La NASA prueba hoy su platillo volante

5 de junio, 2015 - 3:02 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Foto: Agencias

El proyecto de Desacelerador Supersónico de Baja Densidad (LDSD), un sistema de aterrizaje en otros planetas, será lanzado desde Hawaii

La NASA ha programado para esta misma tarde a las 19:30 GMT la esperada prueba de vuelo de su platillo volante, un nuevo sistema ideado para aterrizar naves pesadas con mayor seguridad. Por supuesto, la idea de fondo es la de hacerlos descender sobre Marte.

El proyecto del Desacelerador Supersónico de Baja Densidad (LDSD por sus siglas en inglés) consiste en un vehículo de prueba en forma de platillo y propulsado por cohetes, que será lanzado desde la base de misiles de la Marina de Estados Unidos en Kauai, Hawaii.

La prueba, prevista para ayer martes, se ha visto obligada a retrasarse 24 horas debido a que las condiciones meteorológicas no eran las ideales. El lanzamiento se realizará mediante un globo de helio que llevará al platillo volante hasta los 37 kilómetros de altura. Ya en la estratosfera, el aparato se desprenderá del globo, que en ese momento mide 140 metros de ancho y 120 de alto, para iniciar la caída, amortiguada por el despliegue de un enorme paracaídas.

Este es, en realidad, el mayor reto de esta prueba, la segunda que realizan: hacer funcionar el paracaídas, llamado Supersonic Ringsail. «Queremos ver si el paracaídas puede desplegarse y desacelerar el vehículo de pruebas mientras está en vuelo supersónico», dice hoy la NASA en un comunicado.

Durante la primera prueba, realizada el año pasado, el paracaídas (el más grande de la historia con un diámetro de 30,5 metros) no funcionó como estaba previsto. La NASA lleva usando tecnologías parecidas para aterrizar desde 1976, cuando usaron un paracaídas con la nave Viking, e incluso en 2012 para hacer aterrizar la nave Curiosity en Marte. «Sin embargo, la NASA debe hacer avanzar la tecnología hacia un nuevo nivel de sofisticación, ya que las capacidades de un paracaídas estilo Viking son limitadas», dicen desde la agencia.

El uso de este nuevo paracaídas permitiría aumentar el peso de las naves, o su carga, desde los 1.500 kilogramos actuales hasta casi el doble. Además, mejoraría la precisión del aterrizaje y por tanto la amplitud del área accesible que las naves podrían explorar.

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