¡Exclusiva! «De vuelta a casa»: connacionales viajan a pie desde Perú para llegar a Venezuela

Desde el primero de mayo ya se suman 48 días que el grupo de Alexander emprendió su viaje a pie hasta Venezuela, para ellos el camino no ha sido fácil

Maracaibo – Recorriendo paramos con temperaturas de -0°, desiertos, trochas en buses o camiones de carga, Alexander José Landaeta junto con un grupo de 10 venezolanos hacen parte de la población de migrantes que ante la falta de respuestas de entes gubernamentales tanto extranjeros como nacionales sobre la petición de un vuelo humanitario, decidieron como última vía caminar para regresar a Venezuela.

Desde el primero de mayo ya se suman 48 días que el grupo de Alexander emprendió su viaje a pie hasta Venezuela, para ellos el camino no ha sido fácil. El maltrato de las autoridades policiales de los países que han tenido que atravesar (Perú, Ecuador y Colombia), ha atrasado y complicado su recorrido.

Landaeta narró como en el primer día de su trayecto él, 11 venezolanos, dos colombianos y 160 peruanos (quienes también decidieron caminar para volver a sus provincias), fueron retenidos por la policía peruana y estuvieron detenidos 17 días, en los cuales, sin un techo con que cubrirse de la lluvia, dormían en una cueva a las orillas de un río, en el puente Cunya, Abancay, en la frontera con Cusco (lugar donde partieron).

«Para ese momento las autoridades policiales habilitaron un autobús que sólo se llevó a los nacionales y a los extranjeros nos tuvieron retenidos, el 18 de mayo por la tarde nos dividieron a los 11 de mi grupo, y nos fueron despachando en grupos de dos, de allí partimos caminando pero en grupos separados», contó Alexander Landaeta en una entrevista telefónica con el equipo de redacción de QUÉ PASA.

Un viaje largo

En total son 4.500 kilómetros los que tienen que recorrer Alexander José Landaeta para llegar a Venezuela.

Ahora, aunque separado de su grupo, Alexander y su cuñado Jesús Alberto prosiguieron su camino. El venezolano describió de manera detallada su trayecto y como junto a su cuñado pasaron todo Lima a pie.

«Nuestro transitar fue de Cusco, a Abancay de allí Puquío (donde hay una temperatura que baja a menos 0 grados), posteriormente agarramos una cola que nos dejó en Lima, con mi cuñado cruzamos todo Lima a pie. Luego camine por todo un desierto que mide 47 kilómetros, allí me encontré con un grupo de 4 venezolanos con los que hice grupo, uno de oriente y los otros tres de Caracas», describió Landaeta quien en Venezuela era abogado y Técnico Superior en ingeniería informática y eléctrica.

Con personas que recién conoció Alexander hizo un nuevo grupo, con el cual continúo su camino hasta el terminal del Ipiales, Colombia, allí se reencontró con cinco personas de su primer grupo que fue separado en Perú. Ahora con un grupo de 11 personas Alexander Landaeta se encuentra camino a Venezuela, hasta la última comunicación telefónica que tuvo el equipo de QUÉ PASA con el Venezuela (15/06/2020), el venezolano que estuvo radicado en Perú por casi dos años; se encontraba atravesando Medellín.

Caminantes olvidados

Platanos y frutas es la comida del día a día de los venezolanos que decidiron caminar hasta Vnezuela.

Así como se mencionó en la edición pasada de este semanario, caminar es la última vía para estos venezolanos ante la falta de respuestas positivas sobre un vuelo humanitario que los regrese al país. Sin zapatos, con hambre y frio, los migrantes venezolanos son los caminantes olvidados en medio de la pandemia que agrava aún más su situación.

Invisibles para los gobiernos y organizaciones que se supone deberían velar por los derechos de los migrantes, los venezolanos se han atravesado con personas que están dispuestos a brindarles una mano amiga, pero también han recibido maltratos y engaños.

«En algunos puntos de control la policía nos ayudaba a conseguir cola, en otros la policía nos maltrataba, nos mandaba a bajarnos de lo vehículos donde nos daban la cola (…) Los zapatos se nos acabaron, andamos en cotizas, la ropa la tenemos que botar por el sucio porque no tenemos donde lavarla y como el agua es demasiado helada las manos se nos acalambran».

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«Una penuria», así calificó Alexander Landaeta la situación que él y su grupo han vivido. «Es lamentable la situación de los venezolanos, estamos olvidados por los gobiernos de estos países que hemos tenido que recorrer. El maltrato en Perú es inexplicable, en Ecuador la policía también nos maltrató y, sin embargo, estoy agradecido con todos los ecuatorianos que en el caminos nos dieron refrigerios», dijo.

Sin comida y dinero para las provisiones este grupo de connacionales sólo tiene una petición que las organizaciones que se encargan de ver por los derechos humanos les brinden su apoyo y colaboración en comida y medicinas. «Lo necesitamos, en el grupo con el que voy hay una jovencita de 18 años y un niño de 12 años, estamos en condición de calle, dormimos donde nos agarre la noche», añadió.

«No es fácil caminar» 

Pese a las medidas de restricción y prevención por el Covid-19, los venezolanos están conscientes que tienen que pasar por un aislamiento al volver a Venezuela. “Nosotros estamos claros que debemos someternos a una descontaminación y cumplir la cuarentena por los días establecidos por el gobierno nacional”, manifestó.

“No es fácil este caminar, pero nosotros le damos las gracias a Dios porque nos hemos mantenido sanos y salvos porque no nos ha dado fiebre. La cabeza nos duele porque pasamos días sin comer, apenas pan y agua”, comentó.

Para Alexander su esperanzas están puestas en volver a su cuidad de origen en donde viven sus dos hijos. «Yo tengo un hijo de 13 años y otro de cuatro, estar separados de ellos no ha sido nada fácil. Ser migrante no es fácil estar seprado de la familia y sus seres querido», comentó con desanimó.

Para estos venezolanos reencontrase con su familia es la motiviación que los hace seguir en su arduo camino. «Nuestra meta es llegar a Venezuela y llegar nuestras casa sano y salvos» dijo el venezolano.

Los caminantes hablan

Gabriela García
Edo. Monagas, Maturin.

El viaje viaje ha sido bastante dificil pero bueno aquí voy, pa´lante y tratando de sobrevivir en el camino. Yo vengo de Lima, Perú. Decidí volver a Venezuela porque por la pandemia perdí mi trabajo, era muy dificil hasta para conseguir comida.

Fernando Suarez
Edo. Monagas, Maturin.

Caminar y pedir cola en mula [gandolas]. Yo vengo de Lima, Perú, me retorno de Lima por la situación con el Covid-19, que para la mayoría, como eramos comerciantes informales, se nos hizo muy dificil. Nosotros regresamos es por eso.

Gracias a la pandemia a muchos venezolanos los estaban corriendo de sus arriendos. Por lo que dedicí irme caminando, yo vengo de Lima, Perú. Los que nos ha tocado vivir no ha sido nada fácil, incluso para comer se nos hacia difícil.

Foto: Cortesía 

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— Diario Qué Pasa (@DiarioQuePasa) June 18, 2020