta y el estreno

Las pintas estaban en la Plaza Baralt donde habían almacenes y zapaterías para escoger, como Fin de Siglo, Tortolero y Zapatos Bonanza, y muchas más, como Disconauta donde compraba mis discos y las agujas del toca disco o picó punta de diamante. En 5 de julio estaba Blanco y Negro en el Internacional; más abajo en el Olímpico, la moda era en Molko y en la esquina de 5 de julio con Santa Rita estaba Trajes Hidalgo, habían otras como Flagler, Tiendas Van, Sears, Trajes Monrroy y para las damas Tropicana y Selemar, la chinas de El Milagro, uff… época grata de grandes y buenos recuerdos.

Hay esposos hoy en día que fueron novios es esa época, que son felices y aún se hablan, después de bailar con las minitecas Saturno, Espacial y la Soultrein, entre muchas otras.

Que buena patineta

Las famosas caimaneras se han perdido, jugar en la calle era una moda, si estaba la temporada de beisbol se jugaba pelotica e media, pelota de goma, flichita, pared y el más violento y sano como era el beisbol Zulia o el picao, por cierto no me pelaban. Otras diversiones era que en noviembre, cuando ya venía la Navidad, nos convertíamos en ingenieros haciendo las más diversas patinetas de madera y rolineras, también se volaba la picuita y las petacas, jugar metras era más bueno que chuparse los dedos, trompo y cazar taritas era una manera de quitarse el estrés del colegio.

Cuando llegó el Atari y el Betamax, los juegos de calle fueron perdiendo interés y entonces llegaron Video Freddy, Video Music House y BlockBuster eran los sitios para el alquiler de películas. A la paila con el aceite caliente para hacer «gallitos» los sustituyó el microonda y las «cotufas»; uno se compraba tremendo helados Alfa Crema Reina o los sundae de Heladerías Presty, el Chocolito sí era tremendo polo, los helados de Fashion Helados en Cecilio Acosta.

Lo más sensual era ver los comerciales de Belmont en la playa con las chamas full tangas, los cines como el Ávila, Urdaneta, Roxy, El Metro, Uairén, el París, Maracaibo, Teatro 5 de Julio, Las Tejas, Costa Verde, el Alcázar, Boconó, Cine Centro, el Altamira y el Landia, eran emblemáticos, como otros que desaparecieron con el tiempo.

Quería ser Torero pero se quedo cazando taritas en las lomas

Maracaibo y el Estado Zulia ha tenido excelentes locutores y comunicadores sociales, somos semilleros y pioneros de grandes comunicadores sociales, locutores, periodistas y animadores que han llegado a la televisión nacional e internacional.

Me voy a referir a una amigo, pana y excelente hijo, hermano, esposo y sobre todo padre, cuando estos elementos están en un ser humano esta demás decir que es una persona de fiar y de grandes retos, me refiero a Guillermo Molero “El Bollolo”, todas las mañanas a los de 8 en punto lo escuchamos con su carisma, jocosidad y una excelente animación por sabor 106.5 FM con su gran amiga y colega Rita Padrón. Guillermo tiene una trayectoria impecable en los medios de comunicación y por demás profesional, tener a “Bollolo” en la programación de la radio es endosar éxitos, Molero es fanático y conocedor del arte taurino, dicen que su sueño fue ser torero pero se quedo matando taritas en el terreno de Las Lomas, Dios de sabiduría y salud a Guillermo Molero “El Bollolo”, María de los Ángeles, mi sobrina e hija de Molero debe estar orgullos de su papa.

Ponchado el Luis Aparicio

En el Estadio Luis Aparicio, sólo han mejorado el terreno o el campo donde se juega, pero los que verdaderamente juegan con su seguridad son los fanáticos y todos los que van a ver a las Águilas del Zulia.

Muchas de las zonas del estadio están a oscuras, los baños son un desastre, en el estacionamiento desvalijan carros, por ejemplo, las escaleras de entrar y salir del estadio son de deporte extremo por la oscuridad y parecen una cascadas de agua mal oliente que baja por ellas.

El fanático merece mejor trato por parte de los organizadores de los eventos deportivos, las Águilas del Zulia y los encargados de administrar las instalaciones deben buscar solucionar esta problemática que afecta el colorido del beisbol profesional.

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Fotos: Archivo

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