Todas las diferencias son superables, mediante el diálogo, por proyectos comunes, por el respeto, sin fobias ideológicas, en un organismo multilateral sin impulsos imperiales como la OEA
Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México, propuso, en el marco de la cumbre de la CELAC, un reemplazo de la Organización de Estados Americanos (OEA) por un organismo autónomo, «que no sea lacayo de nadie y que juegue el rol que le corresponde como mediador en los conflictos entre naciones, sobre derechos humanos y democracia, pero a petición y con el acuerdo de las partes».
Durante el acto organizado con motivo del 238° aniversario del nacimiento de Simón Bolívar, ante los cancilleres y primeros ministros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), de la que es presidente pro-tempore, AMLO rindió homenaje a Cuba por afirmar su soberanía e independencia –durante más de medio siglo– de EE. UU., e insistió en la necesidad de dialogar con el poderoso vecino del norte.
López Obrador redescubrió la mejor tradición diplomática mexicana, a saber, «la defensa de la soberanía de nuestras naciones ante la permanente injerencia de Washington», y tomó la bandera de la unidad latinoamericana al pedir la sustitución de la disfuncional OEA por un organismo autónomo. México es, sin duda, una voz muy fuerte en el concierto regional.
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Nadie niega la diversidad cultural y algunas diferencias entre los Estados latinoamericanos y caribeños, que se derivan de sus culturas ancestrales, sus pasados coloniales, identidades étnicas, su historia, pero, tampoco hay dudas, de que todas las diferencias son superables, mediante el diálogo, por proyectos comunes, por el respeto, sin fobias ideológicas, en un organismo multilateral sin impulsos imperiales.
La OEA tras el camino del Grupo de Lima
El estallido del llamado Grupo de Lima diseñado para cercar a Venezuela y sus riquezas, como una obsesión de la ultraderecha dirigida desde Washington y Miami hizo de la OEA un lugar de desencuentro.
La OEA fue convertida en un escuadrón entrenado por la CIA para atacar a los gobiernos populares. Y, uno de los grandes responsables de este desastre ha sido Luis Almagro su secretario general (a quien el canciller venezolano llama «Sicario General»).
El objetivo de la OEA se trocó en imponer gobiernos que siguieran las directrices de Washington , y exigir la imposición de políticas neoliberales para saquear las riquezas de las naciones, someter a los pueblos latinoamericanos y atarlos a los dueños del capital a través de inmorales deudas externas que les impidieran cualquier desarrollo.
La OEA y la Casa Blanca han atacado a la CELAC, la Unasur, Mercosur, la Comunidad Andina de Naciones, el ALBA, y cada una de las organizaciones de consulta, cooperación e integración de los pueblos latinoamericanos y caribeños.
Fue la OEA de Almagro la que dispuso y orquestó el golpe de 2019 en Bolivia, la que aceptó, por mandato de EE. UU., la representación de Venezuela a Juan Guaidó, un personaje burlesco sin representación legal ni credenciales más que la aprobación y financiación de Washington.
la OEA la que ha criminalizado a las víctimas de la brutalidad represiva de los gobiernos de Chile y Colombia en los últimos dos años, y estuvo a la vanguardia del golpe criminal contra Cuba, confirmando de esa forma su falta de escrúpulos y sumisión obscena a los deseos de Washington al enfatizar los enfrentamientos donde demostró su total falta de respeto y decoro.
Un discurso potente
El discurso de López Obrador ha sido potente porque, más allá de las doctrinas latinoamericanistas, revive el planteamiento de rescatar la «CELAC».
Pareciera, de pronto, que la propuesta de Hugo Chávez, que se inició por el 2011 y que durante los últimos años fue debilitada por los gobiernos lacayos de Estados Unidos, vuelve a tener un líder convocante desde México.
La propuesta de AMLO apunta a una nueva relación de cooperación para el desarrollo y el bienestar de los pueblos de la región, bajo los principios de no intervención, autodeterminación y resolución pacífica de conflictos.
«Comencemos una relación en nuestro continente de acuerdo con la premisa de George Washington, que ‘las naciones no deben beneficiarse de la desgracia de otros pueblos’ », dijo, hábilmente AMLO
Andrés Manuel dejó claro que la política seguida por Washington durante los dos últimos siglos, se caracterizó por invasiones armadas destinadas a instalar o remover líderes a su capricho.
Hoy, es inaceptable. «Digamos adiós a las imposiciones, injerencias, sanciones y bloqueos. Sólo Cuba, desde hace más de medio siglo, ha afirmado su independencia, enfrentando políticamente a su vecino del norte… Puede que estés o no de acuerdo con la revolución cubana y su gobierno, pero haber resistido 62 años sin ser subyugado es un verdadero logro. Por eso, creo que el pueblo cubano, por su lucha de soberanía, merece el precio de la dignidad y que esta isla deba ser considerada como la nueva Numancia por su ejemplo de resistencia. Por la misma razón, debe ser declarado patrimonio de la humanidad».
López Obrador brindó un amplio panorama de la biografía de Simón Bolívar, en su lucha por lograr la unidad del continente. «No fue fácil. Perdió batallas, enfrentó traiciones y, como en cualquier movimiento transformador o revolucionario, surgieron divisiones internas, que fueron incluso más dañinas que las batallas reales».
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