En honor a la justicia social

19 de febrero, 2014 - 3:35 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Mañana se estará celebrando el Día de la Justicia Social, según resolución de la ONU. Ante esta simpática contradicción, creemos necesario invitar a los venezolanos a reflexionar mediante un análisis que trascienda el escenario de polarización, que muchos intelectuales han abordado en relación a los últimos hechos.

Limitarnos al reproche de la violencia generada por la derecha y a la represión que se le imputa al Gobierno, es no alzar la mirada por encima del denso bosque. Por un lado no les corresponde a los fascistas de derecha (Capriles, Leopoldo López, Corina, Varilla, Toledo, entre otros) erigirse como defensores del pueblo; ellos responden a los intereses más amargos del capitalismo explotador.

Por otro lado y en primera instancia, rechazamos toda pretensión de estos fascistas, de hacernos parecer como responsables de las guarimbas donde resultaran muertos y heridos compatriotas en diferentes sitios del país. Nuestro accionar siempre ha estado sujeto a la lucha a favor de los necesitados, es decir, del proletariado. Cuando decidamos actuar más allá de las políticas que hasta ahora hemos enrumbado pacíficamente, tengan la plena seguridad fascistas, que lo daremos a conocer con suma anticipación.

Tupamaro es un intelectual colectivo que no sigue personajes como borregos; hemos sido autocríticos y críticos, sobre todo para que el proceso que se iniciara luego de aquella rebelión militar, no perdiera su rumbo hacia el socialismo. En ese sentido hemos aportado nuestras propuestas, y conscientes de los errores que se han cometido en la conducción de este proceso, apostamos por ahora, a la crítica y a la dialéctica.

En segunda instancia, recordamos que cuando mal se comienza mal se termina; la suma de errores sin la más mínima intención de rectificar el error inicial, nos ha entrampado en la continuidad de un sistema explotador. Seguimos en un capitalismo de Estado por no realizar las transformaciones políticas y económicas que demanda una revolución, por más que se apliquen ciertas medidas reformistas y revisionistas que aporten beneficios temporales como pañitos de agua fresca, seguimos en el círculo vicioso del capitalismo.

La percepción de violencia y represión, son percepciones propias de alineación a este sistema. Ambas percepciones se entienden entre sí, porque no son originarias del pueblo que sufre creyendo que no existen alternativas. En honor a la Justicia Social, debiera aparecer una alternativa que desnude la realidad para el pueblo, porque al fin y al cabo una revolución no se decreta ni la realizan los burgueses fascistas; la violencia legítima para hacer una revolución la tienen las grandes masas populares y nosotros estamos sometido a esa voluntad.

No bastan discursos de mano dura y pacificación, si persiste un coqueteo con esta misma derecha fascista y por el contrario se criminaliza la crítica al tiempo que se derrumban por decreto los espacios de unidad entre los revolucionarios. Negarse a destruir ese monopolio económico en manos de la burguesía y el Estado, en vez de facilitar el camino para que los medios de producción estén en manos de sus trabajadores y que las premisas de entregar el poder al pueblo deje de ser un discurso retórico, es lo que ha truncado el proceso con la excusa de una transición infinita; generando únicamente la aparición de una nueva clase burguesa, por más que se den pequeñas muestras de combatir la corrupción. Entendamos la molestia del pueblo para rectificar, es la única manera de hacer justicia social; pero jamás permitamos que los fascistas engendren el odio entre proletarios.

Somos amantes de la paz, pues nos mueve el amor al prójimo, pero con la misma intensidad que amamos, defenderemos en cualquier escenario al pueblo  venezolano contra estos fascistas cobardes, que al ver nuestra vestimenta a lo lejos, corren despavoridos; vaya semejante enemigo que nos invita a la confrontación. No caeremos en sus infantiles juegos de guerra.

«Patria o muerte»

NOTICIAS SUGERIDAS

Comente