Tras 20 años de realizar estudios preclínicos en animales

Probarán la primera vacuna nasal para prevenir la enfermedad de Alzheimer

alzheimer
17 de noviembre, 2021 - 2:08 pm
Agencias

El alzheimer es la forma más común de demencia: se calcula que representa entre un 60% y un 70% de los casos. La investigación y el desarrollo de mejores tratamientos ha pasado a ser en el mundo una búsqueda clave

 

El Hospital Brigham and Women’s  de Boston, en los Estados Unidos, lanzó el primer ensayo en humanos de una vacuna nasal para prevenir la enfermedad de Alzheimer. Tras 20 años de realizar estudios preclínicos en animales, los investigaron pasarán a la fase con voluntarios, y afirman que la vacuna nasal «podría prevenir y ralentizar la progresión» de la enfermedad.

La institución hospitalaria estadounidense, que se dedica tanto a la investigación como a la atención médica, informó que iniciará un ensayo clínico con voluntarios y probará la seguridad y eficacia de una nueva vacuna administrada por vía nasal para prevenir y ralentizar la progresión de la enfermedad de Alzheimer (EA). El ensayo representa la culminación de casi 20 años de investigación dirigida por el doctor Howard L. Weiner, codirector del Centro Ann Romney de Enfermedades Neurológicas del Brigham.

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Días atrás, se habían dado a conocer los resultados de otra investigación que fue realizada en el Reino Unido y Alemania. Si bien es un estudio que se hizo en ratones, consideraron que puede ser un camino promisorio: vacunar contra la enfermedad de Alzheimer. A través del desarrollo de vacunas y de otros tipos de tratamientos, se busca contar con mejores intervenciones contra la enfermedad de Alzheimer.

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La enfermedad es la forma más común de demencia: se calcula que representa entre un 60% y un 70% de los casos. La investigación y el desarrollo de mejores tratamientos ha pasado a ser en el mundo una búsqueda clave porque se pronosticó que para el año 2030 el número de personas con Alzheimer podría alcanzar a 65 millones. Para 2050, podría superar los 100 millones.

«El lanzamiento del primer ensayo en humanos de una vacuna nasal contra el Alzheimer es un hito notable», dijo Weiner. «Durante las dos últimas décadas, hemos acumulado pruebas preclínicas que sugieren el potencial de esta vacuna nasal para la enfermedad de Alzheimer. Si los ensayos clínicos en humanos demuestran que la vacuna es segura y eficaz, podría representar un tratamiento no tóxico para las personas con Alzheimer, y también podría administrarse de forma precoz para ayudar a prevenir el Alzheimer en personas de riesgo», sostuvo el investigador

Otras investigaciones sobre el alzheimer

En cambio, los investigadores del Reino Unido y Alemania, que publicaron su estudio el lunes en la revista Molecular Psychiatry, han abordado la enfermedad desde otra perspectiva. En lugar de centrarse en la proteína beta amiloide de las placas cerebrales, que son asociadas a la enfermedad de Alzheimer, el anticuerpo y la vacuna que el equipo de científicos empezaron a desarrollar se dirigen a una forma soluble diferente de la proteína, que se considera altamente tóxica.

La proteína beta amiloide existe naturalmente en forma de moléculas muy flexibles, similares a cuerdas, en solución, que pueden unirse para formar fibras y placas. En la enfermedad de Alzheimer, una gran proporción de esas moléculas en forma de cadena se acortan o “truncan”, y algunos científicos piensan que esas formas son clave para el desarrollo y la progresión de la enfermedad.

El profesor Thomas Bayer, del Centro Médico Universitario de Göttingen, dijo: «En los ensayos clínicos, ninguno de los posibles tratamientos que disuelven las placas amiloides en el cerebro ha demostrado tener mucho éxito en cuanto a la reducción de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Algunos incluso han mostrado efectos secundarios negativos. Así que nos decidimos por un enfoque diferente. Identificamos un anticuerpo en ratones que neutralizaría las formas truncadas de beta amiloide soluble, pero no se uniría ni a las formas normales de la proteína ni a las placas».

La doctora Preeti Bakrania y sus colegas de LifeArc que también participó en el estudio con el profesor Bayer contó que adaptaron el anticuerpo para que el sistema inmune humano no lo reconociera como extraño y lo aceptara. Cuando el grupo de investigación de Leicester observó cómo y dónde se unía este anticuerpo «humanizado» -que llaman TAP01_04-, a la forma truncada de beta amiloide, el equipo se llevó una sorpresa. Observaron que la proteína beta amiloide estaba plegada sobre sí misma, en una estructura en forma de horquilla.

 

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