Francis Juzga

10 de mayo, 2014 - 2:57 pm
Redacción Diario Qué Pasa

*** ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre. Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. (Isaías 49 -15).

*** El domingo es Día de las Madres y significa que esta celebración incluye a toda mujer que haya parido un hijo, por muy mala madre que haya sido —que las hay— como ser humano, de todos los calibres y con acciones a cuesta que deberían apartarla de todo reconocimiento, pero no por ello pierden su condición de madre y en consecuencia, la misericordia de Dios también se cierne sobre ellas, de modo que Él les perdona todas esas malas acciones que tienen la virtud de que ni aún eso les puede quitar el título de madre. ¿Tienen los hijos facultad para juzgar a sus madres? ¿Pueden condenarla por lo que hicieron o dejaron de hacer? Definitivamente madre es madre, así sea de vinagre.

Para todas aquellas madres de cuya amistad gozo, incluyendo a dos de mis hijas que me hicieron abuelo, todas las bendiciones del cielo para ellas y para a mi ahijada Johanna, quien hace dos semanas debutó como tal.

Pero hay una súper especial, la sister Nelly Irma, quien de paso el pasado martes celebró su cumpleaños y además por haber recibido el legado, el gran pedido que le hizo doña Cata antes de cerrar sus ojos, de velar por sus hermanos, siendo ella la última del clan, esa responsabilidad no tiene compensación. Con el correr del tiempo su preocupación se convirtió en algo indescriptible y en virtud de ello, es que brindo este reconocimiento público a quien se convirtió en la columna vertebral de la familia desde que nuestra madre se marchó a otra galaxia. Conformamos el grupo «Los Cuatro que Quedamos» y, con altas y bajas nos hemos mantenido. Convencido estoy de que solo con amor podemos compensar yo y mis dos hermanos a Nelly Irma por todos los sacrificios y malos ratos —que los ha tenido— sufridos a causa de cada uno de nosotros. Todas las bendiciones del cielo sean para ella por su nobleza. Dios bendiga a Nelly Irma.

*** Continúo con el Día de las Madres y en consecuencia, deseo compartir esto que es un mensaje y se convierte en reflexión. Espero que se aprenda algo de esto ¡Oído al tambor!: Una hija se quejaba con su madre acerca de la vida y se lamentaba de que las cosas no le salían bien. No sabía cómo hacer para seguir adelante, pues sentía desfallecer y se iba a dar por vencida. Estaba cansada de luchar y luchar sin obtener ningún resultado. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Un día, su madre, una chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí tomó tres ollas con agua y las colocó en el fuego. Pronto el agua estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en la segunda  huevos y en la tercera granos de café. Las dejó hervir y sin decir una palabra, se limitó a mirar y sonreírle a su hija. Mientras tanto, la hija se impacientaba preguntándose qué pensaba su madre. A los 20 minutos esta apagó el fuego.

Sacó los huevos y los colocó en un recipiente, sacó las zanahorias y las puso en un plato y finalmente, colocó el café en un tazón. Mirando a su hija, le dijo: Querida ¿Qué ves?, huevos, zanahorias y café, fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera, después de quitarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro. Después le pidió que probara el café, ella sonrió mientras disfrutaba de una exquisita taza de la deliciosa bebida.

Sorprendida e intrigada, la hija preguntó: ¿Qué significa todo esto, madre? Ella le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: ¡Agua hirviendo! Solo que habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte y dura, pero después  de pasar por el agua hirviendo, se había hecho blanda y fácil de deshacer.

Los huevos habían llegado  frágiles al agua, sus cáscaras finas protegían su interior líquido, pero después de estar en el agua hirviendo, se habían endurecido.

Los granos de café, sin embargo, eran únicos, pero después de estar en agua hirviendo habían cambiado al agua. ¿Cuál de los tres elementos eres tú? ¿Cuando la adversidad llama a tu puerta, cómo respondes?, le preguntó a su hija. ¿Eres una zanahoria que parece fuerte, pero cuando la fatalidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable, con un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación o un despido se ha vuelto duro e inflexible? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargada y rígida, con un espíritu y un corazón endurecido? o ¿Eres un grano de café? El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto máximo de ebullición, el café alcanza su mejor sabor y aroma.

