Era uno de los momentos más esperados del año. La princesa de Gales, distinguida como coronel de la Guardia Irlandesa, no pudo pasar esta vez revista a la tropa y delegó en el teniente general James Bucknall
La primera imagen que se ha tenido de ella se ha producido a su llegada en coche a Buckingham con su marido, el príncipe Guillermo, y sus hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis.
Como en las ediciones anteriores de este desfile Kate Middleton, quien este año viste un diseño blanco con detalles en negro, ha viajado de allí en un carruaje con sus hijos hasta la oficina del General de División, uno de los edificios situados en la Horse Guards Parade, desde donde presenciará el acto con otros miembros de la familia real británica como la duquesa de Edimburgo o la reina Camilla.
La expectación por ver de nuevo a la princesa de Gales en un acto oficial era enorme. Desde su diagnóstico de cáncer, hace 170 días, Kate Middleton no había participado en ninguna de las otras grandes citas de la familia real británica. Se trata de hecho de su primer acto en lo que va de año, ya que la última vez que se la vio en público fue en diciembre en la misa de Navidad.
Desde las 10:00 horas de la mañana, las banderas británicas ya ondeaban en las calles principales de Londres. Decenas de personas, a pesar de la lluvia que según pasaban las horas se ha convertido en un auténtico aguacero, se han echado a la calle para acoger de nuevo a su Princesa, la joya de la Corona británica y uno de los miembros más queridos y populares de la Familia Real. La expectación por el Trooping the Colour de este año ha sido máxima en Reino Unido. Un gran acontecimiento que se remonta al reinado de Jorge II en el siglo XVIII y en el que participan 1.400 soldados, 200 caballos y 400 músicos.
Kate Middleton adelantó que asistiría al desfile del Trooping the Colour
En un comunicado publicado junto a su primer retrato desde que se conociera su enfermedad, Kate Middleton aclaro que, no obstante, su reaparición de este sábado no supone su vuelta completa a la agenda de completa, ya que aún no está «fuera de peligro» y su tratamiento de quimioterapia continúa.
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La princesa precisó que está haciendo «buenos progresos, pero como cualquiera que pase por la quimioterapia sabrá, hay días buenos y días malos. En esos días malos te sientes débil, cansada y tienes que rendirte al descanso de tu cuerpo. Pero en los días buenos, cuando te sientes más fuerte, quieres aprovechar al máximo el hecho de sentirte bien».
La princesa añadió que «espera participar en algunos compromisos durante el verano», sin que por el momento se haya especificado en cuáles.
La semana que viene, por ejemplo, no se la espera en el desfile de la Orden de la Jarretera, ni tampoco en las carreras del Royal Ascot, otras de las grandes citas de la familia real. Poco después, la última semana de junio, tendrá lugar la cena de la visita a Londres de los emperadores de Japón, sin que por ahora se haya precisado qué miembros de la familia acompañarán a los reyes.
«Estoy aprendiendo a ser paciente, especialmente con la incertidumbre. A tomar cada día como viene, escuchar a mi cuerpo y permitirme tomar este tiempo tan necesario para sanar», concluía Kate su mensaje de ayer.
Precedida por sus hijos, Kate descendió con paso firme de la carroza real al llegar al Horse Guards Parade. Desde la ventana de la antigua oficina del duque de Wellington, contemplaron el desfile de 1.400 soldados, 400 músicos y 200 caballos. La princesa de Gales, distinguida como coronel de la Guardia Irlandesa, no pudo pasar esta vez revista a la tropa y delegó en el teniente general James Bucknall
El vuelo estelar de los Red Arrows se vio en esta ocasión eclipsado por el blanco impoluto de la princesa de Gales ante los ojos de miles de británicos, que celebraron su vuelta a la luz pública tras los seis meses marcados por su operación de cirugía abdominal y el
Una de las imágenes más icónicas se ha producido cuando los miembros de la Familia Real británica han salido al balcón de Buckingham para presenciar las acrobacias de los aviones. Antes, la Tropa Real de Artillería a Caballo del Rey ha disparado 41 cañonazos desde Green Park. Aunque las salvas suelen constar de 21 disparos con intervalos de diez segundos, en Hyde Park y Green Park se disparan 20 más porque se tratan de parques reales, tal y como estableció la Junta de Artillería en 1827. La última vez que se escucharon salvas fue hace un año y medio al cumplirse el primer aniversario de la coronación de Carlos y Camilla.
La familia real fue aclamada al tomar posiciones, con Carlos y Camila en el centro. A diferencia del año pasado, el monarca quiso que esta vez fuera Kate quien posara justo a su derecha, mientras Guillermo (de riguroso uniforme rojo como su padre) tomaba posiciones junto a su esposa y detrás de sus hijos. El príncipe Eduardo y Sophie cubrieron por su parte el flanco izquierdo de la reina Camila.
La lluvia y los nubarrones amenazaron con deslucir el despliegue de pompa y boato en el tradicional desfile Trooping the Colour con el que se festeja el cumpleaños del rey. Carlos III sabía que era un momento cargado de un gran simbolismo para los británicos, y por eso llegó a pedirle personalmente a Kate que se uniera a la familia y proyectara junto a él un mensaje de esperanza y continuidad.
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