Francis Juzga

Columna
21 de octubre, 2016 - 1:45 pm
Francis Luther Blackman / [email protected]

¡Quedó Escrito. Epa, ya está. Nos vamos!

Foto: Cortesía

*** Dos fe-chas: 19 y 21 de octubre. Años: 1975 y 1979. Tiempo: Hace 40 y 37 años respectivamente. ¿Qué pasó? Vinieron a este mundo Frangela Catalina y Francis Luther Blackman (El Júnior). Entre errores y aciertos estuve a su lado en los momentos estelares. Recompensa: Excelentes hijos y sendos títulos de Administración e Ingeniero Gasífero que me regalaron. Los amo con la misma fuerza que a todo el equipo que ha sabido llenar mi vida. Los amo y en todos tengo complacencia. Qué Dios, en cuyas manos los pongo siempre, derrame sobre los cumpleañeros todas las bendiciones del cielo. Mi hermano Louis, o ralla por una lejana galaxia, cumpliría años el mismo día que el Júnior. Coincidencia, mera coincidencia.

*** La gaita está de luto. Entregó su alma al Señor Francisco «Chico» Calles, fácil de decir, difícil de entender y más aun de aceptar. Ningún otro falconiano amó tanto a la gaita como «Chico». Fue ocho años atrás cuando José Antonio Aguilar «El Músico» lo llevó al Bohío de la Zulianidad para que nos conociéramos. La empatía fue instantánea, me vi ante una persona dotada de virtudes entre las cuales resaltaba su amor por la gaita.
Con «Chico» solo podíamos hablar de ella. Lo hacíamos todas las semanas, y el epicentro de esa conversación era nuestro más popular canto. Cierto, cuando se muere un amigo queda un vacío por dentro. Me quedé sin las atenciones del embajador plenipotenciario de la gaita en todo el estado Falcón. La gaita con «Chico» y entre calles, se va volando hacia los confines del cielo. Hasta luego hermano gaitero.

*** El papa Francisco eligió dos santos latinos y cinco de otras regiones del planeta Tierra. Coincidencia, los latinos se llaman José. Uno es argentino, José Gabriel el Rosario Brochero «Cura Gaucho», el otro José Sánchez del Río «El Niño Mártir», mexicano. Pero, vaya coincidencia, hay un tercer José, el médico venezolano José Gregorio Hernández, quien está señalado hace años y nada que lo eligen. ¿Qué impide que eso se materialice? ¿Qué hay tras bastidores en contra del nacido en Isnotú, estado Trujillo?

*** La noticia de más calidad gaitera de la semana se refiere a los 29 años de existencia del programa La Gaita Antañona, que llegó para quedarse. De sus fundadores solo se mantiene la inigualable Moraima Gutiérrez Ferrer. No hay en todo el país un espacio con mayor número de años de vigencia y por el contrario, cada año aparecen y desaparecen muchos, La Gaita Antañona sigue creciendo, no ha parado de hacerlo. ¿Lo mejor del programa cumpleañero? La responsabilidad con el que se hace cada día. Felicito a todos los que han desfilado por el espacio en referencia, sobre todo para los que ya no están en el plano terrenal. Inmensas felicitaciones a los que aún están al frente del mismo. Considero al programa El Fortín de la Gaita. Felicitaciones a granel al decano.

*** Las oraciones hacia el Sumo Creador en petición a la recuperación de la salud de Ricardo Blanco, quien atraviesa, hasta el momento de redactar este párrafo, delicado estado de salud. El negro-blanco regresó de Miami ya tocado y aquí se le desarrolló el mal. Orar y orar, lo ponemos en manos del mejor de los médicos.

*** Consulto a Leandro Soto y desde Miami me señala que el triunfo de Los Blanco en Miami fue apoteósico. Dijo no haber asistido al club colombiano que los contrató, pero sus fuentes le aseguraron que impactaron. Los Blanco siempre fueron reacios a viajar y solo Colombia, Barranquilla específicamente, los movía por tierra en su bus azul. Lo hicieron esta vez al norte y vean estos resultados agridulces.

*** La columna registra con pesar el deceso de un hombre de televisión que se supo ganar el corazón delos zulianos. Se trata de Roberto Marcelletti. Un chef de primera, nacido en Italia pero sembrado en Maracaibo, quien con su esposa nos deleitaba con su sapiencia sobre el arte culinario. Junto a su señora marcó época con su programa en el que cantaba, y vaya que lo hacía bien. Paz a su alma.

¡Quedó Escrito. Epa, ya está. Nos vamos!

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