Ante la acumulación de acusaciones de violencia policial en las últimas semanas, el Gobierno de Emmanuel Macron se ha visto obligado a recordarle a la Policía que debe ser «ejemplar». El jefe de Estado pidió «propuestas claras para mejorar la deontología»
Francia – Fueron necesarias una serie de videos acusatorios y una nueva muerte en las últimas semanas para que el Gobierno francés cambiara finalmente su retórica hacia la Policía.
El Ejecutivo sigue negándose a hablar de «violencia policial», pero por primera vez desde que fueron publicados los informes de violencia desproporcionada por parte de las fuerzas de seguridad durante las manifestaciones de los chalecos amarillos, parecen soplar vientos de cambio.
Entre estos videos, el revelado por el medio de investigación Mediapart sobre el arresto de Cédric Chouviat, el pasado 3 de enero, durante un control de carreteras cerca de la Torre Eiffel, conmocionó a la opinión pública.
El repartidor y padre de familia, de 42 años, murió víctima de asfixia por una fráctura en su laringe después de haber sido arrojado al suelo por varios policías.
La muerte de un detenido «en circunstancias cuestionables que deben ser aclaradas»
Así, en su discurso a la Policía Nacional el 13 de enero, el ministro del Interior, Christophe Castaner, finalmente reaccionó. Elogió largamente el compromiso de los policías, antes de declarar: «pienso también en Cédric Chouviat, que fue arrestado en París la semana pasada y murió en circunstancias cuestionables que deben ser aclaradas».
Luego, Castanier continuó su discurso en el mismo tono, refiriéndose a otro video que muestra a un policía haciéndole una zancadilla a una manifestante, el 9 de enero en Toulouse: «Lo que está en juego es el honor de la Policía, no jugamos con la ética».
Finalmente, pidió a la Policía un «comportamiento ejemplar» y subrayó la obligación de llevar su número de identificación en el uniforme, cuya ausencia ha sido regularmente denunciada.
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«Este recordatorio de las reglas no se había hecho hasta ahora y es importante que el gobierno lo haga porque hasta ahora había sido demasiado cauteloso y preocupado para tratar a la Policía con indulgencia», dice Jacques de Maillard, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Versalles Saint-Quentin, especialista en temas relacionados con la Policía, contactado por France 24.
El uso de la expresión «violencia policial» sigue estando prohibido
Por lo tanto, estos videos han provocado una nueva ola de acusaciones contra la violencia policial, ya denunciada durante la crisis de los chalecos amarillos. «Ha habido imágenes muy claras, hay casos en los que se han visto o señalado comportamientos no aceptables», admitió el presidente, Emmanuel Macron, el 14 de enero.
Así que el jefe de Estado instó al Ministerio del Interior a que hiciera rápidamente «propuestas para mejorar la deontología» de los agentes del orden. Dijo que «no debería haber complacencia», al tiempo que lamentó la «violencia y el nihilismo político» expresado por algunos manifestantes.
Por su parte, el Ministerio del Interior señaló que «ya ha comenzado varios estudios sobre ética y control», incluyendo el futuro «Plan Nacional de Mantenimiento del Orden Público, cuyas conclusiones deberían estar listas en unas pocas semanas».
Sin embargo, el uso de la expresión «violencia policial» sigue estando prohibido en las filas del gobierno, sobre todo en los discursos del ministro del Interior.
En el sindicato Synergies-Officiers, la reacción a la declaración presidencial fue amarga. «Nos sentimos usados. Defendimos la República y ahora nos están abandonando», dijo a la agencia AFP su secretario general, Patrice Ribeiro. Para él, «el gobierno muestra hoy una febrilidad por las redes sociales».
Pero por el lado del primer sindicato de comisarios de policía (SCPN-Unsa), el tono es conciliador: «Tenemos que reconocer que hay cosas que no van bien. En las manifestaciones, hemos visto gestos inapropiados: la zancadilla en Toulouse nos dolió a todos», comentó David le Bars.
La difusión en redes sociales de los videos permitió una toma de conciencia
Las fuerzas del orden han estado en primera línea durante varios años ante manifestaciones cada vez más complejas. Han tenido que enfrentarse a un número cada vez mayor de manifestantes que no dudan en confrontarlos físicamente. La Policía ha respondido a esto con un uso más masivo de lanzadores de balas defensivas (LBD).
«Hubo más de 15.000 disparos de LBD entre noviembre de 2018 y febrero de 2019. Esto es sintomático de un uso más fácil y masivo de la fuerza por parte de la Policía», dice Jacques de Maillard. Y según un recuento realizado por el periodista independiente David Dufresne, el número de víctimas de su uso en el último año fue de dos muertos, 25 lesionados oculares, cinco manos mutiladas y 318 lesiones en la cabeza.
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Para Dufresne, la grabación en video de la violencia policial y su difusión en las redes sociales es lo que permitió una toma de conciencia de la situación.
Foto: Agencia
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