El sistema de la red de explotación sexual operaba desde un complejo de apartamentos, en la zona residencial de Coco Real, ubicado en Bávaro, Punta Cana
Una red de explotación sexual, que operaba a nivel internacional desde República Dominicana, tuvo su caída tras una operación que quedó llamada como Cattleya.
La investigación mostró que un grupo de mujeres, que incluía a venezolanas y a colombianas, eran ofertadas a través de un catálogo virtual. Los posibles clientes recibían un mensaje a través de WhatsApp, u otra red social. Desde allí, eran establecidos las tarifas, la hora y el lugar.
El sistema de prostitución operaba desde un complejo de apartamentos, en la zona residencial de Coco Real, ubicado en Bávaro, Punta Cana.
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El mecanismo para comercializar mujeres le llevó a generar dinero de forma ilícita, algo que procesaban desde varias partes también como el área de «Cattleyas» en la capital dominicana; en el Hotel Caribe y en el Hotel Oscar Inn (ubicado en las cercanías del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva).
El Ministerio Público relató que las víctimas eran trasladadas al domicilio requerido, pero siempre iban junto a uno de los integrantes del cartel de prostitución. Los precios que cancelaban cada uno de los cliente eran diferentes, y variaban en función de cada una de las mujeres y las horas. Se sabe que podían llegar a pagar entre unos 200 a unos 2 mil dólares americanos.
En la operación, más de 80 mujeres fueron rescatadas. Éstas eran obligadas a tener relaciones sexuales, bajo la modalidad de acciones ilegales.
Las autoridades aseguraron que los integrantes de la red criminal obtenían un 50 % tras el consumo final. El restante era un pago de presunta deuda por haberlas traído hasta República Dominicana.
Un total de 16 personas fueron detenidas.
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