El fascismo alemán fue derrotado por el ejército rojo; sin embargo, esta forma del extremismo burgués, y de su capital financiero, que se traduce en las posturas y prácticas más reaccionarias, chovinistas e imperialistas, en la aplicación de su dictadura de clase dominante, no ha muerto, está vivito y coleando en cada espacio nacional; se mantiene y se relanza cuando las formas dictatoriales blandas de la burguesía fracasan en su imposición rutinaria del modo producción capitalista. En la Venezuela de todos los venezolanos, la dictadura fascista, insepulta en su terrorismo y su odio genocida sin límites, se asoma y pretende tumbar al gobierno revolucionario bolivariano que encabeza Nicolás Maduro.
Las razones de la resurrección de la dictadura fascista, auto renombrada democrática, en Venezuela son bien conocidas; sin embargo también las cosas bien conocidas se olvidan, sobre todo si estamos a merced de las empresas privadas de la comunicación, que en gran medida han logrado pensar por nosotros: son 2 razones fundamentalmente que devienen de nuestro proceso de emancipación y liberación nacional, liderizado por Bolívar y librado frente al imperio español; la primera el rechazo a pertenecer a la “América para los americanos” que después de la muerte del libertador, plantearía la doctrina Monroe; y la segunda, la integración latinoamericana.
La revolución Bolivariana liderizada por Chávez, adelanta un proceso de culminación de liberación nacional y de avance en la transición socialista y la continuación de la integración latinoamericana; revertir ese proceso ha sido el principal objetivo de la burguesía nacional y trasnacional en Venezuela. Sin embargo ha fracasado en sus tentativas de golpe de estado al gobierno, que ahora encabeza Maduro, durante todos estos 14 años.
Ante el fracaso reiterado, el imperialismo se decide por el fascismo para aterrorizar y someter al pueblo trabajador venezolano, quien hasta ahora a pesar de las guarimbas y de los asesinatos en su mayoría de inocentes, ha permanecido sereno en su condición pacífica.
El fascismo se quita la careta en Venezuela dirigido por un partido de extrema derecha llamado Voluntad Popular. Para el momento en que escribo estas líneas, el Nuevo Tiempo se le suma, y ahora en vez de
uno, tenemos 2 partidos fascistas que han comenzado a masacrar a nuestro Pueblo trabajador con las fuerzas paramilitares que sembraron en territorio venezolano a través del Táchira, con la anuencia de aquel gobernador copeyano, de cuyo nombre ya no me acuerdo, y por el Zulia durante las gobernaciones de Manuel Rosales y Pablo Pérez.
Se deslindan de la extrema derecha paramilitar los opositores Hiram Gaviria y Alfonso Marquina. Llegó la hora de enfrentar con eficacia revolucionaria el peligro del fascismo.
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