El anuncio de supuesta buena voluntad por parte de quienes perpetraron el golpe de Estado se produce justo después de que el dirigente del Ejército fuera excluido de la cumbre de líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), a la que Myanmar pertenece desde 1997.
Un total de 5.636 ciudadanos encarcelados por protestar contra el golpe que derrocó al Gobierno el 1 de febrero de 2020 serán liberadas, según anunció este 18 de octubre la Junta Militar que gobierna al país. El Ejército culpó a la oposición de prolongar los disturbios en su contra.
La junta militar birmana, cuestionada por la represión contra todo aquel que proteste en su contra, aseguró este lunes 18 de octubre que está comprometida con la paz y la democracia.
El jefe del Ejército que lideró el golpe de Estado de 2020, Min Aung Hlaing, anunció que liberará a 5.636 personas encarceladas durante las manifestaciones en su contra, por “razones humanitarias”.
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Según Aung Hlaing, los ciudadanos serán puestos en libertad el próximo miércoles 20 de octubre, cuando se celebra el tradicional día de la iluminación Thingyan, que se conmemora el día de la luna llena del mes lunar birmano y es el segundo festival más importante del país.
Las personas que recobren su libertad deberán firmar un documento en el que se comprometen a «no cometer más actos de violencia» en contra de la nación.
Por el momento se desconocen los nombres de las personas que estarían en la lista. Sin embargo, la prensa local destaca que sería improbable que sean excarcelados los derrocados dirigentes del país: la líder Aung San Suu yi y el destituido vicepresidente, Win Myint.
No obstante, la noticia de las liberaciones para miles de ciudadanos causa gran expectativa en el país y llega en un momento de máximo aislamiento para el Ejército de Myanmar por parte de la comunidad internacional.
La junta militar de Myanmar acusa a la oposición de prolongar los disturbios
El anuncio de supuesta buena voluntad por parte de quienes perpetraron el golpe de Estado se produce justo después de que el dirigente del Ejército fuera excluido de la cumbre de líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), a la que Myanmar pertenece desde 1997.
La asociación decidió en cambio invitar a un representante no político del país, al encuentro que se desarrollará entre el 26 y 28 de octubre, lo que ha sido considerado como un desaire sin precedentes. La medida elevó aún más la tensión entre los nuevos gobernantes del país y las naciones de la región.
Este lunes, al tiempo que anunciaba la excarcelación de miles de manifestantes, el general Min Aung Hlaing aseguró que la ASEAN debería reconsiderar las “provocaciones” y “violencia”, que asegura es llevada a cabo por sus oponentes apoyados desde el exterior.
«Más violencia ocurrió debido a las provocaciones de grupos terroristas (…) A nadie le importa su violencia, y solo está exigiendo que resolvamos el problema. La ASEAN debería trabajar en eso», sostuvo el jefe de la Junta Militar en un discurso transmitido en televisión nacional.
La ola de violencia que comenzó en Myanmar por las represiones de los militares contra miles de manifestantes se ha ido extendiendo y profundizando con la incursión de varios grupos contra el régimen militar.
El NUG, una amplia alianza de grupos antigolpistas que incluye a miembros del derrocado partido gobernante de Suu Kyi, ha respaldado el entrenamiento y formación de milicias llamadas «Fuerzas de Defensa del Pueblo» para atacar a las fuerzas de seguridad en varias regiones del país.
Recientemente, el NUG declaró una rebelión nacional contra el régimen militar y pidió que sea reconocido como el representante legítimo del país.
«La exclusión de la ASEAN de Min Aung Hlaing es un paso importante, pero solicitamos que nos reconozcan como el representante adecuado», declaró su portavoz, Dr. Sasa.
Las fuerzas de seguridad de Myanmar han asesinado a más de 1.100 personas, según activistas y la Organización de Naciones Unidas.
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