Editorial

TRAKI: Una empresa que todo ciudadano debe castigar

orquesta traki
9 de marzo, 2021 - 8:54 am
Redacción Qué Pasa / Gastón Guisandes

Un ciudadano de bien, honorable, de familia y de mayor edad, Don Oscar Fuenmayor, encontrándose en el interior de la tienda TRAKI, buscaba algo que deseaba comprar, pero no lo encontró, se retiraba del lugar, cuando fue abordado por un funcionario de la empresa, quien le dijo: «Debe acompañarme porque voy a revisarlo para ver que se lleva».

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El señor Fuenmayor, sorprendido e infamado en su honor e integridad, aceptó acompañar al funcionario al lugar donde éste lo guiaba, pensando que se dirigían a la oficina del gerente o administrador de la empresa, pero cual no fue su sorpresa al percatarse que lo llevaban a los baños, pues el propósito era desnudarlo para revisar su cuerpo y su ropa, a lo cual se negó rotundamente y exigió ver al gerente y que se llamara la policía.

Ante tan firme actitud del señor Fuenmayor, EN DEFENSA DE SU HONOR y viendo este que el empleado subalterno no llamaba al gerente o jefe responsable de la tienda, se marchó del lugar, en medio de las palabras del subalterno quien le decía, a título de excusa y muy azorado, «que él cumplía órdenes de su jefe».

Estas afrentas y agresivas conductas, que inducen a la violencia por parte de los dueños de empresas contra los clientes, van a generar, en algún momento, actos que pueden terminar en acciones muy graves, porque el honor, la dignidad y el buen nombre de la gente de bien, no se puede mancillar sin producir la reacción del mancillado, del ofendido en su honor y su autoestima.

Debo hacer énfasis en que ninguna empresa puede revisar las bolsas o paquetes que sacan los clientes compradores después que estos pagan la cuenta y van de salida: Permitir esa agresión contra los clientes es propiciar la impunidad de un vendedor agresor, el cual, usualmente, es el verdadero ladrón que roba al comprador, con los precios, los pesos, las fechas de vencimiento de los productos (las borran de los envases), etc. y sigue la larga cola de los etc.

Compradores y compradoras: Nunca permitan que los ofendan, en su integridad moral, permitiendo que les revisen los paquetes al momento de salir del lugar donde usted compró y ya pagó: Tolerar eso es aceptar que lo llamen o la llamen, ladrón o ladrona y semejante vejación pública es intolerable por quienes se saben y son, gente de honor y dignidad.

Gastón Guisandes López

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