Este trabajo fue publicado originalmente el 16 de marzo de 2014

Ucrania: Lugansk y Donetsk manifestaron sus intenciones de seguir a Rusia

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16 de marzo, 2014 - 1:10 pm
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A continuación reproducimos un trabajo publicamos en nuestra sección Contrainformación en 2014, que explica por que Rusia ha iniciado, hoy 24 de febrero, una «operación militar especial» en zonas separatistas pro rusas, sin invadir Ucrania, en su defensa por la intención reiterada de la OTAN (EE. UU.) de extenderse al este llegando al borde de las fronteras rusas

 

CONTRAINFORMACIÓN

16 de marzo de 2014

Los golpistas de Kiev no tienen gobernabilidad, menos al sur-este del país, no solo porque la región está controlada por rusos, sino porque estos constituyen la mayoría de sus habitantes. Las preguntas clave serían: ¿Qué pasará con las otras provincias ucranianas que tienen un alto porcentaje de población étnicamente rusa? ¿Seguirán algunas el ejemplo crimeo? Y si lo hacen, ¿cuál será la posición del Kremlin ante ello?

Quien observe un mapa político de Ucrania y tenga al lado los resultados del último censo oficial (2003), verá de inmediato que el punto débil para Ucrania está en el extremo noreste del país: allí se encuentran Lugansk y, colindando por el sur con esta provincia, Donetsk.

En Lugansk, en 2003, el 92% de la población era rusohablante, según el citado censo. Y esto se refleja en la posición política que ha adoptado gran parte de sus cerca de dos millones de habitantes, que exigen un referendo a semejanza del de Crimea. El pasado domingo, miles de manifestantes que se habían congregado frente a la Administración Provincial rompieron el cordón policial, tomaron la sede del Ejecutivo y obligaron al gobernador impuesto por los golpistas de Kiev, Mijail Bolotski, a dimitir.

Centralismo

En Ucrania hoy, es Kiev el que nombra a los gobernadores de las provincias, sin que haya elecciones y ni siquiera sin que se pida la aprobación de la legislatura local.

Lugansk limita al norte, al oeste y al sur con las provincias rusas de Belgorod, Voroezh y Rostov, por lo que sería muy fácil para Moscú acudir en ayuda de «sus hermanos». Al suroeste, Lugansk colinda con Donetsk, ciudad ucraniana que también tiene una mayoría rusohablante, de un 76% y étnicamente rusa de un 63%.

Los ánimos prorrusos de los habitantes de Donetsk son claros: eligieron un gobernador popular, el activista prorruso Pavel Gubarev; exigieron la dimisión de las nuevas autoridades nombradas por Kiev y, a principios de marzo, lograron izar la bandera rusa en la sede de la Administración Provincial. Por un tiempo se creó una dualidad de poder. Luego el pueblo instaló a Gubarev definitivamente y expulsó a los gobernantes ilegítimos de Kiev. Como en Lugansk y otras provincias del este, el ruso es la lengua cooficial desde 2012, hablado por más de las ¾ partes de la población.

Al oeste de Lugansk está la ciudad de Jarkov, cuya población está dividida: 31,8% ucranianos y 60,3% rusohablantes. La situación en Jarkov es tensa. En la ciudad se desarrollan mítines tanto proucranianos como prorrusos y el domingo se produjeron los primeros muertos. Similares porcentajes de rusohablantes tienen, asimismo, las provincias de Zaporizhia y Odessa, ninguna de las cuales limita con Rusia.

Todas estas regiones ya se han convertido en serios focos de tensión, y la situación puede desbordarse y comenzar una auténtica guerra civil, seguida luego de una intervención por parte del gran vecino. Las autoridades de Kiev pueden insistir en tratar de imponerse por la fuerza sin tener en cuenta los ánimos de la población de esas regiones o pueden elegir una vía democrática, que pasaría por elecciones directas de las autoridades provinciales y por garantizar la cooficialidad del ruso en la zona este. La primera vía encierra el peligro de una rebelión, con la consiguiente guerra civil y posible pérdida de territorios; la segunda, que predominen los ánimos federalistas, cosa que para Kiev no es deseable. Total: es un perder-perder para Occidente y para los títeres impuestos en Kiev.

 

Por su lado Crimea, está pidiendo el apoyo y seguimiento de todas las provincias de habla rusa, y étnicamente rusas, para conformar una región autónoma al sur de Ucrania, adherida como República a la Federación Rusa.

India apoya firmemente a Rusia en la crisis en Ucrania

Los representantes políticos de India han expresado su apoyo a la causa de Rusia demostrando una solidaridad aún más abierta, que la ofrecida por China la semana pasada. El consejero de seguridad nacional Shivshankar Menon ha dicho que India quiere que haya paz entre la oposición apoyada por Occidente y Moscú. Sin embargo, ha añadido que espera también que los intereses de Rusia sean tomados en cuenta. «Esperamos que todos los problemas interiores de Ucrania sean decididos por vía pacífica, incluso los más graves como la coordinación de intereses distintos, entre los intereses legales de Rusia y otros países… esperamos que estos temas sean discutidos, y se tome una decisión satisfactoria».

La mención de Menon de «los intereses legales» de Rusia ha enfadado a los golpistas en Kiev. La portavoz de la embajada ucraniana de Nueva Delhi, Román Purih informó: «No estamos seguros que se puedan examinar los intereses de Rusia como legales en el territorio de otro país».

Menon subrayó también que Occidente es culpable de la crisis, puesto que financió a las agrupaciones extremistas que ya no es una teoría del complot, sino un hecho confirmado con el golpe, y reafirmado por medios occidentales. Dennis Kusinich ha confirmado este hecho, habiendo dicho que el «dinero de los contribuyentes de EE.UU. ha servido para el derrocamiento del gobierno elegido de Ucrania».

En contexto

La guerra del Dombás​ (alternativamente, del Donbás o del Donbáss), denominada también guerra en el este de Ucrania,​ es una serie de enfrentamientos armados sucedidos en las regiones del este de dicho país, a partir del 6 de abril de 2014, como reacción contraria al Euromaidán, (manifestaciones y disturbios heterogéneos de índole europeísta y nacionalista en Ucrania, que en su clímax derrocaron al presidente electo Víktor Yanukóvich del prorruso Partido de las Regiones) y que se produjeron tras las protestas prorrusas en este país que se intensificaron tras la adhesión de Crimea a Rusia, donde también se habían realizado movimientos similares.

La escalada desembocó en un conflicto armado entre las fuerzas independentistas de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL) y el gobierno de Ucrania.

Así, ante la consolidación de un frente de combate, tras los sucesivos alto el fuego, los señores de la guerra han ocupado grandes extensiones de terreno en la zona prorrusa.

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