Me voy a USA, ¿Pido asilo?

Marcos Barrera e1507066589699
3 de octubre, 2017 - 4:59 pm
Marcos Javier Barrera/[email protected]

Marcos Javier Barrera – Abogado-Profesor Universitario

Para nadie es un secreto la sorprendente cifra de venezolanos, jóvenes en su mayoría, que han emigrado de nuestra patria y huelgan los comentarios al tratar de explicar las razones.

Venezuela atraviesa la más inclemente crisis económica y social de toda su historia, como consecuencia del establecimiento de políticas gubernamentales propias de lo que se denomina el “socialismo del siglo 21”, el cual es exactamente el mismo contenido del socialismo del siglo 20, y quizá del siglo 19.

Recuerdo en mis años de adolescencia, por allá por los años 80, la cantidad de ciudadanos polacos, rumanos, húngaros, alemanes (orientales) y por supuesto soviéticos, que emigraban, para no decir que huían, de sus países de origen, por causa del “socialismo del siglo 20”. Muchos de ellos escogieron como destino Sur América, incluyendo a nuestra amada Venezuela, y sin duda Estados Unidos de América, en la búsqueda del sueño americano.

Hoy la historia y el destino hizo un lamentable giro: ahora son los venezolanos quienes emigran de su nación en la búsqueda de reivindicaciones personales, especialmente económicas. Uno de los destinos más comunes es la gran nación norteamericana. Dada esta situación, entiendo, el Gobierno de los Estados Unidos ha decidido suspender, desde hace meses, el otorgamiento de nuevas Visas B1/B2 (Turismo y Negocios) para los venezolanos. Sólo se está tramitando renovaciones y el resto de visas denominadas como de “no inmigrante”, tales como las visas de inversionistas, de trabajo, entre otras. La referida decisión la toma el gobierno norteamericano en el ejercicio de su soberanía como nación, razón por la cual no es cuestionable, al menos jurídicamente, por ningún país extranjero.

Muchos venezolanos que han podido obtener su visa e ingresar legalmente a los Estados Unidos de América, una vez allí, deciden permanecer en dicho país y no regresar a su patria. Un número importante de ellos no son perseguidos políticos, sino perseguidos por el desempleo, por el desabastecimiento, por la inseguridad y la injusticia, por la inflación más impresionante del planeta y por la falta de oportunidades.

Sin embargo, ya estando en los Estados Unidos de América, es menester resolver su situación jurídico-migratoria, y es allí cuando se presenta la necesidad de tomar una decisión. Ciertamente la solicitud de Asilo Político es una opción, siempre y cuando esté soportada sobre hechos ciertos y verdaderos, plenamente demostrables, acompañando un acervo probatorio suficiente para crear convicción en el oficial de inmigración. El sistema norteamericano se ha formado sobre la base y necesidad de “decir siempre la verdad”. Este es un principio que ha convertido a esa gran nación, en la primera potencia del mundo. No manejarse con la verdad en los Estados Unidos de América trae graves consecuencias, y más aún con el sistema de justicia que lo rige, incorruptible y sostenido en valores y principios morales.

La persona que cumpla con las circunstancias respectivas tiene un (1) año, desde que entró, para solicitar la protección del Estado Norteamericano a través de la solicitud de Asilo Político. Dicho trámite está tardando actualmente, y debido al alto número de solicitudes de personas de todos los países, más de cuatro (4) años. Sin embargo, el solicitante, transcurridos 150 días desde la presentación de su solicitud, y sin que haya obtenido una respuesta o entrevista, tiene el derecho a pedir su permiso de trabajo y llevar una vida normal hasta que sea llamado por el Servicio de Inmigración y Ciudadanía de los Estados Unidos para realizar la entrevista con el oficial de inmigración que decidirá su caso.

El exilio muchas veces nos da un sabor amargo. No es fácil emigrar, sobre todo para el venezolano que siempre se ha caracterizado por tener arraigo por su patria. Pero el Socialismo del Siglo 21 ha sido poderoso en exportar venezolanos con grandes talentos y sueños que sólo se realizarán en el extranjero.

Recuerdo que, en una oportunidad le pregunté a un gran amigo cubano, cuáles eran los logros más evidentes de la revolución cubana, y este me respondió: “El mayor logro de la revolución ha sido el crecimiento y desarrollo del sur de la Florida”.

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