Hombres e ideas del petróleo venezolano (II)

15 de diciembre, 2013 - 4:07 pm
Redacción Diario Qué Pasa

(¿Fue Manuel R. Egaña el primer forjador de una política petrolera de Estado en Venezuela?).

Estos dos pioneros de la política petrolera venezolana, Alberto Adriani y Manuel R. Egaña, se habían conocido a su ingreso en la UCV como estudiantes de primer año de Derecho. Adriani partió a Europa a formarse como economista y diplomático; Egaña se quedó en Caracas formándose simultáneamente como abogado y estadista. Coinciden en Washington en 1921 en una misión diplomática y comparten la misma habitación. Dos décadas más tarde, Egaña admite: «…Adriani, en nuestras largas conversaciones, estimuló vivamente mi inclinación por los estudios económicos y financieros…». Vuelven a encontrarse de nuevo en las postrimerías del gobierno gomecista, dos años después del regreso de  Adriani a Venezuela y, aunque se residenció en su lar nativo, Mérida, al lado de sus padres y hermanos, desarrolla una prolífica labor intelectual.  En el debate petrolero de los primeros meses de la transición posgomecista, los dos eminentes venezolanos forjan, al lado de otros destacados venezolanos, un documento encomendado por el nuevo presidente, Eleazar López Contreras. Adriani hace suya la expresión de Gumercindo Torres en 1930: «…Venezuela solo participa de la riqueza petrolera en los impuestos superficial y de explotación, reducidos estos últimos a lo mínimo en muchos casos; y, en cambio ha favorecido de modo excepcionalísimo a la industria con la exoneración de derechos de maquinarias y útiles de la industria… El monto de las exoneraciones asciende en diez años a Bs. 233.359.462,06 y los impuestos recaudados en igual período montan a la cantidad de Bs. 171,952.126,10. De esta comparación resulta el cálculo desconsolador de que habría sido preferible no cobrar impuesto alguno de explotación a cambio de los derechos de aduana exonerados». Inspirados en las ideas del falconiano, tanto el merideño como el guariqueño Egaña participan en la elaboración del Programa de Febrero, considerado por propios y adversarios como el plan más acabado de reformas institucionales, económicas, financieras y monetarias conocido hasta entonces en Venezuela.

El 1° de marzo de 1936 Adriani es designado para estrenar el Ministerio de Agricultura y Cría, y el 29 de abril Ministro de Hacienda. Solo cumple en el cargo 3 meses y 12 días, ya que el 10 de agosto de 1936 fallece repentinamente en Caracas, a los 38 años de edad, sucediéndole como ministro interino Manuel R. Egaña.

En junio de ese año, Adriani había escrito la necesidad de que Venezuela utilizase parte del ingreso petrolero para el desarrollo de las actividades agrícolas y pecuarias, únicas actividades capaces de generar el crecimiento económico y social sustentable del país, inquietudes que comparte  con su asistente en el ministerio, Arturo Uslar Pietri; éste, dos meses después, el 14 de julio de 1936 publica en el diario un artículo titulado Sembrar el Petróleo, donde exponía su preocupación por la creciente dependencia de Venezuela del petróleo y propuso que había que salir de ese esquema. Declaró, en consecuencia, que había que utilizar el petróleo para buscar nuevas fuentes de ingreso para la nación y crear fuentes de producción que contribuyesen a un desarrollo sostenido.

Manuel R. Egaña no es ajeno a estas preocupaciones. Con él, un grupo de jóvenes forjados en las luchas universitarias de la década de 1920 asumen la «siembra del petróleo» como un principio fundamental en sus ideales progresistas, entre ellos, el mismo presidente conservador López Contreras, los comunistas Gustavo Machado, Salvador de la Plaza, Rómulo Betancourt, Rodolfo Quintero y, por supuesto, Alberto Adriani con Carlos Irazábal, Arturo Uslar Pietri, Juan Pablo Pérez Alfonzo y Pedro Manuel Arcaya, que, aunque de diferentes tendencias políticas, coinciden en sus posiciones respecto a la importancia del petróleo en el desarrollo del país (433).

Los aportes de Egaña son profundos y variados, muy especialmente en el área jurídica. Participa en 1936 en la redacción de la nueva Ley de Hidrocarburos, que consagró la indemnización por accidentes, e impuso un tope de 10% al número de trabajadores extranjeros que las concesonarias podían contratar. El 13 de julio de 1938, el Congreso nacional aprobó una nueva Ley de Hidrocarburos, calificada de muy rígida y radical: «…el impuesto de explotación se incrementó 40 veces…; el impuesto inicial de explotación se cuadruplicó…». Ese año el Gobierno suspendió el otorgamiento de nuevas concesiones y promulgó en 1940 un Reglamento a la Ley de Hidrocarburos.
En 1939, Egaña presentó su memoria como ministro de Fomento ante el Congreso; allí expresó: «…Es aspiración del ministerio obtener para la Nación la mayor participación en los beneficios de la explotacion de sus yacimientos. En este sentido, el Ejecutivo Federal en los primeros años de la cuenta, decidió suspender el otorgamiento de nuevas concesiones (…) y su intención al tomar esta determinación era y es todavía la de hacer estudios geológicos y geofísicos (…) para obtener aun mayores ventajas en el otorgamiento de nuevas concesiones.
Muchas otras intervenciones de Manuel R. Egaña las veremos en los años posteriores a esta memoria.

(*) Luis Xavier Grisanti, 2007, Manuel R. Egaña; Biografía, Ediciones El Nacional y Bancaribe, impreso en los talleres de Editorial Arte, Caracas.
(Endnotes)

1    Tesorero de la Academia de Cs. Económicas del Estado Zulia

2    1 Citado por Luis Xavier Grisanti (*).

3    2 Idem.

4    3 Luis Xavier Grisanti.

5    4 ídem.

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