La empresa suiza Nord Stream 2 AG (NS2), operadora del nuevo gasoducto europeo, anunció formalmente el final de la construcción de la monumental obra de energía.
El barco «Fortune» –especializado en la colocación de tuberías en aguas profundas– unió el pasado 10 de septiembre, el último tramo del Nord Stream 2 (2° ramal) que va de las aguas de Dinamarca a la costa alemana, indicó la compañía suiza en un boletín.
Por su parte, Alexei Miller, presidente de Gazprom, comunicó en una reunión, del directorio del gigante ruso del gas, que «las obras del gasoducto concluyeron a las 8.45 hora de Moscú». El momento del inicio de las entregas comerciales depende del ente regulador alemán, pero debe ser muy pronto.
El NS2 comenzaría a operar a plena capacidad a finales del 2021. «Gazprom» aseveró que este año se podría suministrar 5.600 millones de m³ de gas por el gasoducto concluído. «El proyecto satisface las necesidades a largo plazo del mercado energético de la Unión Europea (UE) y garantiza el suministro en condiciones económicas razonables», subrayó Miller.
El Kremlin, por su lado, enfatizó que «el proyecto ruso es puramente económico y la oposición de EU ha sido un ejemplo de competencia comercial desleal».
El ducto NS2 tiene una capacidad de transportar 55.000 millones de m3 de gas por año en un recorrido de 1.230 km bajo el mar Báltico. Sigue el mismo recorrido que su hermano gemelo «Nord Stream 1», activo desde el 2012.
En Berlín, el diputado germano Waldemar Gerdt, miembro del Comité de Asuntos Internacionales del «Bundestag», sostuvo: «somos un país industrial, y la base de cualquier país industrial es la energía y, preferiblemente, la más limpia y la de menor precio. En Alemania hay un consenso en que el gas natural es la fuente energética más respetuosa con el medio ambiente y económicamente más viable».
Es oportuno recordar que el «Bundestag» se negó a votar sobre la propuesta de los «Verdes» para detener el proyecto «Nord Stream 2», el 18 de septiembre de 2020.
La vocera del ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, pidió a los oponentes del proyecto que dejen de obstruirlo. «Es imposible detenerlo porque ya está concluído, por lo tanto llegó el momento de acordar parámetros razonables y mutuamente beneficiosos para el funcionamiento de Nord Stream 2».
La ministra de Economía austriaca, Margarete Schrambek, sostuvo que Viena ha apoyado desde sus inicios el proyecto Nord Stream 2. «Este tendrá un impacto positivo en Austria, especialmente porque la UE está amenazada de una escasez de gas natural de alrededor de 120 mil millones de m³ para 2035. Incluso, a través de Nord Stream 2 es posible importar hidrógeno desde Rusia».
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¿Qué significa todo esto?
Primero lo indiscutible, que la obras de instalación del gasoducto ruso fueron concluidas pese a las sanciones unilaterales de EE. UU., en momentos en los que el precio del combustible toca máximos ($720 x 1000m³), situación que ha disparado el precio de la electricidad en Europa.
En segundo lugar, Nord Stream 2, por sí solo, no agrega nuevos volúmenes de ventas de gas ruso a los mercados europeos, solo está introduciendo una nueva ruta con mayor capacidad de transporte seguro. La cantidad estará determinada por la demanda en los «hubs» (puntos de suministro).
Y en tercer término, que la culminación de la mega obra, en su parte más importante, significa –ni más ni menos– que Europa obtendrá gas natural suficiente, necesario para producir electricidad, calentar los hogares y otros fines, a un precio justo y con un suministro seguro.
Estratégicamente ha sido un triunfo para los que creyeron en el proyecto ruso y una derrota política para quienes trataron de liquidarlo en beneficio de las empresas gasíferas de EE. UU. y de otros suministros.
La UE, instigada por EE. UU. para que frustrara el desarrollo del «Nord Stream 2», bajo la doctrina geopolítica antirusa, había planificado un proyecto según el cual los consumidores europeos comprarían el gas natural procedente de Asia Central que reemplazaría el suministro ruso.
Sin embargo, este plan nunca se implementó, porque China –quizá conociendo los planes de EE.UU.-UE– decidió adquirir todo el gas posible de Asia Central.
Igualmente «Gazprom» compró hidrocarburos de la región mermando la oferta.
Además, porque la complejidad de la logística marchaba a contravía del plan: por lo difícil de la situación internacional en la región (Irán, mar Caspio, Cáucaso) y por las decisiones políticas de Moscú…. Para atravesar el mar Cáucaso, era imprescindible tender una tubería por su fondo, a la que Rusia e Irán se opusieron hasta que finalmente quedó descartado el proyecto.
Así, la estrategia para sustituir el gas ruso fue un completo fiasco. De allí la construcción del NS2, con la oposición de los miembros de la OTAN, y en menor medida de Alemania y Austria. El gran instigador fue la dupla Washington-Londres.
Para satisfacer las crecientes necesidades de Europa del gas ruso, Gazprom está dispuesto a construir otra tubería: «Nord Stream 3» con el mismo recorrido de los anteriores por el fondo del mar Báltico.
El fuerte aumento actual de los precios del gas en Europa no tiene nada que ver con Rusia, obvio.
Pero, el Nord Stream2 ciertamente estabilizará el mercado. Incluso, adelantar su funcionamiento equilibraría significativamente los precios. Dados los bajos volúmenes de almacenamiento actuales, es probable que Europa necesitará -muy pronto- más gas del que recibe. Por lo tanto la negociación del NS3 debería adelantarse. Así EU, GB, y Ucrania, chillen…
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