Conclusión: Ojalá muchas personas luego de leer esta reflexión logren ser como el grano de café, que cuando las cosas se ponen mal, puedan reaccionar en forma positiva, sin dejarse vencer por las circunstancias y logren que las cosas a su alrededor ¡mejoren! Que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumine su camino y el amor de Dios llene su corazón, para que lo compartan con las personas que les rodean y que puedan siempre esparcir fuerza, optimismo y alegría como el «grato aroma del café»… pido a Dios que nunca pierdan la esencia limpia de su amor y que les permita superar cualquier obstáculo victoriosa y exitosamente… ¡Qué Dios bendiga a todas las madres y  les conceda todos sus anhelos! Feliz Día de las Madres.

Espero que mis lectores, sobre todo la gente joven, aprenda algo de esta reflexión que tiene mucho que ver con la fulana ley de las dificultades, la misma que se hace presente cuando menos lo esperamos. Confieso que llevo un mes largo enfrentándomele y no me ha podido doblegar.

*** Ida Vega es una persona a quien admiro infinitamente. La conocí el 17 de enero de 1968, cuando ingresé a Crítica y ella cumplía funciones como jefa de distribución, responsabilidad que asume actualmente en QUÉ PASA. Ni aun cuando pasó a manejar las oficinas de la Cadena Capriles en Maracaibo —al lado de Villa Inés y la Barbería Imperial de «El Maneto», Alberto, Villalobos y Ramón— perdimos el contacto. Todos los buenos deseos de mi persona hacia lo suya se desbordan en estos momentos. Una amistad tan fina como esta da paso a este tipo de sentimientos. Gracias doña Ida por permitirme ser su amigo y seguirla admirando. Muchas bendiciones para usted.

*** Vivo a escasos cien metros de la comandancia policial Cristo de Aranza. Cada día observo muchas patrullas y motos estacionadas, eso me hizo presumir que la seguridad estaba al alcance, pero no es así. Quienes vivimos en las residencias Suramérica, allí mismo al fondo del Hospital General del Sur, no podemos contar con esa enorme cantidad de agentes policiales que vemos, porque nos roban por las noches y pese a las llamadas al 171, no existimos para ellos. Uno no entiende cómo un comando policial a las 10:00 de la noche esté a oscuras, o sea, no está operando, por eso es que hay tantos robos, porque los delincuentes saben que no hay tal patrullaje. Advierto que todas las condecoraciones que me acreditó la Policía Zuliana —desde 1968— dejé de lucirlas, sencillamente porque a quien consideré «mi amigo el policía», no hace nada por lavarle la cara a la institución que representa.

*** ¿Qué cuántos amigos contabilizo en Cabimas? Así por encimita y sin exagerar, un mollejero. Por haber hecho deporte en los estadios Venoil y Concordia, eso me liga a esa ciudad. Por haberle metido el pecho a la gaita desde el mismo momento que se editó esta columna, también me otorga algunos derechos. Pero hay situaciones que me llaman la atención y entonces opto por consultar a los amigos. ¿Qué está pasando con el cabimense actual? La pregunta recibe un común denominador de respuestas.

El cabimense —según me confiesan— ha perdido el sentido de pertenencia, pareciera que nada le interesa y poco a poco va siendo superado por sus vecinos. Una vez fui capaz de decir que si no es en la petrolera nadie quiere trabajar. A algunos no les gustó y otros me dieron la razón. En aquella oportunidad esgrimí como fundamento el hecho de que la gerencia de la gran mayoría de las empresas, está en manos de maracaiberos. Le pregunté a un empresario y me confesó que en las solicitudes de empleo se presentan más personas de este lado que de aquel. El asunto es: la petrolera o nada.

