Debe ser un lugar atractivo y placentero

Cuando tu hogar es la causa de la enfermedad

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22 de julio, 2021 - 12:53 pm
Anaís Meleán / [email protected] / Qué Pasa

Entre los miembros de la familia que comparten un hogar, debiera haber menos ostentación y urbanidad vana, y mucha más consideración por la salud física, mental, espiritual y social

Así como la naturaleza es por excelencia el mejor espacio para vivir y recobrar la salud, las viviendas deben conservar, lo más parecido posible, las condiciones naturales para ser un ambiente saludable.

El hogar debe ser un lugar agradable en todo sentido: en colores, formas, espacios y muy especialmente, en las relaciones interpersonales. No hay que dejarse llevar por el deseo de riquezas, ni por las exigencias de la moda, ni por las costumbres de la sociedad, es mejor considerar la sencillez, la pureza y la salud dentro de él.

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En muchas casas, las puertas y ventanas permanecen todo el día cerradas; esto vicia el aire y se crea una vida falsa y artificial que atenta contra la salud. Esto obliga al grupo familiar a permanecer expuestos al aire viciado, viviendas obscuras, encerradas, malsanas, y con seres humanos malhumorados producto del aislamiento, donde la televisión y el teléfono resultan ser los acompañantes más fieles, pues si son humanos, se producen las rivalidades.

En tal sentido, se requiere exponer los espacios internos de la casa al aire fresco, a la vegetación, a la luz solar y a las buenas relaciones sociales.

La sencillez en el mobiliario del hogar

Nuestros hábitos artificiales nos privan de muchas bendiciones y de muchos goces, y nos inhabilitan para llevar la vida más útil. Los muebles complicados y costosos son un despilfarro no sólo de dinero, sino de algo mil veces más precioso pues imponen una carga de cuidados, labores y perplejidades nada productiva.

¿Cuáles son las condiciones de la vida en muchos hogares, aun donde los recursos son escasos y el trabajo doméstico recae principalmente en la madre? Los mejores cuartos están amueblados en forma que supera los recursos de los ocupantes, y resultan inadecuados para la comodidad y el disfrute.

En muchos casos, hay costosas alfombras, muebles primorosos y delicadamente tapizados, y hermosas cortinas. Mesas, repisas y todo espacio aprovechable están repletos de adornos, y las paredes recargadas con cuadros, hasta ofrecer todo ello un espectáculo fatigoso. ¡Y cuánto trabajo cuesta conservarlo todo en buen orden y limpio de polvo! Ese trabajo y los hábitos artificiales que la moda impone a la familia atan a la dueña de casa a una tarea inacabable.

Hermoso medio ambiente

La finalidad de la vivienda es tener un lugar agradable para convivir con agrado, comodidad y salud. Por tanto, todo lo que se haga, construya o diseñe debe ser en función de estas metas. En este sentido, las casas deben ser amobladas de forma sencilla, con objetos y muebles útiles, que resistan al uso, que puedan limpiarse sin mucho trabajo y renovarse sin gran costo, y con buen gusto, se puede hacer un hogar atractivo y grato para la estadía.

En este orden, una de las formas, no la única, de embellecer y darle un toque de salud a nuestro hogar, por muy pobres que sean, es tener grama, plantas, flores olorosas y árboles que den sombra y frutos. «Esto contribuirá a la felicidad del hogar mucho más que cualquier adorno artificial, introducirá en la vida del hogar una influencia suavizadora y purificadora, que fortalecerá el amor a la naturaleza y atraerá a los miembros de la familia más cerca unos de otros y más cerca de Dios», explica el texto Ministerio de Curación de Elena de White.

Detalles arquitectónicos

En la construcción de viviendas se debe asegurar una buena ventilación y mucho sol. Con frecuencia la humedad, el aire viciado y los lugares encharcados ocasionan quebrantos de salud, enfermedades graves y defunciones.

Los dormitorios deben estar dispuestos de tal modo que el aire circule por ellos día y noche. Ningún cuarto es adecuado para servir como dormitorio a menos que pueda abrirse de par en par cada día para dar acceso al aire y a la luz del sol.

Un patio hermoseado con árboles dispersos y algunos arbustos, plantados a la debida distancia de la casa, ejerce una influencia feliz sobre la familia y, si se lo cuida, no causará perjuicio a la salud. Pero los árboles de sombra y los grupos densos de arbustos en derredor de la casa la hacen malsana, porque impiden la libre circulación del aire y el acceso a los rayos del sol.

Debe haber en la casa una armonía apropiada de colores y conveniencia general en los muebles; pero el buen gusto no exige que cada mueble pertenezca al mismo estilo por su diseño, material o tapizado; sino que agrada más al ojo el que haya una variedad armoniosa.

Tampoco se necesitan muebles ni accesorios costosos para dejar a los niños contentos y felices en sus hogares, pero es necesario que los padres les concedan amor tierno y cuidadosa atención.

Suele ser de frecuencia en nuestras familias frases como «no toques eso que se rompe», «no te sientes en ese mueble que lo ensucias», «no vayas a mover eso de allí que se parte», «no saques eso de ese lugar»; y terminan todos los muebles obstaculizando el disfrute y sólo sirven de vanos adornos, no se disfrutan, antes bien crean demasiadas congojas y cargas no se aprecian lo suficiente la sencillez, la paz y la dicha.

Entre los miembros de la familia debiera haber menos ostentación y urbanidad vana, y mucho más amor, ternura, alegría y cortesía cristiana. Muchos necesitan aprender cómo se hace del hogar un lugar atractivo y placentero.

Los corazones agradecidos y las miradas bondadosas valen más que las riquezas y el lujo; y si hay amor, el saber contentarse con cosas sencillas comunicará felicidad al hogar.

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FACTORES DE SALUD EN EL HOGAR:

– Estar en paz con Dios

– Propiciar buenas relaciones familiares con valores humanos y respeto a las leyes de convivencia.

– Practicar normas de cortesía y amabilidad.

– Tener una alimentación libre de tóxicos (azúcar, lácteos, trigo, café, grasas, alcohol, tabaco)

– Proveer alimentos sanos con lecturas y programas con valores y no con contenidos mórbidos.

– Crear espacios ventilados, con acceso también a la luz solar

– Usar colores suaves que transmitan quietud

– Iluminar los espacios internos para alejar la oscuridad productora de desánimos y tristezas.

– Amoblar por utilidad y sencillez y no por vanidad

– Ambientar con recursos naturales, especialmente vegetación, sin hacinamiento.

Gastos sin utilidad

Muchos son desdichados en su vida del hogar porque están esforzándose en extremo para mantener las apariencias. Gastan grandes sumas de dinero y trabajan sin descanso para obtener cosas que ostentar y la alabanza de sus asociados, quienes en realidad no se preocupan para nada de ellos ni de su prosperidad.

Un artículo tras otro es considerado indispensable para el complemento de la casa hasta que se acumulan muchas adiciones costosas que, si bien agradan al ojo y complacen el orgullo, no aumentan en lo mínimo la comodidad de la familia.

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