San Francisco — Recorrer las calles y avenidas del municipio San Francisco es un verdadero atentado contra los que por ellas transitan, no solo visualmente, sino que los olores y las consecuencias en la salud son irrefutables. La basura se prolifera por todos lados, hasta el punto que los sureños instan al Gobierno local y regional a exportarla a otros países donde sí la reciclan.
Mary Albarrán, habitante del barrio Suramérica, aseguró que sus tres hijos han caído con el dengue, además de las constantes afecciones respiratorias y dermatológicas producto de la quema de la basura.
«El aseo no pasa y no tenemos dinero para pagar para que no las boten. Los vecinos prefieren quemarla para aplacar las montañas de desechos», aseguró.
Desde el kilómetro 4 hasta un poco más allá del centro comercial El Samán, existen cantidades exorbitantes de desechos, incluso en algunas zona le roba centímetros a la carretera.
José Sanabria vende café y periódico en el sector Villa Chinita y contó que tiene más de un mes sin ver los camiones recolectores de basura.
Los lugareños piden consciencia a la empresa Esoproambiente antes que la situación desencadene un caos ambiental y genere epidemias graves. Los indigentes e indígenas se vuelcan a los montones de desechos en busca de algo que les sirva, incluso muchos de ellos, comida.
Insisten que los camiones solo se ven recorriendo las vías principales de La Coromoto, Sierra Maestra y San Francisco.
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