Tras la Consulta Popular se ha creado un descontento en cuanto a la credibilidad de sus resultados
Este sábado culminó el proceso de “consulta” promovido por el sector de la extrema derecha liderada por Juan Guaidó en un intento por construir un “marco de legitimidad” a su idea de extender inconstitucionalmente la Asamblea Nacional electa en 2015 y cuyo periodo constitucional que culmina el 5 de enero de 2016.
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Desde su anuncio esta idea fue objeto del cuestionamiento por parte de sectores de la oposición interna siendo el ala más reacia a su realización, un sector de la extrema derecha dirigido por Maria Corina Machado, quien ya en agosto había manifestado su rechazo a esta opción, calificando este proceso de “maniobra de distracción disfrazada de unidad”.
Sobre mi reunión con el Presidente interino, @jguaido: pic.twitter.com/V6qT1K0zQy
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) August 29, 2020
Pero no solo en Venezuela se manifestó el rechazo, desde Estados Unidos un sector de los autodenominados “exiliados”, señalaron a la propuesta de extensión del interinato de Guaidó como una “farsa”.
Pese a estas objeciones el sector guaidosista decidió llevar a cabo esta consulta, donde emulando al cuestionado sistema de votación estadounidense, inició el 7 de diciembre con voto a distancia a través de Telegram el cual no poseía mecanismos de seguridad que garantizarán la premisa “una persona, un voto” y el 12 de diciembre con el acto presencial, donde podían acudir sin ninguna restricción -salvo la moral- para “sufragar” una vez más.
Tras la Consulta Popular
Esta pugna previa a su realización quedó minimizada con lo que acontenció tras su realización y la publicación de los “resultados” que sin haberse conocido ya contaban con la prerrogativa de prohibir su auditoría.
De acuerdo a los números entregados por los organizadores encabezados por la ex-magistrada Blanca Rosa Marmol de León este evento contó con la participación de 6,4 millones de personas, las cuales las dividen en 2.412.354 por vía digital, 3.209.714 de manera presencial y 844.723 fuera del país.
La diatriba fue encendida por el periodista de tendencia opositora Eugenio Martínez, quien fue el primero en cuestionar los números presentados por los organizadores del evento, los cuales calificó de “insostenible”.
Esto despertó la reacción de uno de los principales promotores de la “consulta”, Freedy Guevara, quien quiso cuestionar la credibilidad del periodista en un intento por asociarlo con el chavismo.
¿Qué sentido tiene engañar con los datos? ¿Qué sentido tiene hacer cálculos políticos basados en datos incorrectos? Usar datos incorrectos para hacer análisis conduce a los fracasos.
— Eugenio G. Martínez (@puzkas) December 13, 2020
Ante este intento Martínez hizo el ejercicio matemático para desenmascarar este fraude calculando el número de mesas instaladas y la participación que deberían haber tenido cada una, números que son físicamente imposible.
Ante los cuestionamientos que surgieron desde los defensores de la “consulta”, Martínez retó a sus críticos a realizar una auditoría sobre los números presentados, obteniendo como respuesta el silencio.
Como te dije en privado. Si Voatz demuestra que votaron 2.5 millones y ustedes pueden comprobar que se movilizaron 4 millones presencialmente; entonces les pido disculpas publicamente por mi error
— Eugenio G. Martínez (@puzkas) December 13, 2020
Este nuevo episodio provocado por esta inconsulta “consulta” y sus inauditable resultados, se suma las pugnas que existen dentro de la oposición venezolana que tras el triunfo obtenido en 2015, ha venido en un proceso de fragmentación que ha alcanzado a dividir incluso a la extrema derecha con un sector que apuesta por la continuidad indefinida de la “presidencia interina” del autoproclamado y otros que saben que esa historia llegó a su fin y cifran todas sus esperanzas en una intervención militar extranjera en Venezuela para derrocar al Gobierno legítimo venezolano.
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