No aguantó la pela

El exembajador Benedetti se retracta y pidió perdón: dizque se dejó llevar por «la rabia y el trago»

Benedetti
6 de junio, 2023 - 8:05 am
Agencias

Los señalados por Armando Benedetti, el antiguo embajador de Colombia en Caracas, le han salido al paso por estas acusaciones, exigiéndole que acuda a las autoridades a presentar pruebas de lo que está diciendo

 

El exembajador de Colombia en Venezuela Armando Benedetti ha salido a pedir perdón,  señalando que se dejó llevar por «la rabia y el trago» en sus comentarios en los audios que se han filtrado a la prensa, en los que increpaba a la exjefa de Gabinete Laura Sarabia.

En los audios, Benedetti reprocha a Sarabia el supuesto mal trato que habría recibido tanto de ella como del presidente, Gustavo Petro, después de haber sido parte importante en la financiación de la campaña de este último, llegando incluso a deslizar la acusación de que ese dinero habría llegado por cauces irregulares.

«He sido parte fundamental del actual proyecto político del presidente Petro. Sin embargo, no satisfecho con lo que me correspondió políticamente (la Embajada en Venezuela no le fue suficiente), en un acto de debilidad y tristeza me dejé llevar por la rabia y el trago», ha reconocido.

En esas grabaciones, Benedetti también acusa al ya exministro del Interior, Alfonso Prada, y a su esposa, Adriana Barragán, de haber maniobrado para influir en la entrega de contratos públicos de la cartera que dirigía entonces.

Los señalados por el antiguo embajador en Caracas han salido al paso de estas acusaciones, exigiéndole que acuda a las autoridades a presentar pruebas de lo que está diciendo, mientras que Prada le ha denunciado ante la Fiscalía. Benedetti, ante el revuelo, ha asegurado que los audios fueron manipulados.

La semana pasada, Benedetti y Sarabia renunciaron a sus cargos, después de que ambos se vieran supuestamente involucrados en las presiones –intercepciones telefónicas ilegales incluidas– que sufrió la niñera de la exjefa de Gabinete, Marelbys Meza, a quien se acusó de haberle robado unos 6.500 euros.

Lea también: Benedetti amenazó con revelar secretos de campaña presidencial de Petro

Sarabia habría hecho uso de agentes de las fuerzas de seguridad para trasladar a Meza hasta una sala de un edificio inscrito a la Presidencia, donde, según denunció, fue sometida a una prueba del polígrafo para descubrir si era responsable de un robo de 31.000 euros, cifra casi cinco veces superior a la denunciada.

Petro, Benedetti y Sarabia: 3 claves para entender este escándalo

El círculo íntimo que llevó a Gustavo Petro al poder se quebró estrepitosamente.

Sus dos asesores más cercanos durante el último año, Laura Sarabia y Armando Benedetti, salieron del gobierno como resultado de un escándalo que incluye dólares en efectivo, insultos, traición, polígrafos, escuchas telefónicas y la sospecha de que la campaña fue ilegalmente financiada.

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Los protagonistas de esta telenovela. De izquierda a derecha: Laura Sarabia (la secretaria), Marelbys Meza (la niñera), Armando Benedetti (el embajador), Gustavo Petro (el presidente).

Se han divulgaron unos audios de Benedetti, un viejo operador político colombiano, enfurecido con Petro y Sarabia donde dice entre otras perlas «nos hundimos todos, nos acabamos todos, nos vamos presos, acabamos toda la hijueputa verga».

Hace 10 meses, Gustavo Petro se convirtió en el primer presidente de izquierda en la historia de Colombia. Armó un gobierno de coalición, lleno de figuras que moderaban su figura izquierdista y atenuaban los miedos que generaba su paso por la alcaldía de Bogotá, en la cual se peleó con medio mundo, incluidos sus más cercanos asesores.

Hoy, sin haber cumplido un año en el poder, la situación es distinta: una buena parte del gabinete multipartidista fue remplazada por viejos colegas de Petro, la coalición parlamentaria que quiere reformar las pensiones y la salud está debilitada y la oposición tiene arsenal para pedir la renuncia del jefe de Estado y acusar al gobierno de haber ganado con trampas.

Estas son tres claves que permiten entender el escándalo que puede marcar la presidencia de Petro.

Quién es quién

Armando Benedetti tiene una carrera política de 30 años. Apoyó gobiernos disímiles: pasó por el uribismo y el santismo. Se muestra más interesado en el poder que en la ideología. Ha sido investigado –aunque no condenado– por corrupción.

