Acceder a sus peticiones puede ser letal

Es peligroso complacer a los pacientes sicosomáticos

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25 de julio, 2021 - 1:41 pm
Anaís Meleán / [email protected] / Qué Pasa

Nueve de cada diez enfermedades se originan en la mente de los pacientes. La mayoría de estos casos predispone al cuerpo a los efectos de lo que su imaginación le asoma, y el sólo hecho de pensar en alguna situación, comienza a padecer el mal que supone o imagina le vendrá

 

La relación que existe entre la mente y el cuerpo es muy íntima. Cuando uno está afectado, el otro simpatiza. La condición de la mente afecta la salud del sistema físico. Si la mente es libre y feliz, por una conciencia de bien hacer y un sentido de satisfacción en hacer felices a otros, el cuerpo también lo estará como respuesta a la interdependencia entre mente y cuerpo.

Las enfermedades sicosomáticas son un trastorno mental en el cual la persona presenta síntomas físicos pero que no pueden ser explicados por una enfermedad física (orgánica).

Ciertamente, estos síntomas son reales y provocan gran malestar en diversos ámbitos de la vida cotidiana de los pacientes, pero se trata de un proceso de origen psíquico que influye en lo somático o corporal, es decir, la mente predispone al cuerpo para que sienta lo que ella ordena; por ello resulta tan peligroso complacer o «seguir la corriente» a este tipo de paciente pues, se le complica la mente y el cuerpo irá respondiendo hasta llegar a causar la muerte.

Posibles causas

Nueve de cada diez enfermedades se originan en la mente de los «pacientes». Sus causas no están del todo definidas. Se considera que estados mentales como la depresión, la ansiedad y el estrés provocan un aumento de los impulsos nerviosos que son factores que contribuyen a los síntomas físicos. Por ejemplo, la adrenalina, que se libera en situaciones de estrés, también puede desencadenar síntomas físicos.

En otros casos pueden ser razones como remordimiento, pecados ocultos, enseñanzas nocivas que atormentan la psiquis y se devoran la estabilidad emocional.

Otra de las mayores causas de este tipo de enfermedades es la imaginación. La mayoría de estos casos predispone al cuerpo a los efectos de lo que su imaginación le asoma, y el sólo hecho de pensar en alguna situación, comienza a padecer el mal que suponen o imagina le vendrá.

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Al pensar en esto, no hay que irse hasta llegar a creer que se trata sólo de personas dementes, con problemas esquizofrénicos, no. Ocurre cuando la mente o el cuerpo se resisten a no aceptar una realidad a o una querer imponerse a la otra, por ejemplo, frases como «si no tomo café me duele la cabeza».

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Muchos «pacientes» se imaginan que la menor exposición del cuerpo les causará alguna enfermedad, y efectivamente el mal sobreviene porque se le espera; y efectivamente, si no toma café le duele la cabeza, no porque sea real el efecto sino porque la mente predispuso al cuerpo, ordenó la segregación de sustancias que activaran el sistema nervioso y se generara la dolencia.

Estos casos ocurren con frecuencia. Si una mente piensa que una ropa determinada le da alergia, al usarla le dará la alergia, o algún tipo de comida le caerá mal, sin duda, al ingerirlo, le afectará el sistema digestivo porque el cuerpo obedece fielmente a las órdenes cerebrales. De allí que muchos mueren de enfermedades puramente imaginarias.

La falta de voluntad debería encabezar esta lista sin embargo, no le resta importancia a las anteriores. Muchos de los sufrimientos en este tipo de casos, e inclusos en los que las enfermedades son reales, se debe a la falta de voluntad de los pacientes para poder elevarse por encima de la enfermedad del cuerpo y de la mente; y superarla.

