Así como flexibilizar los tiempos de entrega de las tareas

Clases online: Acuerdos entre padres y docentes marcará su éxito

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28 de junio, 2021 - 8:00 am
Marilyn Silva / [email protected]

Orientadores aseguran que es importante resaltar la labor de los involucrados en ésta nueva metodología. Los niños se sienten encerrados solo quieren jugar y se están agobiando por las clases online.

La alerta sanitaria por el Covid-19 propició un cierre repentino de los centros escolares en todo el país hacae ya más de un año.
Nadie estaba preparado para un trance así, de modo que las indicaciones sobre las clases online que tenían que hacer los alumnos durante esta pausa forzada, no estaban definidas.
Además, lo que en principio parecía un período transitorio se alargará en un tiempo indefinido.

Realidad drástica

Esta realidad cambió drástricamente -en muchos hogares del mundo- la convivencia del día a día entre padres e hijos.
Tan solo basta echar un vistazo para entender la situación: profesores cumpliendo su función detrás de una pantalla, estudiantes agobiados por la falta de información y recursos; familias preocupadas por cómo influirá este nuevo proceso de aprendizaje en la educación de sus hijos.

Acuerdos

Sin embargo, una luz se asoma al final del tunel cuando entre padres y docentes acuerdan términos para flexibilizar entregas de los deberes escolares.
Ruth Arias, educadora de familias de Disciplina Positiva y educadora Infantil, asegura que, en los primeros días de la cuarentena, las familias vivieron en un caos: «Muchos representantes comenzaron a recibir tareas por diversas plataformas sin parar, experimentando grandes dificultades para compaginar trabajo y deberes escolares».

Esfuerzo mancomunado

La experta recuerda que esta situación de crisis es también una situación muy difícil a la que nunca se habían enfrentado los docentes, motivo por el cual no se debe de dejar de valorar su gran esfuerzo: «Sin embargo, todo lo que estamos viviendo debe llevarnos a una reflexión más profunda y priorizar sobre qué es lo que urge actualmente. Una buena comunicación entre familia y profesorado podría acabar con las quejas de los padres».

Experiencias

Al respecto, Marlyn Morales, representante de tres niños y con jornada laboral hasta las 5.00 de la tarde, manifestó que conversó con los docentes de su hijos para entregar las evidencias de las actividaes escolares de manera flexible, «tengo que enviar fotos semanales de las tareas diarias, eso me quita tiempo porque yo llego a casa a cumplir funciones de maestra y del hogar, previo acuerdo con cada maestro envío evidencias a sus correos cada 15 días».
Por su parte, Karla Hernández, orientadora, expresó que muchos padres tampoco están preparados para asumir el rol de docentes, «no podemos descartar los representantes analfabetos o que muchos niños no están con sus papás, porque emigraron. Ésta es la educación que nos tocó y sí se puede, solo que nos tomó por sorpresa a todos, tanto docentes, como estudiantes y representantes, es cuestión de ver qué nos está dando resultado y que no, para que se pueda dar de la mejor manera posible».

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Clases online

Los niños se sienten encerrados solo quieren jugar y se están agobiando por las tareas.
«Ricardo no se ha puesto al día con las actividades de la semana pasada porque son muchas, mi hijo pone carita triste en cada actividad», dijo Paola Sánchez, representante de un colegio privado.
Ante la pregunta de si tenían mucha tarea, los hermanitos Leal Rangel -Santiago y Alejandra, que estudian segundo y tercer grado- contestaron, «sí, mucha tarea nos aburre muchísimo».

Ritmo personal

Grey Cuevas, orientadora y mamá de un pequeño en edad preescolar, señaló que los niños se están frustrando porque a la hora de hacer las tareas no quieren, «no es grato para ellos, además que pasan horas y horas pegados a un computador o a unas guías que ellos ven interminables».
En vista de este contexto lo más sentato para Cuevas fue decirle a la maestra de su hijo: « no se las entregaré a su ritmo, sino al de él», comentó insegura de si había hecho bien o no, pero con la certeza de no querer saturar al menor con tantas actividades académicas.
«No importa que él fuera a entregar de último, sino que se encariñe con lo que está haciendo y que de verdad aprenda», concluyó.

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