De cómo se fabrican las colas

11 de enero, 2015 - 1:35 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Hace tiempo que el imperialismo ha quedado atrás en la producción de bienes para la vida, coroticos para las necesidades domésticas, juguetería para los niños, textilería y confección. Cómo su tecnología marcha a la saga de otras potencias que la superan en ese hacer, el  Águila Calva, protestante en su terrorismo extremo, se erige como líder indiscutida en el oficio pernicioso de mercachifle.

El imperialismo, se esmeró y se esmera en producir males para la muerte; es primero en la fabricación de armas de todo tipo, y por supuesto de destrucción masiva, sabio en la producción y difusión de la propaganda de la violencia y el uso psicopatológico de sus artefactos aniquiladores de cualquier forma de existencia, es ducho en la conducción de guerras de invasión y de exterminio, para corroborarlo miremos al oriente medio; aprendió a fabricar oposición donde no la había, caso Libia.

En el pasado reciente no era fácil hacer una cola: primero porque no había una costumbre de la cola y segundo porque los mercachifles no estaban locos de corrupción y de odio para esconder, acaparar y aumentar todos los días a razón del dólar conspirativo los productos que compraron con dólar preferencial a Bs. 6,30, otorgado oportunamente por el Gobierno Bolivariano.

El Águila Calva, protestante y mentirosa, se ha olvidado de utilizar a los militares para dar golpes de Estado: fabrica matrices de opinión, inunda los mercados con petróleos clandestinos, esta vez provenientes de Libia, de Irak, Arabia Saudita, Los Emiratos, Kuwait, y derrumba el justo precio del barril de la energía, todavía, más utilizada del mundo.

El imperialismo es experto en provocar colapsos de economías nacionales. En Venezuela ha fabricado todos los males que hoy nos laceran en lo más profundo. Conduce hoy el «bachaqueo» y el contrabando de gasolina, el debilitamiento del bolívar frente al dólar y frente al peso colombiano, y en especial ha fabricado las colas en la patria de Bolívar y Chávez.

¿Cómo ha fabricado las colas, el Águila Calva, protestante y terrorista, en Venezuela?: enseñando la corrupción y la violencia como práctica de vida, veamos las lecciones de las narconovelas, la fisonomía y el motivo de los juguetes infantiles, los juegos violentos de las redes sociales, y en especial la costumbre del consumo irracional con el solo propósito de la acumulación por la acumulación.

Después, la acostumbre de la acumulación, es estimulada por el imperialismo, que implosionó a sus propias Torres Gemelas para lanzar su terrorismo sobre el mundo, para montar a todo lo largo de nuestras fronteras una operación gigantesca de extracción de alimentos, de gasolina, de divisas, de billetes de cualquier recurso básico para la necesidad diaria. Todo esto estaba detrás de aquella insólita afirmación de Álvaro Uribe: «Voy a acabar el Castro- chavismo en Venezuela».

En el pasado reciente, no era fácil hacer colas. Pudiéramos decir que muy pocos sabíamos hacer colas; no sabemos en qué momento el  Águila Calva, utilizando su lenguaje protestante, nos hizo el milagro de enseñarnos la costumbre de hacer colas para cualquier cosa, incluso sin saber si está o no está en los anaqueles.

Los supermercados, principalmente, a veces están solos, y de repente se produce una expectación demencial, y parece que brotaran de cualquier parte una multitud que asegura que van a sacar leche o pañales, toallas sanitarias o papel higiénico. No sabemos quién les avisa con tanta seguridad y precisión; el aviso acelerado, aparece con toda nitidez en las redes sociales.

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