Las 1.529 tortugas fueron entregadas a la Unidad de Monitoreo de Tránsito de Vida Silvestre del Departamento de Medio Ambiente y Recursos Naturales, según el comunicado.
Los cargos por tráfico ilegal de vida silvestre se castigan con una pena de prisión de hasta dos años y una multa de hasta 200.000 pesos filipinos (3.861 dólares).
En 2018, las autoridades filipinas entregaron al departamento un total de 560 ejemplares de vida silvestre _algunos de ellos en peligro de extinción_ incluidas 250 lagartijas y 254 corales que fueron traficados por paquetes de avión, por equipaje y envíos, de acuerdo con el comunicado.
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