Francis Juzga

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24 de abril, 2015 - 12:56 pm
Redacción Diario Qué Pasa

*** Temo por el país. Los grandes carteles de drogas se iniciaron en Centro y Suramérica y se hicieron poderosos porque desde un principio fueron protegidos por los cuerpos policiales. Con nuestros bachaqueros está dándose el mismo fenómeno. Nadie los detiene, uno no sabe si en su entorno existe un pequeño cartel de bachaqueros que se dedica a esa ruin acción. Todos los días decomisa alimentos y combustibles, pero nunca se  sabe a quién pertenece el alijo. Lo cierto es que ya nadie quiere trabajar ni estudiar porque ha surgido una nueva forma de hacerse rico y eso es lo que temo, que el país se corrompa.

Pregunto ¿Quién me responde? He visto en algunas estaciones de servicio como llegan los vehículos, abre la maleta y el operador les llena una, dos y hasta tres pimpinas. Luego va al tanque. Lo hacen descaradamente ante todo el mundo. Los bachaqueros están sustentados por esos operarios que están cometiendo un delito y ellos lo saben, pero ¿por quienes están protegidos?

Los diferentes cuerpos policiales, me refiero a los de azul, combinados con otros colores, en oportunidades lucen como si no les importara, o son cómplices de los delincuentes. Ejemplo, les pasan los motorizados sin casco, tres en una moto y ellos no los detienen, cuando bien es sabido que eso está prohibido. Los policías están catalogados como agentes del orden público, pero no lo ejercen. Desde que dejaron de exigir antecedentes policiales a los aspirantes de policía, el cuerpo entero entró en corrupción, Esa fue idea de Rafaelito, aduciendo derechos humanos. Ni la creación de la una escuela ha servido para rescatar a un cuerpo cuyas bases están corroídas por la corrupción.

*** Una vez enjuicié el hecho de que a lo largo de la Costa Oriental, con excepción de Miranda, los únicos ritmos zulianos que se conocen son la gaita y los chimbangeles de San Benito. En pocas palabras, hay escasos cultores de los ritmos como la danza, vals, contradanza y décima. El juicio vuele a emerger por cuanto una vez culminada la temporada gaitera, lo demás no interesa. Hay una cosa cierta, si hubiera concurso con dinero por medio para este tipo de composiciones, una vez finalizada la etapa gaitera, las cosas serían diferentes, quedando entendido que por dinero somos capaces de todo.

Muchos o pocos, más pocos que muchos, recuerdan los festivales de autores y compositores zuliano que con acierto programó Guillermo Sánchez  García «Guisangar o la Baby Júnior» quien cada año estremecía en ambiente  musical con un festival que sirvió para que el repunte de la música zuliana fuera extraordinario. Pero como solo hay premios para la gaita, el interés por los otros ritmos no entusiasma a nadie. Entonces ¿cuánto pudiera haber para eso? Que alguien haga la oferta y ya verán los resultados. Por cierto ¿cuándo se le hará un reconocimiento a Guillermo quien fuera un extraordinario zuliano y mejor periodista?

Nadie dentro del mundo e la gaita alcanzó más rápido el estrellato que Ricardo Aguirre «El Monumental». De Santa Canoíta saltó a Cardenales cuando este sufrió  su primera división. Cayó con el pie derecho porque cantó prácticamente obligado, por una razón difícil de creer: Ricardo afirmaba que su tesitura vocal era similar a la de Armando Molero y que en conciencia el no cantaría gaitas. Pedro Colina lo obligó al intento y desde que pegó el primer leco se inmortalizó. El éxito fue de tal magnitud que Cardenal grabó dos LP ese año, siendo este el primer grupo que lo hizo, situación que muy pocos recuerdan.

Lo de Ricardo fue tan «monumental» que pese a la forma como había arrollado  la gaita La Campeona, del conjunto Saladillo un años antes, la presencia de Ricardo sobrepasó a todos los solistas de esa gaita, tenida como la más exitosa de todos los tiempos. Sobre Ricardo aún es cuando hay historia inédita que contar por allí.

*** Desde Cabimas los rumores son cada vez más consistentes, se habla del posible regreso de Al Castro a la radio. Si eso es así, sería el tercer acontecimiento que se da en el ambiente radial de esa ciudad en lo que va de año. Primero fue la aparición de Johana Vega como locutora, quien impactó en el medio pues hacía tiempo que una voz femenina no se imponía con la fuerza que ella lo logró. Después se dio la sorpresa en que se ha convertido Enrique Salazar «Tony Curtis» como locutor-animador, primero en Gaiteando con Calidad y ahora en un espacio de música del ayer —Canciones para Recordar—, que va de lunes a viernes por la estación Futura 104.7 de 4:00 a 6:00 de la tarde y con el cual, según me cuentan, ha acaparado la atención de antañones y jóvenes. Advertido que no lo he escuchado, de manera que no me atrevo a mayores juicios antes de que eso suceda. Por los momentos, hago juicio, me baso en los comentarios de personas a quienes he preguntado al respecto. El tercer suceso sería el retorno de Al Castro.

