Granada, belleza de antaño que agoniza en soledad

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23 de febrero, 2014 - 4:37 pm
Redacción Diario Qué Pasa

 

El Hotel Granada representa un ícono para la ciudad de Maracaibo, en el se albergan grandes historias. Es un hito histórico, arquitectónico y cultural de esta ciudad. Hoy, 80 años después de su levantamiento, su desgastada estructura agoniza ante un pueblo indiferente a sus raíces

Era 1935, el país estaba consternado por la muerte de Juan Vicente Gómez, hecho que marcó el inicio una nueva etapa. La explotación petrolera y el movimiento comercial hacían que Maracaibo fuera visitada por innumerables figuras extranjeras, ese mismo año se le vio nacer al icónico Hotel Granada.

Desde su levantamiento, se convirtió en el protagonista de los hechos sociales más relevantes que se suscitaron en el estado Zulia. En esa década, los 30, deslumbró a esta ciudad con su belleza, elegancia, distinción e innovación, las mismas características de una jovencita quinceañera, bien portada, de aquel Maracaibo de antaño, destacando así entre otras bellezas que lo rodeaban en la vieja carretera Unión.

En su estilo ecléctico varias formas se mezclaban, lo que ocasionaba confusión al ver su fachada. No había una clara distinción, aunque sí una fuerte predominancia de Art Deco y Art Nuvo, los cuales eran claramente visibles en los muros y pilares que sostienen su espigada estructura, misma que yacía en ese fresco ambiente, rodeado de gente pudiente que hacía vida en esa elegante zona de la ciudad, con pocos habitantes, pero con un desarrollo a pasos agigantados. Ese era el panorama que lo rodeaba, el cual contribuía a convertirlo en único en tu clase.

Fueron muchos los que quisieron igualarlo, pero murieron en el intento. El Hotel Granada fue punto de encuentro obligatorio, donde todas aquellas personalidades se daban cita y las que lo lograban, quedaban impactadas por su belleza, elegancia y categoría, esas cualidades que cuida celosamente un padre cauteloso y conservador.

En su haber se citan grandes amistades, las cuales lo engalanaron con su visita, destacando así la del bolerista argentino Carlos Gardel. Aunque esa visita estuvo entredicha, pues versiones desmienten que el intérprete lo haya conocido, hasta la fecha esa historia sigue generando comentarios positivos y negativos. La que si pudo cautivarse con su esplendor fue «La Novia de América», Libertad Lamarque, al igual que el boxeador Joe Louis, quienes en vida pudieron dar fe de lo que mis palabras hacen referencia.

Al mencionar su nombre, Granada, un centenar de historias se hacen presentes.Con el pasar de los años fue creciendo, al igual que la ciudad que lo vio levantarse y luego convertirse en un ícono referencial de la Maracaibo de ayer. Su impecable fachada no tenía nada que envidiarle, por ejemplo, a la belleza europea, que a pesar de no contar con los implementos suficientes, logró ser pionero en el proceso de adaptación cultural de los marabinos.

Al detalle

Si quisiéramos describirlo, haríamos referencia a una rica concepción entre  líneas y puntos, que eran predominantes en los balcones y pilares que lo adornaban. Representaba una muy bien estructurada reliquia, conformada por cuatro partes. El primero de ellos, un semisótano donde se realizaban labores de servicio y depósito.Siguiendo el recorrido, nos encontramos con la lujosa recepción, la cocina, el comedor y parte de las habitaciones, sin dejar de mencionar el café panorámico, testigo fiel de las largas tertulias de los visitantes. Todas estas áreas estaban conectadas por la elegante escalera central, que hasta hoy se mantiene en pie, y el novedoso ascensor, el segundo de la ciudad.

No todo fue lujo, clase y distinción.La oscuridad ronda también su historia. El Lucky Bar fue uno de los más escandalosos capítulos que lo conforman. Este clandestino lugar, que albergaba su sótano, servía de guarida para que aquellos «distinguidos» caballeros sacaran a flote sus más sentidas debilidades.

