Seúl — El juicio a la tripulación del ferri surcoreano que se hundió en abril y dejó más de 300 muertos y desaparecidos se abrió ayer en presencia de decenas de familiares de las víctimas, en un clima de tensión y de presión popular.
El ferri transportaba 476 personas, entre ellas 325 estudiantes de secundaria que participaban en un viaje escolar, cuando naufragó el 16 de abril frente a la costa meridional de Corea del Sur.
El capitán Lee Joon-seok y otros tres tripulantes comparecieron ante el tribunal.
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