Denuncian que los trabajadores de los «súper» compran un paquete, de 40 pañales, en Bs. 175 y lo venden a Bs. 1.500.
San Francisco — No cesan las colas en los supermercados de Maracaibo y San Francisco.
Las kilométricas filas afectan tanto a jóvenes como a los mayores, quienes resaltaron que día a día viven un «calvario» para llevar la comida a sus hogares.
En un recorrido realizado por el equipo reporteril de QUÉ PASA por los distintos establecimientos de la capital zuliana: Centro 99 (La Limpia), Latino (C-2), Latino (Bella Vista), De Candido (IPSFA), De Candido (La Limpia) se constató que los compradores siguen a la caza de los rubros.
Mariela Reverol, quien reside en la parroquia San Isidro, rechazó abusos por parte de los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) que están a las afueras del De Candido de la avenida La Limpia, «yo soy trabajadora del barrido manual (salserín), a nosotros no nos permiten comprar, nos humillan por trabajar barriendo las calles, yo paso el día trabajando y no tengo mucho tiempo para poder comprar pero ya no respetan ni a los viejitos».
En la mayoría de los supermercados ya se está implementando la compra mínima de Bs. 500, con el fin de lograr que el índice del contrabando de extracción descienda. Mientras tanto la GNB continúa custodiando los establecimientos para mantener el orden público.
En el sur es igual
Entre las quejas de los usuarios del municipio San Francisco está la presunta manipulación de los empleados para obtener de manera desproporcionada y sin restricciones los artículos. Así lo aseguró Trina González, cliente del comercial Miami, ubicado en el Kilómetro 4, quien dijo que las cajeras acaparan los pañales y adquieren los bultos al precio regulado y luego los venden a las afueras a precios exorbitantes.
«El paquete de 40 pañales lo adquiere en Bs. 175 y lo venden a Bs. 1.500. Es demasiado descaro; allí es donde debe estar la policía para que se lleven presos a quienes realicen estos delitos», refutó la mujer.
Basta hacer un recorrido por los principales expendios de alimentos de la jurisdicción sureña para observar el colapso, que no solo abarca a las personas que realizan las colas, sino a los conductores que transitan y se ven envueltos en el viacrucis vial que esto genera.
Los sureños esperan y piden que la situación de desabastecimiento, acaparamiento o lo que sea que este impidiendo que los alimentos lleguen a sus casas se mejore en los primeros meses del año 2015.
Desde principios de enero el panorama no ha cambiado en los principales mercados de Maracaibo
Fotos: Hayleén León/Carmen Salazar
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