Foto: CS
San Francisco — Vertederos a cielo abierto es lo que parecen las principales calles y avenidas de la parroquia Los Cortijos, en el municipio San Francisco. Gran cantidad de basura y desechos parecen proliferar en cada esquina de los sectores de las comunidades que allí hacen vida.
La situación angustia a los vecinos, quienes aseguran que los camiones recolectores de basura pasan cada 15 días o más, por lo que se ven en la necesidad de pagar no menos de Bs. 50 para que los burreros boten los desechos.
El brote de enfermedades por la contaminación y criaderos de insectos y ratas tienen a los habitantes en una constante visita a los centros asistenciales.
Bulmaro Villasmil, residente de la calle 49I, del sector Roberto Trujillo, aseguró que han hechos los respectivos reclamos al ente adscrito a la alcaldía de la jurisdicción pero han sido en vano.
«Estamos en la tierra de nadie, aquí no vienen, ni en elecciones, mucho menos le prestan atención si nos hundimos en la basura».
En toda la carretera principal de Los Cortijos que conduce a Perijá, el paisaje deja boquiabiertos a quienes transitan. Y es que los olores entran hasta en el carro más blindado. Beatriz Corzo, vendedora de café, comentó que ha perdido clientela por los olores fétidos y nauseabundos que provienen de los botaderos improvisados.
Asegura que muchas personas llevan la basura de otras parroquias porque tampoco cuentan con una recolección fija y es más fácil trasladarla a las comunidades más alejadas.
«Queremos respuestas, parecemos animales conviviendo entre basura y no puede ser que las autoridades no se den cuenta», refutó la mujer.
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