Cuando se dio cuenta que Petro podía ser presidente, se le acercó y se convirtió en su mano derecha durante la campaña.

Laura Sarabia llegó a Petro vía Benedetti. Una joven y aplicada funcionaria del ejército, hace siete años fue reclutada por Benedetti para ser su secretaria privada. En la campaña fue el puente entre los dos. Con menos de 30 años de edad, su influencia escaló vertiginosamente.

La asociación estratégica, sin embargo, se acabó en la presidencia: Petro nombró a Benedetti embajador en Venezuela, encargado de restablecer unas relaciones marcadas por la negociación de paz con la guerrilla del ELN. Un rol clave, pero lejos de Bogotá.

Sarabia, en cambio, pasó de secretaria privada a jefe de gabinete. Las dos crisis de ministros de Petro, en febrero y abril, revelaron su poder, sus maneras, el hecho de que nadie tenía tanta influencia sobre el presidente.

Los detalles del escándalo

Sarabia salió embarazada en plena campaña y dio a luz casi al tiempo que las elecciones. En ningún momento dejó a un lado su trabajo, así que apenas empezó el gobierno, por lo que contrató a Marelbys Meza, una niñera que trabajó primero con Benedetti, quien la despidió por un supuesto robo.

En enero, Meza se convirtió en la principal sospechosa de una investigación sobre la pérdida de US$7.000 en efectivo de la casa de Sarabia. Funcionarios de la policía y la fiscalía la hicieron someterse al polígrafo, una prueba realizada en la misma sede de la Presidencia, el Palacio de Nariño, en la que asegura se sintió «secuestrada y amenazada».

Para complicar aún más la situación, cuando Meza ya había sido despedida por Sarabia, Benedetti la llamó y la recontrató para que cuidase a sus hijos en Caracas, ciudad a la que llegó en un avión privado, según reportó el conocido periodista colombiano Daniel Coronell.

El miércoles, el fiscal general, Francisco Barbosa, quien fue nombrado por el gobierno de Iván Duque, de quien es cercano, dio una rueda de prensa en la que denunció que la investigación de este caso generó un sistema judicial paralelo, que la interrogación a Meza fue ilegal y que las escuchas ilegales estaban de vuelta en un país traumatizado por la violación de derechos políticos.

Lo que un día comenzó como un delito doméstico, al poco tiempo ya era un escándalo nacional.

Petro entonces anunció la salida de Sarabia y Benedetti y añadió: «Este Gobierno no intercepta ilegalmente comunicaciones de magistrados, de jueces, de periodistas, de opositores. A los opositores los cuidamos, no les puede pasar nada porque están bajo nuestra responsabilidad».

Posibles consecuencias

El escándalo agarra a Petro en un momento difícil: la aprobación de sus grandes reformas a la salud, las pensiones y el trabajo está pendiente de aprobarse en el Congreso, donde ya no tiene la presidencia del Senado ni una coalición clara, y sus negociaciones de paz con grupos armados se han ido debilitando.

«El escándalo desorganiza la coalición y complica la agenda», dice Yann Basset, politólogo de la Universidad del Rosario. «Pero además concentra la atención en Petro en lugar de en los congresistas o de la clase política».

«El peligro evidente para el gobierno es que tenga que dedicar su energía en responder y defenderse del escándalo y no pueda dedicarla a la agenda de reformas y eso despierta el espectro de un gobierno paralizado», añade Basset.

El escándalo, dice el politólogo, ha evocado la memoria del gobierno de Ernesto Samper, quien dedicó sus cuatro años a responder a las acusaciones de recibir dinero del narcotráfico en la campaña.

Silvia Otero, también politóloga, dice: «Aunque todavía no haya una sola prueba de financiación irregular, sí hay un escándalo político y con eso probablemente, sobre todo con este fiscal (opositor y que ya tuvo un querrequerre con Petro), se abrirá una investigación en el Congreso, donde Petro no tiene mayoría».

«Entonces, lo que viene es control de daños: el gobierno dedicado a controlar las consecuencias de estas declaraciones de Benedetti y eso, por supuesto, le quita maniobrabilidad».

Durante su alcaldía en Bogotá, Petro se quedó solo en el poder y gran parte de la gestión la dedicó a defenderse. Él suele atribuirlo a la reacción que genera el cambio profundo e inédito que propone. Todavía le quedan tres años y dos meses de gobierno.

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