Foto: Referencial
San Francisco — A pesar del bombardeo informativo sobre el acoso escolar o bullying, muchos padres y representantes aún están en pañales en relación a las consecuencias y secuelas que deja este flagelo.
«Mami una niña me dijo que mis zapatos son de pobres», «mami unas compañeras de clases me echaron barro en el uniforme», «mami, las niñas de mi salón me querían meter la cabeza en la poceta». Expresiones como estas son pasadas por alto por algunos progenitores, que, en su incredulidad, contribuyen sin querer al inicio de lo que será el comienzo del infierno para estos pequeños.
El equipo reporteril de QUÉ PASA, en el municipio San Francisco recibió el testimonio de una madre, que por razones personales prefirió omitir su nombre. Ella, inscribió a su pequeña de 5 años en el colegio Javier, institución reconocida por su trayectoria y excelencia educativa, en el sector Sierra Maestra.
«Yo estaba súper contenta cuando logré conseguir el cupo, porque no es fácil entrar, pero nunca me imaginé que mi hija sufriría tanto en ese lugar», dijo afligida la señora.
A los pocos meses la niña comenzó a decirle lo que le hacían sus compañeritas y la mamá conociendo la realidad del bullying se dirigió a la institución y su sorpresa mayor fue cuando la docente le sugirió que retirara a su hija, pues las otras niñas eran unas de las que más aportaban monetariamente al colegio y difícilmente las corregirían.
Impresionada, dejó pasar un tiempo para ver si las cosas cambiaban, pero no, la situación se acrecentó hasta el punto que a principios de año tomó la decisión de buscar otra escuela para su pequeña.
En la actualidad se han registrado episodios de tinte político.
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