Al hacer mención de este lugar, es inevitable no recordar la triste historia del mejor amigo del Granada, German Godoy. Y digo su «amigo» porque, aunque suene irónico, los mejores y peores momentos de su vida los vivió en los más adentrados espacios del hotel. Godoy dejó cada centavo a las mujeres que ofrecían servicios para saciar sus intensas pasiones, acompañado del azar, otro enemigo que traicionó al recordado Germán. Todo esto ocurría en aquel oculto, pero frecuentado casino, el cual logró arrebatarle sus bienes materiales dejándolo sin su más fiel aliado, el dinero. Sin embargo, la vida supo recompensarle, y el Granada, como un amigo fiel, fue testigo de sus últimos respiros, fue el último que lo vio con vida y, hasta ahora, son vistos en compañía uno del otro, demostrando que ni la muerte pudo acabar el lazo tan fuerte que los unió durante décadas.

Innumerables fueron las veces que intentaron dañar la reputación del Hotel Granada. Las mujeres que hacían vida «laboral», por llamarlo de la mejor manera, con su trabajo contribuían al alto grado de difamación a la que estaba expuesto, por parte de propios y extraños.

Hoy, casi 80 años después, la lluvia, los sismos, la basura y hasta varios incendios son algunas de las plagas a las que se ha visto enfrentado, resistiéndote a morir en medio de la maleza, los escombros y la indiferencia de los organismos gubernamentales en todos los niveles.

Los daños son evidentes, con el tiempo su estructura tendió a resquebrajarse, la humedad actuó sobre algunos de sus elementos perdiendo resistencia, lo cual podría hacerlo caer.

«Dolor» es lapalabra adecuada que se le puede atribuir, eso por mencionar alguna.Es lamentable que una joya como el Hotel Granada quede en estas condiciones, antes admirada y hoy olvidada.


Doctor Kurt Nagel Von Jess, exdirector del Acervo Histórico del Zulia

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Las ciudades deben mantener los hitos, los puntos de referencia en la medida de que eso sirva para algo y no una ruina. Yo considero que sí se debe rescatar el Granada, pero se va a rescatar ¿para qué? ¿Cómo? ¿Cuánto cuesta?

José Gregorio González, historiador

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Merece la pena ser rescatado. El Granada representó en su momento un hito histórico, arquitectónico y cultural. En la actualidad se le puede dar valor a ese edificio. Podría manejarse como una escuela de hotelería y turismo que tanta falta le hace a la ciudad

Dexa Ruiz, celadora del hotel

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Llevo varios años cuidando el hotel, incluso tengo guardado algunos objetos originales. Conozco casi todas las historias del Hotel Granada, especialmente las de German Godoy y el Lucky Bar

Doctor Jorge Aldea, arquitecto

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Una restauración de este hotel debería comenzar por preservar el volumen central, representado en la nave superior. Los daños en la estructura son evidentes, el desgaste y deterioro de sus partes podrían verlo obligado a ceder

La historia

Las autoridades de esta ciudad finalmente desarrollada,o al menos más que hace ocho décadas, apuntan a la desaparición definitiva del edificio, evitando así un posible colapso. Si de consuelo sirve, el Granada no es el único: a esta similar situación se unen otros símbolos de nuestra ciudad como la Botica Nueva, en Plaza Baralt; el Castillo de Loyola, en Delicias; la iglesia Cristo de Aranza, en Haticos y la antigua cárcel de Maracaibo. Estas son solo algunas de las tantas piezas de este rompecabezas que forman parte de nuestra historia y que apenas se mantienen. Una joya perdida en la ciudad que se niega a ser olvidada, que obliga a ser recordada, eso es lo que hoy demuestras manteniéndote erigida, tras setenta y tantos años de tu aparición, suceso que marcó el inicio de lo que hoy es la primera ciudad de Venezuela. Hoy Granada eres, aunque con mucho pesar lo expreso, el reflejo indolente de una sociedad a sus raíces.

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Foto: Cortesía

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