Pedrito Araujo, el «Gallito Rojo»

13 de julio, 2014 - 1:37 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Ayer se cumplió el primer año del viaje de Pedrito, y hemos podido comprobar, en este corto espacio de tiempo, que el PCV en el Zulia  ha perdido mucho con su partida.

Estaba de julio aquella mañana en El Manzanillo cuando una familiar criatura en sus periódicas apariciones fantasmagóricas le entrara en el corazón para sacudirlo y apagarlo.

Armado de la teoría dialéctica materialista, en su fuerza de praxis y de acción, no lo asustó nunca la muerte, porque no pueden morir los que viven en los otros como trabajo y sustancia  de  obreros, trabajadores, campesinos, indígenas con conciencia de clase; esa vivencia también se da dentro de los enemigos que por desclasamiento, adversaban a Pedrito, pero que siempre fueron sometidos por el amor del camarada, amor de comunista en la práctica nunca  declarada.

El imperialismo se reafirma después de su victoria sobre la URSS. Victoria encaramada sobre la propaganda y la ideología, que llenaron al mundo de mentiras sobre el socialismo; esas mentiras daban cuenta de que el marxismo leninismo era dogmático y trasnochado; proclamaban también la acusación del totalitarismo de Stalin en la Unión Soviética; según esa matriz de opinión esparcida por el mundo, el stalinismo había encadenado la libertad y había secuestrado la cultura.

Pedrito, desde El Manzanillo, alertaba sobre la mentira imperialista que construyó el Muro de Berlín, y lo echó por tierra cuando ya no hacía falta, por medio de una revolución de colores, financiada por las fundaciones  Soros, Usaid, Ned, Eisenhower Fellowships, como caras invisibles de la CIA. Replicadas en la Europa del Este, en el medio Oriente, y en Venezuela, sin que hayan podido lograr sus objetivos en último caso.

En 1950, la recién nacida CIA, actuando desde la Fundación Ford y la Fundación Rockefeller, se estrenaba con su célebre congreso  sobre la Libertad de la Cultura, donde se fraguan todos los contrabandos ideológicos liderizado por la sionista Escuela de Fráncfort, dedicada a diseñar una teoría crítica del materialismo dialéctico e histórico; de la crítica al marxismo leninismo, surge la impostura alternativa del marxismo crítico que en esencia antimarxista.
Pedrito siempre estuvo claro frente al contrabando ideológico imperialista, conocía en detalle la fragua de esa mentira; aprendió a ver y a conocer al idealismo en los clásicos del marxismo-leninismo, y la obra ensayística que a propósito del tema preparara la Academia de Ciencias de la URRS, y en la Konsomol, donde estudió política por espacio de un año.

Estas revoluciones de colores, lo discutía con Pedrito, son una variante de la revolución burguesa, que hoy actúa como reacción frente a las revoluciones proletarias que pugnan por escribir la historia socialista.

Pedrito reflexionaba sobre las formas de lucha para vencer al capitalismo, pensaba en la poesía, en el humor, en la literatura infantil como recurso para enseñar el principio revolucionario, en un nuevo escenario de combate en el campo de la ideología y la propaganda hacia la victoria del proletariado.

Una vez hablamos con Pedrito sobre la forma de lucha desde una nueva manera de hacer revoluciones para anteponerla con buenos resultados, a esa, de colores, que se  inventó el imperialismo para revertir las victorias que había logrado el proletariado en varias regiones del mundo.  Su viaje de julio impidió seguir hablando sobre la construcción de una respuesta a los colores de la revolución burguesa en sus desvelos y trasnochos por conservar el poder.

Hacia la victoria socialista camarada

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