Rose necesita dos puertas

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19 de marzo, 2015 - 1:00 pm
Redacción Diario Qué Pasa

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Rose pidió perdón para ser reinstalado en el mundo de la pelota

Foto: Agencias

Aficionados y fanáticos al «Rey de los Deportes»: Ahora que Pete Rose ha solicitado formalmente al nuevo comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, el poder ser reinstalado en el mundo de la pelota, surgen nuevamente las voces que claman por justicia, pidiendo que al exjugador, ahora con 74 años de edad, se le abran las puertas del béisbol para poder participar en cualquier clase de actividades sin tener que pedir permisos especiales.

Este es un punto que Manfred va a estudiar, de acuerdo al informe que hace un cuarto de siglo recibió Bart Giamatti, el comisionado que en ese momento y con esa información, decidió aplicar la sanción de por vida; luego se entrevistará con el propio Pete Rose, para entonces tomar una decisión en torno a mantener el mencionado castigo o levantarlo.

Un largo camino

El camino es largo todavía, pero al menos se ve ya la intención de acercamiento por ambas partes y podemos pensar en que al final, Manfred decida perdonar a uno de los íconos de la pelota y de los Rojos de Cincinnati y le abra las puertas al mundo de las Grandes Ligas. Sin embargo, el Salón de la Fama es otro boleto. Con la condición actual de Pete Rose, es imposible considerar siquiera la posibilidad de una entrada al recinto de los inmortales debido a su suspensión. Pero una vez perdonado, es entonces que el propio templo de Cooperstown tendrá que decidir si Pete Rose merece ser parte de el.

Evidentemente si nos vamos a sus números y a su carrera, Rose tendría que estar en el Salón de la Fama. El líder de hit en todos los tiempos (4,256), promedio de bateo de por vida de .303 tras haber jugado 24 temporadas en las mayores, sus 2,165 carreras anotadas lo colocan sexto en todos los tiempos, sus 746 dobletes solo son superados por Tris Speaker (792) en toda la historia, se retiró con 1,314 carreras producidas y 198 robos, pero además, con esa característica especial que todos los que tuvimos el privilegio de verlo jugar recordamos: el pelear cada turno, cada lanzamiento, cada opción, cada base… como si la vida misma le fuera en ello.

En busca del perdón

Si se da el perdón, el camino a Cooperstown se ve todavía muy sinuoso para Rose. Quienes votan han demostrado en los años recientes que la gente con situaciones de trampa no podrá ni siquiera acercarse a ese recinto, y probablemente es lo correcto, pero una cosa es el tan mencionado uso de sustancias prohibidas, en boga en nuestros tiempos, y otra el haber hecho apuestas. El mejor de los panoramas se presentaría si Rose apostó en favor del equipo que dirigía, pero en caso de haber apostado en contra de los Reds cuando el era mánager, estamos hablando de algo muy grave. Y algo así tuvo que saber en aquel entonces Bart Giamatti, porque difícilmente habría tomado una decisión tan drástica de no haber tenido toda la evidencia en la mano. El perdonar a Pete Rose sería un gran golpe de populismo en favor de Manfred; el admitirlo en el Salón de la Fama va a ser otro lío. Pero independientemente de ello, y por las condiciones que usted quiera, que triste es tener un Salón de la Fama en donde los dos líderes de todos los tiempos en las categorías ofensivas más importantes, Hits y Home Runs, ni siquiera están presentes.

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