Papa Francisco culmina el Año Santo de la Misericordia y cierra la Puerta Santa

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20 de noviembre, 2016 - 8:06 am
AFP

La Puerta Santa de la basílica de San Pedro fue cerrada el domingo por la mañana por el papa, que tiró de las dos batientes lentamente

Foto: AFP

Ciudad del Vaticano – El papa Francisco cerró este domingo su Año Santo de la Misericordia, una cualidad que ha tratado de predicar con el ejemplo, repatriando migrantes en el avión papal o acogiendo en el Vaticano a grupos de excluidos como los presos.

La Puerta Santa de la basílica de San Pedro fue cerrada el domingo por la mañana por el papa, que tiró de las dos batientes lentamente.

Luego, permaneció inmóvil, rezando con una mano sobre su crucifijo, antes de celebrar una misa en una plaza San Pedro muy concurrida.

«Pedimos la gracia de nunca cerrar las puertas de la reconciliación y del perdón», dijo Francisco en su homilía, antes de llamar a los creyentes a «infundir esperanza y a dar una oportunidad a los demás».

Gracias a una tradición que se remonta a la Edad Media, al cruzar la Puerta Santa, millones de peregrinos cristianos pudieron pedir perdón por sus pecados en el último año.

Hecho inédito, el papa pidió la apertura de miles de puertas santas en el mundo, abriendo personalmente la primera en África, en la catedral de Bangui. Pidió entonces a los centroafricanos que depusieran las armas y rechazaran «el miedo al otro».

Francisco lanzó el Año Santo de la Misericordia el 8 de diciembre de 2015, junto al papa emérito Benedicto XVI. Este año conmemora el 50º aniversario del final del Concilio del Vaticano II, que abrió la Iglesia a la modernidad.

Para el papa, la misericordia es sinónimo de esta apertura, única solución para este reformador que tratar de hacer volver a los creyentes que dieron la espalda a la Iglesia.

Algunos círculos católicos conservadores lamentan no obstante que el discurso del papa se centre tanto en la justicia social y la paz en el mundo, en vez de promover los valores tradicionales de la Iglesia.

Cuatro cardenales desafiaron al papa esta semana sobre uno de sus textos fundamentales que aporta una tímida apertura a las parejas divorciadas que se vuelven a casar por la vía civil.

Pero quienes buscan «fomentar la división con mala idea» no le impiden el sueño, reaccionó Francisco en una entrevista divulgada el viernes por el diario católico Avvenire. «Algunos rigorismos nacen de una falta, de una voluntad de esconder detrás de una coraza su propia triste insatisfacción», sentenció.

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