Maracaibo — Más de 600 familias habitan en el barrio Brisas de La Vanega, ubicado en la parroquia Francisco Eugenio Bustamante y el cual fue fundado hace 20 años por la familia Gutiérrez. En la actualidad, no se ha consolidado por el olvido de los gobernantes que no lo han tomado en cuenta.
«Este barrio lo conocemos los que vivimos aquí, mientras los políticos ni por los votos se han acercado a prometer mejoras», aseguró Danilson Nones, habitante de la calle 99U3.
Brisas de La Vanega solo cuenta con el servicio de agua y electricidad, y no existen tuberías para las aguas servidas, por lo que la gente se ve en la necesidad de lanzar frente sus casas o hacia la cañada, los desechos fecales.
Las calles del barrio son de arena y tienen una grieta en el centro causada por los botes de aguas que corren por la vía, la toma del gas doméstico es improvisada en cada vivienda.
La basura no es un problema en esta comunidad, pues muchos vecinos trabajan en el Instituto Municipal de Aseo Urbano (Imau), e incluso, los camiones volteos contratados por la Alcaldía de Maracaibo tienen un estacionamiento en el sector.
Hechos oscuros
Por otra parte, Nones denunció que «se han desviado recursos económicos en dos oportunidades. Luego de ser otorgado un terreno al consejo comunal para la construcción de una cancha deportiva, el mismo ahora se encuentra dividido en seis parcelas ocupadas por habitantes del barrio que ya tienen donde vivir».
Otro problema latente es la cañada que está al fondo, «por allí atraviesan los niños para ir a la escuela Leoncio Quinta, ubicada en la urbanización Altos del Sol Amada, en épocas de lluvias no se puede pasar. Por eso necesitamos que la embaulen y coloquen un puente para los peatones», explicó Ligia Gutiérrez, fundadora del barrio.
Danilson Nones, un vecino que dio la cara por su sector.
Foto: Hayleén León
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