La salud resulta ser un negocio y no un derecho humano y natural

Cuando los fármacos son la causa de la enfermedad

Medicamentos
3 de diciembre, 2020 - 11:19 am
Anaís Meleán / [email protected]

«Somos alimentados por la industria alimentaria, que no presta atención a nuestra salud y tratados por la industria farmacéutica, que no presta atención a nuestra comida» Wendell Berry

Considerado el padre de la Medicina, Hipócrates (460-370 a.C.) aconsejó «que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina sea tu alimento», una verdad escondida para dar paso al jugoso negocio de los fármacos.

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El verdadero medicamento

El cuerpo humano fue creado como una maquinaria perfecta y en medio de un ambiente natural donde se concentran todas las energías necesarias para la vida. Internamente, nuestro organismo posee leyes de funcionamiento que debemos respetar para garantizar la existencia. El cuerpo humano, un gran laboratorio donde se generan millones de reacciones químicas requiere reactivos naturales encapsulados en el ambiente, en la interacción social y muy especialmente, en los alimentos para funcionar de manera óptima, de tal modo que la alimentación no sea un mera complacencia de apetito sino el reemplazo energético para la regeneración celular. He aquí la esencia de la frase de Hipócrates.

La conspiración en el negocio de la salud

Sin embargo, el mundo de los negocios ha dejado a un lado el respeto a las leyes naturales del organismo y ha convertido tanto la alimentación como la salud en un medio de enriquecimiento en el cual se requieren consumidores adictos y enfermos a quienes brindarles sus servicios. Con esta inteción, se han aliado la industria alimentaria y la farmacéutica quienes trabajan de forma sinérgica para elevar las ganancias.

El portal de los profesionales para el bien común “asegura que la industria alimentaria consigue que enfermes a través de la creación de productos hiper-procesados, mientras que la industria farmacéutica trata los síntomas de la enfermedad para mantenerte vivo (no sano), con el objetivo de que sigas consumiendo alimentos industriales, además de fármacos”.

En el libro “Medicamentos que matan y crimen organizado” de Peter Gotzsche se publica: “Es aterrador ver las semejanzas que existen entre la industria farmacéutica y la mafia. La mafia gana una obscena cantidad de dinero; la industria también. Los efectos secundarios del crimen organizado son asesinatos y muertes; los mismos que los de la industria farmacéutica. La mafia soborna a políticos y a otros, igual que la industria».

¿Coincidencias?

El texto de Gotzsche también hace referencia al hecho de que los medicamentos más vendidos en los últimos años, justamente sirven para eliminar los síntomas provocados por el consumo excesivo de alimentos ultra-procesados y por gran déficit de actividad física. En este aspecto entra en acción la industria del fitnees o gimnasios.

Veamos una muestra de los fármacos más vendidos: Lipitor, uno de los fármacos más vendidos en el mundo (más de 14.000 millones de dólares al año), cuyo objetivo es reducir los niveles de colesterol, cuando es muy cuestionable que estas drogas ayuden algo.

Plavix/Iscover, previene la formación coágulos de sangre producto de mala alimentación y la vida sedentaria, Nexium, intenta reducir los problemas asociados a problemas gastrointestinales, obviamente ligados en gran parte a los alimentos ingeridos, otro gasto constante es para atacar la diábetes , hipertensión, cáncer; todos productos de malos hábitos de alimentación

El engaño

Una mención especial en esta categoría de mayor consumo se la llevan los analgésicos, los cuales se usan cada vez más para mitigar los dolores y resulta ser más peligroso el remedio que la enfermedad porque al final el efecto se traduce en mayor sensibilidad al dolor, es decir, los analgésicos cuanto más se consumen más nos vuelven sensibles al dolor. Su alivio es temporal, de allí la necesidad de requerir numerosas dosis, por eso, los riesgos son mayores que los beneficios.

Por otro lado, tenemos los antiinflamatorios cuyo uso excesivo está ligado a mayor riesgo coronario. Se ignora que el cuerpo y algunos alimentos particulares son capaces de resolver el problema de inflamación sin necesidad de comprar un producto comercializado. Este tipo de fármaco frena el proceso antiinflamatorio pero también bloquean la producción de prostraglandinas (sustancias que ayudan a resolver problemas inflamatorios). La activación de prostraglandinas se encuentra mayormente en los alimentos con mayor contenido de ácidos grasos. Por lo tanto debemos ser capaces de generar un ambiente de alimentos y no de productos.

El negocio

El mercado farmacéutico supera las ganancias por ventas de armas o las telecomunicaciones. Por cada dólar invertido en fabricar un medicamento se obtienen mil de ganancia. Está dominado por grandes empresas de los países industrializados, a pesar de los avances de algunas naciones en desarrollo y acapara una gran parte del mercado mundial gracias al control de la innovación y el desarrollo. El sector farmacéutico se encuentra en continuo crecimiento y se caracteriza por una competencia oligopólica en la que 25 empresas controlan cerca del 50% del mercado mundial.

Ninguno de los países en desarrollo cuenta con industria farmacéutica propia, con excepción quizá de Brasil y de la India, que han logrado una auténtica emancipación en este aspecto. Aunque algunos países desarrollados que han sido capaces de crear laboratorios nacionales dependen mayoritariamente de los proveedores de materias primas químicas y, por consiguiente, de las industrias químico-farmacéuticas que pertenecen también a estas. Un reducido grupo de países (Estados Unidos, Unión Europea y Japón) dominan la casi totalidad de la producción, investigación y comercialización de los fármacos en el mundo.

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Estrategias inhumanas

  • La salud es el objeto a negociar.
  • Presionan a los gobiernos con chantajes por la “salud del pueblo”.
  • Los precios son elevados y hasta inaccesibles con lo cual ganan dominio.
  • Los productos no eliminan la enfermedad de raíz, sólo desaparece temporalmente los síntomas y generan nuevas anomalías.
  • Crean la sensación de bienestar y seguridad al ingerir un fármaco.
  • Se crean estrategias publicitarias de estímulo para crear status al visitar una farmacia.
  • Se incentiva el consumo de fármacos inútiles.
  • Se crean sustancias adictivas que generan farmacodependencia (no pueden vivir sin tomar una pastillita de algo).
  • Se ocultan los resultados de investigaciones que develen las verdaderas causas de las enfermedades y en algunos casos se disminuyen o elimina la investigación.
  • Se fuerzan a las legislaciones y poderes públicos nacionales para favorecer esta industria.
  • Estimula la preocupación sobre futuras enfermedades en poblaciones sanas.
  • Convierte los problemas personales y sociales en trastornos de salud diagnosticables y con necesidad de tratamiento: Convertir la timidez en fobia social.
  • El 90% del presupuesto dedicado por las farmacéuticas para la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos está destinado a enfermedades que padecen un 10% de la población mundial.

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