Partió al cielo un caballero, gaitero, padre, maestro, amigo. EL PERIODISTA

¡Hasta pronto Sr. Francis! (+Fotos)

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21 de febrero, 2017 - 7:47 am
Herwin Godoy / [email protected]

Alegraba las jornadas en la redacción de este rotativo con sus gaitas y guarachas que colocaba en su computadora y cantaba a viva voz, mientras que sus colegas llegaban de pautas a saludarlo con el cariño y respeto que solo él despertaba

Diseño: Fabiola Ramírez

Foto: Cortesía

81 años se dicen fácil y quizás si se compara con la historia del mundo puede ser un pestañeo, y lamentablemente para muchos es así, para aquellos que dejan pasar su vida sin mucho afán y sin un propósito, afortunadamente para todos los que tuvieron el honor de conocer a Luther Francis Blackman, 81 años, son la historia de un hombre, un amigo, un padre, un maestro, UN PERIODISTA.

Nuestro jefe de Deportes partió ayer hacia el encuentro con Dios, y con muchos compañeros que se le adelantaron en la travesía, luego de 81 años de vivir a plenitud, que repetimos se dicen fácil, lo difícil está en resumir una vida de logros en apenas 8 mil caracteres.

Cada uno de los miembros de esta casa editorial, tendrá que acostumbrarse a no levantar la mirada a las 9 y 15 de la mañana para ver entrar por la puerta de vidrio de la sala de redacción aquel hombre de una estampa que superaba el 1.76 m, de tez negra y cabello canoso; y no responder a alguno de sus saludos tan propios: «¡Aquí estoy si no me han visto!», «¡Good morning people!», «¡Buenos días pitoquitos!», y verlo pasar con su caminar más pausado por los años, pero llenó de vigor por las ganas de trabajar y seguir dando lo mejor de sí.

Y es que este descendiente de trinitarios, no faltó ni un solo día a la sala de redacción, de lunes a domingo era su horario que no hubo quien le cambiara, pues cada vez que alguno de los jefes de información le indicaba que debía descansar, él respondía: «Esta es mi casa y mi responsabilidad y no dejaré de venir», mismo en el que alegraba las jornadas con sus gaitas y guarachas que colocaba en su computadora y cantaba a viva voz, mientras los periodistas llegaban de pautas a saludarlo con el cariño y respeto que solo él despertaba.

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¿Quién fue Francis Blackman?

Este hombre negro, como a él mismo le gustaba que le llamaran, tiene 2 fechas de nacimiento registradas, el 25 de mayo y el 8 de junio de 1935, de los que sí se tiene certeza es que fue Maracaibo quien vio nacer, al que sin lugar a dudas fue el mejor y más longevo representante del periodismo en Venezuela, no solo el deportivo el periodismo en general, aunque su vida profesional se desarrollara en esta fuente.

Su infancia estuvo signada por la felicidad, «Jugabamos con cualquier cosa y éramos felices», indicaba Blackman cuando hablaba de ella.

Sus padres de origen trinitario, le enseñaron la obediencia a sus mayores, sobre todo su madre Catherine Blackman y su padre Frank Lynch lo apoyaron en todas sus iniciativas, inclusive en su afán de ser periodista, profesión que labró desde la vocación y autoformación.

Su inicio en el periodismo el mismo lo plasmó en el libro Mi Historia que se quedó esperando en el tintero para su impresión: «1962; me dirigí al diario de Occidente, donde pedí hablar con el director. Sabía que en Panorama no había oportunidad pues allí estaba Olaf Dickson Bell.

Cuando entré saludé con la mayor de las cortesías y no esperé a que me preguntaran nada…»Quiero ser periodista deportivo», dije y todos me miraron medio asombrados.

Quien recibió mis traducciones fue don Alejandro Borges, a quien con el tiempo dieron su nombre al estadio que pidió  para la ciudad. «Maracaibo necesita un estadio» rezaba la campaña diaria.

Don Alejandro Borges recibió el paquete con mis traducciones y luego de ojear algunas de ellas, llamó a Adalberto Toledo Silva, jefe de Deportes de diario y le dijo: «Este muchacho quiere ser periodista, ayúdalo».

