Foto: Carmen Salazar
San Francisco — Vecinos de la calle 170 entre avenidas 36 y 43 de la urbanización La Coromoto, justo detrás de Farmapunto, en el municipio San Francisco, reclaman el ecocidio que se perpetra contra el pulmón vegetal de la zona.
Más de 50 años de fundada tiene el área que alberga a su alrededor unas 600 familias y que durante el correr de los años han visto crecer los árboles que dan al sector frescura y un clima agradable, el cual ven afectado por el inicio de un supuesto proyecto habitacional de la Gran Misión Vivienda Venezuela (Gmvv).
Wilfredo Morantes, habitante del vecindario, comentó que desde hace tres años anda rondando el rumor de la construcción de unas casas, sin embargo, tanto él, como un grupo de vecinos aseguran no tener conocimiento fidedigno de dicha intención.
El malestar arreció este miércoles cuando algunas personas llegaron al terreno con maquinarias y se dispusieron a remover la tierra y realizar mediciones típicas para la construcción. Los lugareños al ver el movimiento se acercaron y pidieron una explicación, la cual, según estos no fue del todo clara.
Más tarde, indicaron que se acercó el jefe de Polisur, Danilo Vílchez con una comisión de funcionarios a resguardar el lugar. Los afectados dijeron que trataron de conversar para pedir una explicación, y presuntamente éste fue agresivo y violento, al no querer responder sus preguntas.
Por su parte, el comisario aseguró que solo llegó al sitio porque los vecinos querían impedir una obra que está aprobada desde el nivel central y como garante de los bienes del municipio no puede aceptar este tipo de actuaciones.
Piden ser escuchados
Entretanto, Inés Chourio destacó que el consejo comunal General Pedro Ruiz, nunca ha convocado a una asamblea de ciudadanos a explicar la supuesta obra. «Nosotros tenemos desde hace años un planteamiento para la construcción de un parque infantil, canchas, caminerías y áreas verdes y nunca se nos ha tomado en cuenta, cómo es eso que de pronto van hacer unas viviendas sin consultar al pueblo».
Los lugareños alegan que la comunidad se ha caracterizado por años en ser un espacio tranquilo y sin bullicio, sin embargo, desde la construcción de centros comerciales y ahora una clínica a escasas dos cuadras ven escabullirse esa paz. Incluso hasta clases de manejo de autobuses del transporte colectivo se desarrolla alrededor del terreno en cuestión, lo que preocupa a los residentes por la cercanía de tres preescolares en la zona.
El terreno tiene una expansión de 12 mil metros cuadrados (1.2) hectáreas y según cuentan los pobladores en la anterior Cámara Municipal fue rechazado en dos oportunidades un proyecto de viviendas, pues los ediles alegaban que debía conservarse esas áreas verdes.
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