Mortandad en la COL: ocho muertos en 24 horas

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8 de enero, 2016 - 4:19 pm
Redacción Diario Qué Pasa

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Los cuerpos fueron llevados hasta la morgue de Cabimas por funcionarios del CICPC

Foto: Nervin Torres

El hampa y la muerte andan desatadas en la Costa Oriental del Lago. El 6 de enero en la noche fueron asesinados Yorvis José Parra Lujano (24) tras la procesión de San Benito en Cabimas; en Baralt cayeron Dixon José Márquez Araujo (46) y Jesús Antonio Escobar Infante (28); poco antes de la medianoche mataron a Emmanuel José Romero González (23) y Álvaro Segundo Sierra (45) en Santa Rita. Ayer, a las 2:00 de la tarde, en el hotel Di Maio de Cabimas, fueron abatidos en un enfrentamiento Reinaldo Bracho y Niover Aguilar Bracho, y pocas horas después, en Santa Rita, mataron a  un hombre del que solo se sabe que llaman Jonathan

Cabimas
— A las 2:00 de la tarde de ayer una llamada de alerta a la central de la coordinación policial del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (CPBEZ) en Ambrosio, Cabimas, permitió que una comisión mixta del CPBEZ, CICPC y Policabimas, lograran abatir a dos sujetos quienes permanecían recluidos en un hotel en actitud sospechosa.

Los mismos quedaron identificados como Reinaldo Bracho, apodado «El Reinaldito» (24), y Niover Aguilar Bracho, de 25 años, ambos eran hermanos.

El hecho ocurrió exactamente en la habitación número 7 del hotel Di Maio, ubicado en el sector Dividive, en la avenida Intercomunal de la parroquia San Benito de Cabimas.

Registro

Cuerpos policiales informaron que los occisos guardan relación con la muerte del oficial del CPBEZ de nombre Marcel Luque, asesinado el pasado 22 de diciembre en la esquina de El Caraqueño, de la parroquia Rómulo Betancourt, también en Cabimas, y además son acusados de darle muerte a dos taxistas de la localidad.

Trascendió que durante el enfrentamiento, que duró 15 minutos, una menor de edad quedó detenida junto a un niño de 4 años; la joven se identificó como la esposa de uno de los abatidos.

Los sujetos tenían dos días hospedados creando una actitud sospechosa  entre la directiva del hotel ya que los delincuentes ingresaban con bolsos y armas a cada rato.

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