No visualizo al «compa» con un programa de música de ningún género, que no sea la gaita y como él es hombre de noticias y denuncias, no será fácil que la gente lo desvincule de su famoso Pájaro Azul, con el que se hizo sentir a lo largo y ancho de la Costa Oriental. Espero conversar con él para conversar. Creo estar en la onda de lo cierto. Con más años encima y por ende mayor  experiencia, Al debe programar algo que se salga de lo común. No es fácil un programa de música del pasado, porque cada día  son más las personas que no la conoció. Yo le sugeriría un programa costumbrista, con producción de primera, que hable de Cabimas y sus personajes de ayer, cuya historia es inmensamente rica culturalmente hablando. La nueva generación de cabimeros merece conocer esas historias. Vamos a ver pa’ ver.

*** Reflexión: Si esperaste nueve meses para llegar a este mundo. Si esperaste 12 meses para aprender a caminar. Si esperaste 18 años para ser mayor de edad. Si esperaste 65 años para comenzar a cobrar tu pensión del seguro, ¡cual es el apuro ahora! ¿Pa’ donde vais?

*** El pasado mes de marzo fue el mes más caliente en el mundo desde 1880, según científicos de USA. Los calorones de abril también han llamado la atención lo que indica que e recalentamiento del globo terráqueo se está acelerando y el hombre persiste en aumentarlo con tanta contaminación. Al paso que vamos el próximo agosto será el mes de hacer una parrilla, en la capota o la maleta de un auto, sobre todo con el Sol de las Tres, tema de Astolfo Romero.

*** No tengo idea de la última vez que conversé con Jairo Gil. Recuerdo que hubo una hermosa etapa en la que hablar de Ma Corina (El) y de doña Cata (YO) era obligatorio en nuestros encuentros, al extremo de que en una de sus gaitas las menciona a ambas  . Su gesto patentó el grado de amistad que existía y que fue la seguidilla de Abuelito (Federico Medina) una gaita que sigue siendo una de mis favoritas. También recuerdo el empujón que entre ambos le dimos a Barrio Obrero de Cabimas, al extremo de que el grupo ganó dos años consecutivos la gaita del año, con temas alusivos a la Chinita —Señora de mis Pensamientos y Dos Regalos— A eso agrego el espaldarazo que le brindé ante Pedro Valazco «El Pajuro» el entonces presidente de a Asamblea Legislativa, hoy Consejo Legislativo.

Cierto es que hubo un desfase. Estoy convencido de que no hubo nada que pusiera en peligro esa amistad. Las pocas veces que nos hemos visto, el saludo sigue siendo tan fraterno como lo ha sido siempre. Todo esto viene porque apenas lo mencioné en la entrega pasada las llamadas fueron muchas. Ratifiqué lo que siempre he sostenido con firmeza, no me entrometo en la vida privada de nadie, eso está prohibido en esta columna.

*** Muy pocos gaiteros saben lo que significa mantener bajo perfil, con la perfección que lo hace Renato Aguirre. Sepan que por allí viene un terremoto gaitero, el homenaje que le rinde Ramón Soto Urdaneta a Ricardo Aguirre «El Monumental de la Gaita». Escuché dos versos y me impresionaron, si es o no la continuación de Aquel Zuliano, no me atrevo a afirmarlo, pero el solo hecho de que Renato le prestara atención y le hiciera el arreglo musical, tiene un profundo significado. Vamos a esperar que el tema este en el aire para que cada quien se forme su propia opinión. Si Renato aceptó ponerle música a la que Ramón escribió, es porque vio un destello diamantino en esa prosa.

*** Nos vamos de reflexión: El Bambu Japonés. No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra se impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: ¡Crecé!»… Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo trasforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de solo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!

¿Tardó solo seis semanas crecer? No. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces, que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años. Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces tratamos de encontrar soluciones rápidas, soluciones apresuradas sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo.

Quizás por la misma impaciencia, cuando aspiramos a resultados en corto plazo, abandonamos súbitamente justo cuando ya estábamos a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente que solo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado. De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos —que todos tenemos—, recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que —en tanto no bajemos los brazos—, ni abandonemos por no «ver» el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando. Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice. El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.  LA VIDA A VECES ES EL BAMBÚ.

*** Semana de lo más triste. Tres amigos cambiaron de paisaje. Gustavo Batista Arrieta, mi primer cardiólogo, precursor de la medicina deportiva en el estado. El deporte perdió a uno de sus mayores baluartes. Luego entregó su alma al señor Alfonso Soto, ingeniero graduado con mi hermano Herbert y a quien conocí desde bachilleres cuando estudiaban en nuestra casa allá en Don Bosco. Antes se había marchado también Rigoberto Nery, a quien sus amigos llamábamos «El Cuco» y con quien estudié en Lagunillas becados por Shell. Todos tenemos ese final, pero no por eso podemos mostrarnos insensible cuando se van amigos.

Al Castro no lo vemos en un programa musical, pues eso no es lo suyo

Foto: Cortesía

¡Quedó escrito. Epa, ya está. Nos vamos!

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