Toledo me hizo dos preguntas: Si hablaba inglés y su tenía un traje, un flux se decía en aquellos tiempos. Toledo sabía que se le había presentado la oportunidad de que al fin, Panorama no lo seguiría arropando, por no contar con un traductor para las entrevistas a los jugadores importados, de manera que de pronto se le había resuelto el problema.

«Mañana –me dijo- llega Rockie Marciano y quiero que vayas al aeropuerto Grano de Oro a entrevistarlo.

Cincuenta y dos años después, me pregunto ¿Quién más ha tenido semejante suerte? Comenzar entrevistando al campeón del mundo y un día después recibir a unos futuros Salón de la Fama del Béisbol de las Grandes Ligas».

El señor Francis como cariñosamente le conocíamos en nuestra redacción continúa relatando su historia con emoción al decir: «Cuando al día siguiente en el diario de Occidente salió la entrevista y aparecía en la gráfica con Marciano, hubo fiesta en el barrio Don Bosco, Tico, el dueño de la tienda El Hit de Oro, compró varios ejemplares, los recortó y pegó en diferentes lugares para que todos vieran la información. Había nacido el primer periodista del barrio Don Bosco.

Un día después se repitió la historia. Esta vez para recibir a Earl Weaver, mánager, Bob Gibson, lanzador, Carl Mcwire, receptor y también Luis Tiant, pitcher. Todos contratados por Cardenales de Lara. A partir de entonces no hemos parado.

Como podrán ver, Alejandro Borges me dio la alternativa y Adalberto Toledo la confirmación, utilizando el argot taurino, con la venia de Claudio Barboza (Arenero) quien me inculcó la tauromaquia años después en Crítica», reseñó Blackman en su libro.

Es que su hermana Irma Lynch afirmó esto indicándonos: «Francis desde siempre fue gaitero y periodista, en las tardes muchas veces antes de hacer las tareas se colocaba a escuchar la radio y anotaba los resultados deportivos, hasta que mi mamá lo regañaba y le indicaba que se pusiera a hacer la tarea, en otros momentos se escapa a escuchar gaitas en donde quiera que las tocaban».

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Periodista nato

Este padre de 10 hijos, y amante de la gaita, no siempre trabajó como periodista. De hecho tuvo un breve receso de esta profesión y cuando joven optó por una beca de la CIA Shell de Venezuela y estudió en el Centro de Entrenamiento Artesanal (CEA), una vez egresado laboró para la Shell  el INOS, Vandisel, Singer de Venezuela, Mivensa y Muchacho Hermanos, aquí y en Lagunillas.

Para luego y gracias a Alonso Díaz, locutor zuliano de la época, logró ingresar a La Noticia, el vespertino que circulaba en la ciudad. Allí desempeñó labores desde 1964 a 1968  dando inicio a una carrera que hasta nunca cesó, pues trabajó hasta el pasado viernes 10 de febrero.

El 10 de enero de l968 cerraba el vespertino La Noticia. Una semana después, el 17 de enero ingresá a Crítica, en su trayectoria en este diario ocupó cargos de  periodista de planta, reportero de la calle, jefe de Deportes, jefe de Redacción, jefe de Información, Sucesos y Farándula hasta culminar como director responsable en Crítica.

Blackman y Guisandes

En este rotativo es que comienza a compartir con el que sería uno de sus grandes amigos, Gastón Guisandes, con quien compartiría una historia periodística que dos páginas no pueden resumir, en compartieron primicias nacionales y formaron juntos la fama de ese diario, Blackman desde la redacción y Guisandes como gerente, su historia se extiende hasta la fundación de QUÉ PASA, con su columna en el semanario y como jefe de Deportes en el rotativo.

