Ante la prédica de los antivalores del capitalismo, observamos que esta categoría pretende meter en el marco conceptual, el prefijo anti, para anteponérselo a los valores del capitalismo; para decirlo decentemente, esto parece una cantinflada, que pretende decir que el modo de producción capitalista tiene valores buenos y antivalores malos.
¿Qué es un valor?: por supuesto, no nos referimos a los valores de cambio en la dinámica social, y de otro tipo de valor que pudiera extrapolarse a la expresión de un número en cualquier otra relación de medida de la realidad material; respondemos por los valores morales, que cómo manifestaciones de la conciencia social, son propios de cada formación económico-social.
Desde esa aclaratoria, afirmamos que no existen tales antivalores; hay valores propios del modo de producción capitalista, que se acrecientan en el ser social para determinar la conciencia de los dominadores y de los dominados. En el capitalismo, por ejemplo, robo, corrupción, egoísmo, pereza, irresponsabilidad, vanidad, orgullo, mentira, hipocresía, crimen, genocidio, solo por citar algunos del mismo tenor, son valores propios de esa manera de producir fundamentada en la explotación del hombre por el hombre.
Hay otros valores que pertenecen a la honradez, y que como reacción de repudio, son cultivados por millones de hombres y mujeres, que aún permaneciendo dentro de la explotación capitalista, no comparten la lógica de sus valores perversos en contra de la dignidad humana. Pudiéramos decir que son valores de otro tipo de conciencia que cuestiona la lógica capitalista.
En el marco de los valores, se ha desatado una locura en Venezuela; los valores de la honradez y la dignidad parecieran haber sido devorados por los valores propios del capitalismo: miembros inconscientes de su condición de clase obrera y trabajadora, han dejado sus puestos de empleo para meterse a «bachaqueros» o a contrabandistas. Un buen número de campesinos, de los pocos que nos quedan, también han hecho lo mismo.
¿Es que en esta locura, casi todo el mundo se va a meter a hacer negocios con la inflación y la especulación que sufrimos en carne propia los que no somos dueños de medios de producción?
La burguesía, principal beneficiaria de su atraco nacional de los precios injustificados, no va hacer nada para enmendar su conducta cimentada en sus valores capitalistas,el gobierno hace esfuerzos, mandando miles de militares a la frontera, a calles, aeropuertos, comercios y supermercados, sin lograr que la locura cese, ¿será que la clase obrera y trabajadora, principal víctima de este megarobo, va mandar a parar?
Después de esta locura, nos espera la pobreza, en medio de los groseros capitales comerciales y financieros que el capitalismo nos ha robado. La burguesía vieja, la de nuevo cuño, y la trasnacional siguen babeándose en su sadismo, mientras gritan ebrios de locura: «¡Qué fácil es robar en Venezuela!».
La burguesía no ha actuado sola, en este atraco nacional, siempre ha estado dirigida por el imperialismo, pero también ha contado con numerosísimos cómplices, que hoy son multimillonarios, y que, sin embargo, no son burgueses, ellos y ellas forman parte de un destacamento de desclasados que aspiran al igual que otros conspicuos corruptos del pasado, comprarse un título de nobleza en la devaluada Europa.
Este robo de los precios injustificados, es el más grande de la prehistoria capitalista. Entramos pues, a encabezar el récord Guinness.
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