Los funcionarios con el apoyo de la alcaldía de Cúcuta desalojaron a unos 300 inmigrantes. Todos ellos vivían en ranchos construidos con cartón y plásticos. Los ocupantes en su mayoría procedentes de la ciudad de San Felipe, invadieron unos terrenos.
Vecinos y comerciantes del sector denunciaron que el lugar se convirtió en epicentro de delitos menores. A diario observaban hurtos y lesiones personales.
“La Alcaldía de Cúcuta, a través de la secretaria de Gobierno y Espacio Público con el acompañamiento de la Policía Nacional, Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) y Migración Colombia, en una tarea conjunta, recuperó un terreno donde se estableció un asentamiento humano”, indicó la Alcaldía en un comunicado.
Tras la destrucción del improvisado barrio Yaracuy, 36 venezolanos decidieron retornar a San Felipe de manera voluntaria. Respecto a los demás en los próximos días se definirá su estatus migratorio.
Sin embargo, uno de los venezolanos radicados en el asentamiento señaló que pronto volverán a improvisar los ranchos en otro sector de Cúcuta. Aseguró que no tienen previsto regresar a Venezuela porque en Colombia al menos comen tres veces al día.
Importación de ranchos
La mayoría de los venezolanos sobrevivía como recogelatas. Otros se ganaban la vida como buhoneros en las paradas de autobuses. Funcionarios de la empresa de aseo de la ciudad procedieron a la limpieza de la zona.
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