Kate Middleton junto al príncipe Guillermo y su primogénito se han unido a los reyes —Carlos III con kilt y Camilla, coordinada con él, con blazer verde con cuadros rojos en la solapa y sombrero a juego— y a los duques de Edimburgo, Eduardo y Sofía, y su hijo el conde de Wessex, James, y el marido de la princesa Ana, Tim Laurence, para asistir en familia a la misa dominical, como es su costumbre
Kate Middleton reapareció por sorpresa este domingo en la misa celebrada en la iglesia de Crathie, en la finca de Balmoral, donde los reyes, Carlos III y Camilla, junto a otros miembros de la familia real pasan sus vacaciones de verano.
Ha sido fotografiada en el asiento del copiloto de un coche conducido por el príncipe Guillermo en el que también iba el príncipe George. Unas imágenes que ha publicado la prensa británica.
Aunque hace unos días supimos que había asistido con Guillermo y sus hijos al Festival de Holkham Hall, en Norfolk, esta es la primera vez en bastantes meses que vemos a la princesa de Gales en un acto de estas características este año.
Desde que revelara que padece cáncer, ha hecho dos apariciones públicas en eventos mucho más organizados que una misa en familia: la celebración del Trooping the Colour y Wimbledon, donde asistió junto a la princesa Charlotte y su hermana Pippa Middleton, para entregar el trofeo al vencedor del campeonato, Carlos Alcaraz por segundo año consecutivo.

Su última reaparición fue en formato vídeo: aunque se rumoreó que viajaría a París a apoyar a los atletas británicos que participaron en los Juegos Olímpicos, finalmente optó, justo antes de la gala de clausura, por enviar un vídeo de agradecimiento por los logros obtenidos acompañada del príncipe Guillermo.
Este domingo, la princesa se ha vestido con un abrigo beis de cuadros de Holland Cooper y su sombrero fedora adornado con plumas de Hicks & Brown. Con el pelo suelto, se ha adornado con unos llamativos pendientes dorados.
De esta forma, Kate Middleton junto al príncipe Guillermo y su primogénito se han unido a los reyes —Carlos III con kilt y Camilla, coordinada con él, con blazer verde con cuadros rojos en la solapa y sombrero a juego— y a los duques de Edimburgo, Eduardo y Sofía, y su hijo el conde de Wessex, James, y el marido de la princesa Ana, Tim Laurence, para asistir en familia a la misa dominical, como es su costumbre.
Con esta salida sorpresa, la princesa de Gales lanza varios mensajes: que ha viajado a Escocia para pasar unos días de vacaciones en Balmoral en el que habría sido su traslado más largo desde que lidia contra el cáncer y, lo más importante de todo, que tiene ánimo para ir a misa y quién sabe si pronto para recuperar sus compromisos como uno de los miembros más destacados de la familia real británica.
Quizá no como Carlos III, que aunque supera su propio cáncer ha retomado su agenda prácticamente como antes del anuncio de la enfermedad, pero sí asistiendo a actos de una manera más o menos regular.
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