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Poder Negro

Fue en Crítica donde se lució justamente con lo que el mismo define como «El Poder Negro», tres hombres, tres periodistas, todos de negros, José del Carmen Escobar Ferrer, (Joe Escobar en los medios periodísticos y radiales), Elbano Enrique Castro Pimentel, miembro prominente de la dinastía de periodistas más larga de la ciudad y el estado, y Blackman, quienes hicieron el diario se ganó la aceptación total y definitiva de los lectores marabinos, al punto que fueron catalogados como unos ilustres «Piratas», por no ser graduados de periodismo, etiqueta que no les dañó aunque fue la intención, sino que los fortaleció en su labor.

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 Periodista Hípico

Se hizo un nombre en el hipismo trabajando desde abajo, en el diario Crítica, pues por no pertenecer al Círculo de Periodistas Hípicos (CPHZ) entrevistó a los jinetes y entrenadores menos sonados. Los malos en pocas palabras, de modo que cada viernes aparecían en la página ocho, lo que levantó celos de parte de los ases quienes no tuvieron más que acercarse para las entrevistas, logrando luego de dos años pertenecer a este círculo, situación que lo llenó de orgullo.

Su labor en el hipismo duró hasta el final de sus días pues en las páginas de QUÉ PASA denunció la muerte y pidió la resurreción del hipódromo de Santa Rita.

Francis Juzga

Su columna que nace para criticar el mundo farandulero no siempre tuvo el nombre Francis Juzga, se llamaba, Desde la Primer Fila que sale por primera vez, en la edición del segundo aniversario, «Mi primer comentario fue sobre el Súper Combo Los Tropicales  y Sante Pizare», indicó Blackman. Y así nació la columna  que se llamó Desde La Primera Fila, luego con el correr de los años Francis Comenta y finalmente Francis Juzga, título que conserva hasta hoy.

El hombre que habló con Dios:

Blackman era conocido como «El Negro que habló con Dios», haciendo referencia a dos visiones en las que aseguraba, en su fe y nadie que lo conociera dudaría de él.

A los 14 años estaba durmiendo a sus hermanos Luis y Hebertm cuando vio un resplandor inmenso, situación que interpretó como un encuentro divino, a pesar de haber recibido de una de sus vecinas el designio de que moriría pronto.

En la segunda, se vio caminando por un sendero donde todos miraban al cielo, él se negó a mirar hacia arriba, frente a él cayó un cáliz y una biblia, mismos que recogió. Un hombre y un niño que pasaban a su lado le aseguraron «dichoso tú que has sido escogido».

Situaciones que hicieron a este hombre, el tercero de cinco hermanos, ser un fervoroso varón de Dios.

Sin lugar a dudas Francis Blackman continúa hablando con Dios, ahora viéndole cara a cara, pues partió a su encuentro la madrugada de ayer, luego de superar su segunda operación de intestino.

Sus familiares, amigos y periodistas que formó, siempre los recordaremos.

Conoció a los artistas:

Rubén Blades y José Luis Perales, Piero y  Sandro, Reina Lucero, Rosa Virginia y María Teresa Chacín, Adilia Castillo y además un par de una Miss Venezuela de película Irene Sáenz y Cristal Montañez, Renny Ottolina, Amador Bendayán, Mirla  Castellano (La Primerísima) José Luis Rodríguez (El Puma), Eva Blanco, Eva Moreno, Amanda Gutiérrez e Irene Sáenz, Neyla Moronta,, Marisela y Belinda  Berti, María Teresa Acosta. Emilio Lovera, Bólido. Pepeto, Cayito Aponte, Joselo, Fulvia y Beatriz Padrón artistas de Los Puertos de Altagracia, Roque Atencio y  Lexia Nucette me permitieron conocer las buenas gaitas de aquellos lares.

Del Sur del Lago las «Gaiteras de Casigua», lideradas por Adán Áñez Chacín y La Chicha, quienes escribieron unas gaitas de primera categoría, que fueron interpretadas por buenos grupos, entre ellos Vuelvan Caras.

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Autor de:

Gaita: Vamos a Jugar Softbol.

Libro: 4 Íconos de la Zulianidad

Cubrió los sepelios de:

Ricardo Aguirre

Pedro Colina (Don Pedro)

Pedro Suárez y  Felipe Pirela.

 

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