Las percepciones sensoriales también alimentan

Tu dieta es más de lo que comes

percepciones
16 de agosto, 2020 - 4:29 pm
Anaís Meleán

El cerebro es la capital del cuerpo. Si las facultades perceptivas son entorpecidas por cualquier clase de intemperancia, no se disciernen las enseñanzas saludables

Salud – Todo lo que vemos, tocamos, oímos, olemos y probamos envía una información externa a nuestro cerebro, lo cual generará una sensación agradable o no a nuestro organismo. Cada uno de los componentes de nuestro entorno determina un factor beneficioso o perjudicial para nuestra salud de acuerdo a la actitud con la cual lo asumamos. Explica el doctor Carlos Álvarez, experto en Medicina Regenerativa, que la sanación de cada ser humano es responsabilidad de cada uno de forma personal; no depende este logro del consumo de fármacos, ni siquiera de un nutriente, depende de la conciencia sanadora de cada individuo.

En este sentido, el bienestar integral (físico, mental y espiritual) se ve afectado por todos los agentes ambientales externos. Álvarez explica que la sanación inicia por reconocer cada ambiente que origina tu enfermedad, tóxicos alimentarios (lácteos, azúcar, trigo, grasas, quemados, alcohol, café, tabaco) tóxicos mentales y espirituales como pleitos, iras, contiendas, vanaglorias, malos deseos, chismes adicciones, caos, desorden, desidia son detonantes de enfermedades en el más pleno sentido de la palabra. Solemos pensar que comer saludable es suficiente para estar sanos, y descuidamos el resto de la alimentación (la cuántica de la que hablamos en la edición anterior). Creemos también que una dieta nueva y el consumo de fármacos nos librarán de la prisión de la enfermedad y no es así. La salud es el equilibrio entre el hombre, su entorno y Dios, es decir, las mentiras, los actos deshonestos, entre otros producen enfermedad, es decir, desequilibrio en el ser.

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Así pues, los cinco sentidos, también llamados las “avenidas del alma” deben ser cuidadas en extremo para mantener una salud integral, lo cual equivale a decir que para estar sanos es necesario seleccionar con buen criterio todo lo que entra a nuestro ser por cualquiera de estas cinco vías (oído, olfato, gusto, tacto y vista). De este modo se amplía la concepción de salud; ya no se limita al consumo de nutrientes – lo cual es importante-, sino que se le une la elección de lo que percibiremos.

leer

Conserva una mente saludable

Es por ello que una sonrisa de alguien que nos agrada, nos alegra, un buen olor de comida nos hace agua la boca, una buena música nos entusiasma, una toque suave nos enternece; mientras que un mal olor en el ambiente nos cambia el ánimo, un mal sabor en la comida nos molesta , un ruido fuerte nos perturba, una mala relación interpersonal expresada en una falta de saludo ya puede descomponernos el día, una frase que no debimos escuchar, unas palabras que no debimos decir, unas imágenes que no debimos ver afectan considerablemente la salud.

En contraste, la lectura pura y saludable será a la mente buen alimento y la robustecerá como los nutrientes al cuerpo. Para esto es imprescindible abstenerse de leer, ver u oír cuanto sugiera pensamientos impuros. No se debe dejar que la mente se espacie al azar en todos los temas que le provoque, pues por naturaleza no son sanos. Las lecturas superficiales, de ficción, triviales o frívolas además de debilitar y embotar la imaginación, someter al lector a vivir una vida irreal, crean adicción y pervierte los gustos para leer generando un malestar constante en el receptor al no tener en su realidad las fantasías leídas. Este mismo proceso ocurre con todos los sentidos.

La templanza

La Real Academia Española define la templanza como “una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en moderar los apetitos y el uso excesivo de los sentidos, sujetándolos a la razón”. Esta capacidad es básica para la salud integral pues el cerebro es la capital del cuerpo y es alimentado por los cinco sentidos. Si las facultades perceptivas son entorpecidas por cualquier clase de intemperancia, no se disciernen las enseñanzas saludables.

sentidos

Tanto los nutrientes como la información sensorial determinan nuestra salud

El peligro de la intemperancia es que pone las facultades superiores bajo el dominio de los apetitos y pasiones descontroladas, lo cual produce seres esclavizados por los apetitos, capaces de violar cualquier ley o principio por lograr la satisfacción de la adicción. Por causa de la intemperancia, algunos sacrifican una mitad, otros los dos tercios de sus facultades físicas, mentales y morales, y se hacen juguetes del mal.

Los excesos son nocivos

La complacencia excesiva en el comer, el beber, el dormir o el mirar no es sana. El funcionamiento saludable y armonioso de todas las facultades del cuerpo y de la mente resulta en felicidad y depende de lo comedido de los apetitos.

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