Este martes –en los tribunales federales de Comodoro Py– empieza uno de los juicios que tiene como acusada a Cristina Fernández de Kirchner. Unos festejan porque «llega al banquillo la jefa de los que se robaron todo».
Argentina -Este martes –en los tribunales federales de Comodoro Py– empieza uno de los juicios que tiene como acusada a Cristina Fernández de Kirchner. Unos festejan porque «llega al banquillo la jefa de los que se robaron todo«. Otros denuncian persecución política con la complicidad de parte del poder judicial y en sintonía con el ‘lawfare’ regional. A eso se le suma el calendario electoral: este sábado (con el anuncio de que será candidata a vice) la expresidenta movió el tablero político del país. La causa, la Corte y cacerolas, la foto y las elecciones: con ustedes, cuatro puntos clave para entender el clima del ágora argentino.
1. La causa
Se la conoce como «vialidad». Es una causa en la que se acusa a Cristina Fernández de Kirchner de ser la líder de una ‘asociación ilícita’ formada por funcionarios públicos para direccionar la adjudicación de obras públicas a favor de ‘empresarios y amigos’ (puntualmente el Grupo Austral, del empresario Lázaro Báez) y recibir ‘retornos’ (esto es parte de otra causa). Se investigan 51 contratos de obras viales, que son las que se asignaron al grupo empresario del total de 83 que se gestionaron desde Santa Cruz (la provincia de la que surgió Néstor Kirchner) entre 2003 y 2015.
Interviene el Tribunal Oral en lo Criminal Federal número 2 de la Capital, acusan el Ministerio Público Fiscal, la Oficina Anticorrupción y la Unidad de Información Financiera. Hay 13 imputados, van a declarar unos 160 testigos, el expediente tiene 60 cuerpos de 200 páginas cada uno y cuentan con 150 cajas con documentación. En las últimas horas, el fiscal pidió incluir como prueba la Causa de los Cuadernos.
El supuesto procedimiento –según el requerimiento de elevación a juicio de la Fiscalía– se basaba en cuatro pilares: insertar al empresario en cuestión en el negocio de la construcción vial, exportar la estructura provincial a nivel nacional, concentrar ese tipo de obra pública en Santa Cruz, direccionar la adjudicación y pagarla de más.
Desde 2017 la expresidenta tiene fueros por su cargo electivo de senadora, lo que implica que el juicio puede suceder pero sin prisión preventiva. Es necesaria su presencia en el recinto al principio porque se precisa que estén todos los implicados al momento de leer las acusaciones. Aunque se esperaba que el juicio empezara el 26 de febrero, un problema de salud de uno de los jueces obligó a postergarlo. En el medio, hubo unos cuantos recursos que podrían derivar en pedidos de nulidad. Cuando la Corte Suprema mínimamente se movió, se generó un mini escándalo.
2. La Corte y las cacerolas
La defensa de Cristina Fernández de Kirchner presentó nueve recursos de queja entre los que figuran cuestiones de competencia, insuficiencia en las medidas de prueba que se tomaron además de que el resultado de las que sí se peritan todavía no está listo. A una semana del inicio del juicio, la Corte Suprema pidió el expediente para evaluar si hace o no lugar a los recursos.
El movimiento generó pánico: durante algunas horas se creyó que eso demoraría el inicio del juicio. ¿Cómo iban a poder leer todos esos papeles en tan sólo una semana? Hubo, incluso, un intento de caceroleo.
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