Me resisto a creerlo pese a otros detalles. Años atrás le propuse al dueño de una tienda de supermercados que instalara unos mini cines en el edificio que ocupaban, y casi que me decapita. El cabimense para ver cine alquila películas o atraviesa el puente. Me cuentan de igual forma que a lo largo de la Intercomunal existen más de seiscientos expendios de licores, cifra realmente extraordinaria, pues se trata de una sola vía.

En pocas palabras, me venden la idea de que el actual cabimense no se interesa para nada. Imposible creer todo esto que me cuentan. Finalmente, pregunto: ¿Por qué si Cabimas es la cuna del atletismo, ese deporte está en punto muerto? ¿En qué invierte el tiempo la gente joven de Cabimas? ¿Quién me responde por favor?

*** Tengo un compromiso con el compositor Énder Linares «Taras Bulba» y si no le cumplo a cabalidad en esta entrega, es asunto de culpabilidad compartida. Quedó en enviarme suficientes datos vía e-mail, no lo hizo y los datos que le tomé por teléfono debieron ser más consistentes… sé que hoy estará grabando su producción, le hice algunas sugerencias sobre el nombre de la misma —pareció aceptarlas—, de modo que toca esperar. Será una especie de geografía musical del país que incluye necesariamente a la gaita, de otra manera no podría ser producción total. La próxima semana prometo ampliar los detalles. Un grupo de solistas encabezados por Lula López estarán matizando su trabajo. No será asunto de suerte, sino de calidad y esa sobra en este caso.

*** En el Bohío de la Zulianidad faltan muchas de mis amistades a quien saludar, dado a que mis visitas se han tornado intermitentes, espero que en breve pueda retomar la rutina de la visita guiada de fin de semana. Tuve oportunidad de saludar a David Barrios «Dedo», técnico superior en computación y burrero de primera clase. Me falta también —entre otros— estrechar la mano de Édgar Viloria, el hombre del bolígrafo, cuya amistad se convirtió en especial empatía, cosa que le agradezco infinitamente a la vida.

*** Mario Morales, allá en Cabimas, estuvo de cumpleaños. No lo celebró como debió ser por razones de peso, una de ellas por duelo; la otra, la enfermedad de su hermano Henry, quien a Dios gracias se recupera de sus dolencias.

*** Dio señales de vida Jesús Camacaro, en breve estará trotando en Concordia, eso va, me aseguró.. ¿Dónde está Auristela Salazar? Ayer la vi comprando plátanos frente a su casa, me respondió.

¿Donde está y qué hace mi compadre Manuel Segundo Chacín, el mismísimo «Cuchita», su esposa Betty y mi ahijada Maybeth?, ¿qué de la Matildnse, Adolfredo, Ángel, Rubén, Douglas y mi comadre Beatriz? ¿Dónde están y qué hacen?

¿Dánde está y qué hace Joaquín Ariza?, el siempre bien ponderado aprendiz, amigo de ratos buenos, malos y peores; softbolista de los buenos, excelente hípico, maravilloso como persona. Años que no se dé su persona.
Y allá en Ciudad Ojeda, ¿dónde está y qué hace Levis Díaz? Se saluda a la familia.

De San Francisco ¿qué de la vida de Anguito Soto?, ¿quién me puede decir algo al respecto?

*** Los conductores comenzaron a cobrar el aumento desde el mismo día 30 de abril, cosa que no debe extrañar. Ahora el pasaje es más caro, pero los automóviles siguen dejando que desear y no hay ley que los obligue a mejorarlos, ni ellos la acatarán.

Maracaibo es la única ciudad de Venezuela que utiliza el vetusto sistema de autos por puesto. No hay derecho… entretanto, con lo que me cuesta llenar el tanque de gasolina de mi camastrón, no alcanza ni para una «guayacolita», tres veces más cara que el combustible en cuestión. Por eso es que nadie reclama vuelto —lo dejan como propina— en las estaciones de servicios, claro, sí.

Quedó escrito. Epa, ya está.

Nos vamos.

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