En un análisis global de más de 1.500 rostros de 10 países distintos

Así es como se puede ser más atractivo, según la ciencia

Atractivo
5 de junio, 2025 - 12:41 pm
Agencias

Estudios recientes, confirman que comportamientos como el apoyo emocional y la cooperación aumentan notablemente el atractivo, al asociarse con inteligencia emocional y valor social

 

Desde el vendado de pies en la China imperial hasta el ennegrecimiento de dientes en el Japón tradicional, pasando por los cráneos alargados de los antiguos mayas, la historia demuestra que los estándares de belleza han adoptado formas extraordinariamente diversas.

Como explica la Dra. Veronica Lamarche, catedrática de psicología de la Universidad de Essex, a BBC Science Focus: «el atractivo es, en cierto modo, una experiencia subjetiva». En otras palabras, lo que resulta irresistible para unos puede parecer extraño a otros.

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No obstante, detrás de esta aparente arbitrariedad cultural, la ciencia moderna ha comenzado a desentrañar patrones universales que trascienden lo que percibimos en el espejo. Así que olvidémonos de los filtros de Instagram y las cremas milagrosas, ya que la ciencia tiene buenas noticias: el atractivo va mucho más allá del aspecto físico y, en gran medida, está en nuestras manos.

No es (solo) la cara bonita

Comencemos por lo más evidente: una cara bonita. Aunque la belleza facial sigue teniendo un peso considerable en la primera impresión, los estudios más recientes matizan significativamente su influencia.

Un análisis global de más de 1.500 rostros de 10 países distintos –publicado el año pasado en Evolution and Human Behavior– concluyó que la simetría, en contra de lo que se pensaba, no es un predictor significativo del atractivo.

Lo que sí importa es que el rostro tenga proporciones cercanas a la media de su grupo cultural y, en el caso de las mujeres, una mayor «feminidad facial». Lo curioso es que cuanto más «común» se ve un rostro dentro de su entorno, más atractivo resulta. La singularidad extrema, paradójicamente, restaría puntos.

Y aunque el físico sigue teniendo cierto valor, sobre todo en entornos sociales inmediatos, su importancia tiende a relativizarse. Según aseguró el psicólogo Ed Morrison a BBC Science Focus, las mujeres, en general, priorizan más los rasgos de personalidad que el aspecto físico per se, mientras que los hombres tienden a valorar más lo visual.

Comportamiento y actitud: los pilares del atractivo personal

Aquí es donde entran en juego factores mucho más moldeables: la actitud, la amabilidad, el sentido del humor y la forma en que conectamos con los demás. En otras palabras, el atractivo es menos estático de lo que creemos y más relacional.

La autenticidad, por ejemplo, es poderosa: un estudio citado por Psychology Today mostró que las personas se perciben como más atractivas cuando son sinceras, incluso si eso implica mostrarse vulnerables o expresar opiniones impopulares.

También ayuda reírse. Y no solo por la alegría contagiosa, sino porque, según una investigación conjunta en EE. UU. y Noruega, reírse con alguien (especialmente de sus chistes) aumenta la atracción. El humor crea conexión y reduce las barreras sociales.

mujer

Energía, vitalidad y entorno social

Otro rasgo subestimado es la vitalidad. Una sonrisa genuina, junto con expresiones faciales y lenguaje corporal dinámicos, proyecta una energía que supera lo que cualquier imagen estática puede transmitir. Por esta razón, Psychology Today recomienda el uso de videos en aplicaciones de citas para mostrar mejor tu presencia natural.

Además, la ciencia también revela el «efecto animadora»: las personas parecen más atractivas cuando forman parte de un grupo que incluye algunos individuos atractivos, ya que el cerebro promedia los rasgos faciales en grupos.

Y no subestimes el poder de la amabilidad. Estudios recientes, confirman que comportamientos como el apoyo emocional y la cooperación aumentan notablemente el atractivo, al asociarse con inteligencia emocional y valor social.

Conexiones emocionales y afinidades compartidas

La atracción no solo es biológica ni se basa en proporciones. También nace del sentimiento de que compartimos algo con el otro. Según reveló a The Brink el profesor Charles Chu de la Universidad de Boston, una simple afinidad –por una canción, una opinión política o un bocadillo favorito– puede hacernos sentir que compartimos algo más profundo.

Este efecto, llamado «razonamiento autoesencialista», según describe Chu en un estudio de 2023, nos hace pensar que, si alguien coincide con nosotros en algo pequeño, probablemente también coincida en lo esencial.

No obstante, Chu advierte que esta forma de pensar puede ser limitante. A veces descartamos a personas valiosas por una sola diferencia superficial, olvidando que todos somos más complejos de lo que parecemos a primera vista.

Pareja

Factores sorprendentes: adrenalina y nutrición

¿Puede la adrenalina hacernos parecer más atractivos? Según la ciencia, sí. Literalmente. Un famoso experimento de 1974 demostró que, en situaciones de alta adrenalina –como cruzar un puente colgante–, tendemos a confundir la excitación física con atracción romántica. Es el llamado efecto de «atribución errónea de la excitación». Por eso, una montaña rusa o una película de miedo pueden ser escenarios ideales para una primera cita.

En el espectro de productos para la belleza, sí hay algo que puedes hacer por fuera y que tiene base científica: comer vegetales ricos en carotenoides (zanahorias, calabaza, pimientos). Según estudios de la Universidad de St Andrews, estas sustancias mejoran la coloración de la piel, dándole un brillo dorado que suele percibirse como más saludable y, por tanto, más atractivo.

¿Y qué hay del dinero?

A pesar de lo que algunos discursos en nuestras culturas insisten en repetir, el dinero no es un factor decisivo en la atracción, por lo menos para algunos expertos. Como explican Morrison y Lamarche, en contextos históricos donde las mujeres dependían económicamente de los hombres, la riqueza podía ser un criterio pragmático. Pero hoy, con mayor libertad financiera, no hay evidencia sólida que indique que el dinero sea inherentemente atractivo. En cambio, la personalidad y la calidad de las relaciones pesan mucho más.

En definitiva, la ciencia parece coincidir en una verdad incómoda para la industria de la belleza: no hay una técnica secreta ni una fórmula mágica. «Sé encantador, simpático y divertido», dijo Morrison. «Porque sin duda eso funciona bien», agregó.

La Dra. Lamarche coincide: «La gente quiere parejas afectuosas, alguien en quien confiar. Esa es la mayor influencia en el atractivo».

El consenso científico apunta así hacia una conclusión clara y sencilla: para resultar más atractivo, lo mejor que puedes hacer es ser tú mismo de manera auténtica, cuidar tu bienestar emocional y mental, y cultivar relaciones basadas en amabilidad, humor y sinceridad. Y si a eso le sumas una sonrisa, una conversación compartida y una montaña rusa de por medio, estarás haciendo mucho más por tu atractivo que cualquier ritual de belleza viral.

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