Otro factor determinante para la aparición de enfermedades sicosomáticas es el egocentrismo. El centrar la atención exclusivamente en sí mismo es motivo de enfermedad simplemente por ser un principio opuesto al funcionamiento natural de las leyes que regulan el desarrollo óptimo del organismo

También forma parte de esta lista de razones, las emociones depresivas pues son estorban el proceso de la digestión e interfieren con la nutrición y hace que aparezca la enfermedad; mientras que la alegría y un espíritu dispuesto a sanar son muy buenos remedios.

La sanidad comienza en la mente de los pacientes

La sanidad de toda enfermedad no requiere fármaco, requiere voluntad. Una gran parte de las enfermedades que afligen a la humanidad tienen su origen en la mente y sólo pueden ser sanadas por la restauración de la salud de la mente.

Hay mucho más pacientes enfermos de la mente de lo que imaginamos. Esta realidad exige de todos nosotros, no la ingesta estéril de sustancias químicas creadoras de adicción, sino la formación de ambientes constante llenos de alegría, en armonía con la naturaleza, de cortesía y amor. La amistad, la gratitud, la confraternidad, el trabajo físico, la obediencia, el orden y la ecuanimidad resultan ser los mejores remedios preventivos para este tipo de enfermedades.

Diagnóstico

Aunque confuso e incierto, el diagnóstico de las enfermedades sicosomática en los pacientes suelen ser:

Dolor en diferentes partes del cuerpo: cabeza, abdomen, dorso, articulaciones, extremidades, tórax, recto, durante la menstruación, el acto sexual, o la micción; en el aparato digestivo: náuseas, vómitos, distensión abdominal, intolerancia a los alimentos que no les gusta a los pacientes; en el sistema nervioso: alteración neurológica (sin ser realmente ninguna lesión del sistema nervioso): alteración de la coordinación o del equilibrio, parálisis, debilidad muscular, dificultad para tratar, sensación de nudo en la garganta, afonía, retención de orina, alucinaciones, pérdida de la sensibilidad, visión doble, sordera, convulsiones. Ninguno de estos síntomas se produce de forma simulada, es creado por la mente de forma genuina.

 

MEDIDAS PREVENTIVAS

Tener un cerebro sano: el cerebro es el órgano e instrumento de la mente, y controla todo el cuerpo. Para que las otras partes del sistema estén sana, el cerebro debe estar sano. El cerebro se vigoriza con lecturas sanas, reflexiones bíblicas, correctas actitudes de relaciones humanas cargadas de valores cristianos, buenos pensamientos, cumplimiento del deber, buscando la paz con Dios, mantener espíritu alegre. Eliminar los pensamientos tóxicos o alimentos mentales nocivos como videos o lecturas estridentes, malos deseos, pensamientos ambiciosos o egoístas, etc.

Alimentarse correctamente: para que el cerebro esté sano, la sangre debe ser pura. Si por los hábitos correctos en el comer y el beber se mantiene pura la sangre. Para ello, se debe eliminar el consumo de alimentos tóxicos (azúcar, lácteos, trigo, grasas, cigarrillo, alcohol, drogas).

Ejercer Autocontrol: no se puede evitar que los pajaritos vuelen en nuestra mente, pero sí podemos evitar que hagan nidos, es decir, aunque lleguen un pensamiento fuera de lugar, puedes usar la voluntad fortalecida por tu conciencia para sujetarlo. Hay persona que se imponen u propias enfermedades: “si no tomo café me duele la cabeza”, cuando no lo tomes porque estás consciente de los efectos nocivos que esta sustancia tóxica produce, y te obligues a no hacerlo, no llegará el dolor de cabeza porque el cerebro entenderá los beneficios de no tomarlo y por ende, no enviará ninguna señal de malestar, al contrario, trabajará en regenerar la funciones celulares.

Poseer poder moral: El poder mental y moral dependen de la salud física. Es necesario sacrificar todos los placeres y complacencias que interfieran con la salud, el resultado de bienestar produce más felicidad que lo ofrecido por aquello que se sacrificó. Estar sano produce más placer que cualquier complacencia efímera y egoísta.

Anaís Meleán 

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