El evento no tendrá representación el resto del "eje bolivariano"

Grupo de Puebla: La izquierda latinoamericana sin Maduro ni AMLO

puebla
10 de noviembre, 2019 - 12:37 pm
Agencias

Según su declaración inaugural, el Grupo de Puebla se presenta al mundo como un contrapoder a los gobiernos de derecha que dominan el panorama político en América Latina

Argentina- Alberto Fernández todavía no es presidente de Argentina pero ya ejerce de líder de la izquierda latinoamericana: este fin de semana es el anfitrión en Buenos Aires del segundo encuentro Grupo de Puebla.

En medio de la euforia por la liberación del exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, la capital argentina espera la visita de 32 líderes de 12 países, entre ellos expresidentes como José Mujica (Uruguay), Rafael Correa (Ecuador) Fernando Lugo (Paraguay) o Dilma Rousseff (Brasil).

La ocasión reúne a algunos de los protagonistas de la Marea Rosada, el giro a la izquierda que se vivió en Latinoamérica a principios de siglo y que se ha desvanecido en la última década con la llegada al poder de las derechas en varios países.

Sin Maduro ni AMLO

En representación de los gobiernos de izquierda actuales, a la cita está previsto que acuda el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, cuyo país vive una grave crisis política tras las elecciones del 20 de octubre.

No tendrá representación el resto del «eje bolivariano», pues no está prevista la llegada de ningún representante de los gobiernos de Cuba, Nicaragua ni la Venezuela de Nicolás Maduro.

Y tampoco Andrés Manuel López Obrador, con quien el propio Alberto Fernández tuvo una reunión esta misma semana. La ausencia de López Obrador se puede explicar como una cuestión de principios: para el mandatario mexicano la no intervención es una regla de oro (inspirada en «la doctrina Estrada») que lleva a rajatabla.

Alternativa progresista

Según su declaración inaugural, el Grupo de Puebla se presenta al mundo como un contrapoder a los gobiernos de derecha que dominan el panorama político en América Latina.

«Nuestra región experimenta una nueva ola de gobiernos neoliberales que insisten en promover los intereses y privilegios de una élite socioeconómica a costillas del desarrollo de nuestros pueblos, frustrando sus posibilidades de desarrollo y bienestar social, a la vez que debilita nuestra soberanía, nuestras instituciones democráticas, el Estado de Derecho, la vigencia de los derechos humanos y el ambiente», se lee en el comunicado.

En una región convulsionada por las protestas y crisis políticas, el surgimiento del Grupo de Puebla contrasta con el Grupo de Lima, que se creó en 2017 con un solo objetivo: enfrentar al gobierno de Nicolás Maduro.

Pero el Grupo de Lima es un instrumento oficial conformado por gobiernos mientras el de Puebla reúne a líderes y movimientos políticos, mayoritariamente de oposición, no instituciones estatales.

El Grupo de Puebla, además, se desliga del Foro de Sao Paulo, una instancia creada en los años 90 por partidos y movimientos sociales de izquierda de la región que, hace apenas una semana, tuvo un encuentro en Caracas con la presencia de Maduro y Miguel Díaz-Canel, presidente Cuba.

Un grupo más: ¿más comunicados?

«América Latina ha estado poblada de grupos informales», explica el internacionalista argentino Juan Gabriel Tokatlián, vicerrector de la Universidad Torcuato Di Tella en Buenos Aires.

«Unos fueron formados por Estados para negociar, como el Grupo Contadora durante las crisis en Centroamérica en los años 80, y otros para cercar, como el Grupo de Lima, que buscaba aislar a Venezuela», recuerda Tokatlián.

«En otro lado están grupos de no Estados, como el Foro de Sao Paulo, que nace con la idea de vincular a la sociedad civil, y el Grupo de Puebla, que convoca a figuras políticas, expresidentes y presidentes electos, que, ante la crisis de neoliberalismo, busca un nuevo momento progresista».

En opinión de Marta Lagos, directora del centro de estudios Latinobarómetro, en Santiago, estos grupos surgen «ante la ausencia de liderazgos verdaderos».
«Hoy las poblaciones no votan por derecha o izquierda, sino por quien les plantea soluciones a sus problemas», asegura la politóloga.

«En ese sentido, creo que es un ejercicio nostálgico crear grupos ideológicos usando los mecanismos que no sirvieron en el pasado, con los mismos personajes de siempre», agrega.

«La izquierda que no supo resolver la desigualdades ahora se plantea como una solución a la crisis del neoliberalismo. Al final, lo que vemos es que estos grupos solo sirven para emitir comunicados y para que una gente se reúna con otra».

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