San Francisco — El camposanto municipal San Francisco o mejor conocido como cementerio Betulio González —pues los propios vecinos decidieron colocar el nombre de esta gloria deportiva del boxeo, ya que este vive a escasos metros— se encuentra a merced del hampa.
Con una data de 70 años de construida la infraestructura, pide a gritos una remodelación o por lo menos un cariñito a varias de sus áreas. Sin embargo, para los pobladores del barrio San Benito de la parroquia El Bajo, jurisdicción sureña, el mayor problema que atraviesan con el cementerio es el foco delictivo que allí se gesta todas las noches.
Emerina Leal contó que desde hace tres años eliminaron un punto de control policial que se encontraba en la entrada del recinto y a la fecha, debido a su ausencia, el cementerio se ha convertido en una guarida de ladrones y consumidores de droga. Aunado a esto, la falta de recolección de basura también forma parte del malestar colectivo.
«Ni siquiera porque se encuentran los restos mortales del recordado Padre Vílchez, fallecido en el 2013, e insigne personaje de la historia sanfranciscana», manifestó Jorge Soto.
Por su parte, Edinson Rubio, encargado del cementerio, aseguró que existe un proyecto para la remodelación del bahareque, un nuevo campanario y la construcción de un panteón regional.
«Si la Alcaldía ejecuta esta obra el cementerio sería uno de los más modernos del país y de Latinoamérica». En relación a las denuncias de los vecinos, aseguró que el camposanto tiene buen alumbrado público y se trata de mantener limpio.
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