Gastón Guisandes López
“Quien con niños se acuesta, lleno de excrementos se levanta” (esta es una traducción libre de célebre frase en latín), y esto le ha pasado a Donald Trump y su alto mando político, militar y económico: Se acostó, muchas veces y en todas las camas, con Juan Guaidó y se llenó de excrementos, desde la cabeza, hasta la punta de los pies.
Estados Unidos de Norte América, una vez más, equivocó y mal usó su inmenso y amenazante poder con el cual agrede cantidad creciente de países del mundo sometidos a su hegemonía, causando subordinación forzada de muchas naciones y muerte de millones de personas ―basta rememorar la guerra en Irak― a la par de la ruina económica y desolación espiritual de cantidad de naciones y sus pueblos, en búsqueda, Estados Unidos, de vanagloria y grandeza a costa de los débiles, quienes, con el paso del tiempo se convierten en resentidos, cargados de rabia y odio, sentimientos del espíritu que anidados en millones de millones de personas, se van trasmutando en el deseo de verlos, arruinados de bienes y vencidos en su anhelada grandeza, sentimiento que se ha extendido, como la rastrera verdolaga, en una realidad que los va corroyendo, como el cáncer consume la vida.
En el caso de los venezolanos, creciente cantidad de ellos van sumándose a cuantos, desde el territorio de la unión ―intencionalmente escrito con minúsculas―, exteriorizan su apoyo a quienes dedican, tiempo y dinero a la tarea de enfrentar a los compatriotas amantes de la autodeterminación de los pueblos y el enfrentamiento lo hacen contra los venezolanos, subalternos y sumisos, que no vacilan en dispensar, individual y/o, colectivamente, su favor por los EE.UU., mendigando de rodillas, la intromisión extranjera, de ese país, en los asuntos internos de Venezuela.
En el caso de la OEA, ya no es infamia, sino expresión clara de Traición a la Patria, cuanto suplica el pobre e infeliz, Gustavo Tarre Briceño, quien solicita, traidora y falazmente, a la Organización de Estados Americanos, que Venezuela sea invadida, aplicando para ello el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR, pedimento que fue rechazado por la mayoría de los miembros del organismo, del cual y dicho sea de paso, Venezuela ya no forma parte por haber renunciado a su membrecía en dicha organización.
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Hay ciudadanos venezolanos, qué triste es tenerlos que reconocer, aplaudiendo la invasión al territorio patrio por soldados extranjeros, pero es su derecho el congraciarse con la infamia en que incurren quienes así expresan su favor por la ocupación militar de Venezuela por tropas extranjeras; Allá ellos con su conciencia, la sinrazón de su odio, el reconocimiento de su subalternidad y su afrenta a nuestra Independencia Soberana.
Debemos y queremos afirmar, que el rechazo de la gran mayoría de los venezolanos a la intromisión de los EE.UU. en los asuntos internos de nuestra nación, nada tiene que ver con la aprobación o reprobación de la gestión Política, Administrativa y Social del Gobierno de Venezuela y del Presidente de la República y sus partidos de apoyo, así como tampoco tiene nada que ver con el estado de ánimo de la colectividad, ni con el rechazo o defensa del gobernante sino, única y exclusivamente, es la manifestación personalísima y muy clara, contra la ofensiva, irrespetuosa y arrogante intromisión del Presidente de los Estados Unidos de Norte América en los asuntos internos de Venezuela: Todos queremos hacerle saber, a cuantos se cobijan con la bandera de las barras y estrellas, que la República Bolivariana de Venezuela es Libre, Soberana y Libertadora de Cinco Naciones.
Pareciera, venturosamente, que Donald Trump ha desestimado la invasión a Venezuela y se somete a las acciones de carácter comercial y políticas, que son cuanto podría aplicar excepto en todo aquello que viole y/o agreda los Derechos Humanos, muy propio de ellos violarlos.
Gastón Guisandes López
Editor
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